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Fideicomiso vs. paternalismo

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Fideicomiso vs. paternalismo
Pedro Vergés, Danilo Medina y José Ramón Peralta

El presidente Danilo Medina visitó hace pocos días la Plaza de la Cultura, acompañado del ministro de Cultura, Pedro Vergés y otras personalidades. Esa pequeña marcha por lo verde, concluyó con el anuncio de que el Estado -dígase nosotros todos, los que pagamos impuestos- asumirá la restauración de esa plaza y de los museos.

Los sitios anunciados para ser restaurados son el Museo del Hombre Dominicano, el Museo de Arte Moderno y el Museo de Historia y Geografía, que lleva unos ocho años cerrado al público.

Visitar dos de esos tres, así como la mayoría de los museos del país, es asistir a una cita vergonzosa con la desidia, donde la conservación y la restauración es casi cero, en la mayoría de los casos.

En estos tiempos en que el desarrollo científico y la evolución trepidante de la tecnología digital nos acogotan, que casi no nos da tiempo para asumir una cuando ya está otra más desarrollada, la museografía es presentada en algunos de ellos con tarjetitas escritas a maquinilla, y constituyen un verdadero viaje al pasado, sin interés alguno para las nuevas generaciones.

La “iniciativa” que tal parece le “vendieron” al presidente significa en buena lid un retroceso al paternalismo estatal, pues lo que se necesita en estos tiempos es echar a andar las industrias culturales. Esa es la tendencia mundial: que la Cultura deje de ser cada vez menos una carga para el Estado, y aporte al Producto Interno Bruto, potencial para ello tiene y grande.

Así que se birlaron aquella interesante propuesta, que estaba a punto de ser realizada por el anterior ministro, hoy embajador ante la Unesco José Antonio Rodríguez, consistente en rescatar todo el sistema de los museos del país a través de un fideicomiso que ya estaba aprobado, con el Banco de Reservas.

Ese fideicomiso, obligaba a su vez a todas esas instituciones culturales a ponerse las pilas y a trabajar por su autofinanciamiento.

¿Cómo se autofinancia un museo? Pues, además de por el cobro de entradas tanto en moneda nacional como en divisas gracias a la asistencia de turismo extranjero; también con la organización de eventos culturales, congresos, simposios, de cara a los especialistas y otros posibles interesados; y a través del alquiler de sus espacios para la realización de eventos, tanto científicos como culturales, o de otra índole, hasta bodas, por ejemplo, siempre y cuando no contradigan la función social para la cual fueron creados.

En los museos privados de Paraguay, por ejemplo, el 30% del financiamiento es de las entradas y el 24% de patrocinios surgidos de ese tipo de actividades, para lo cual es alquilado, el 38% lo ponen los propietarios, el 1% cuotas de socios, y el 7% de aportes del gobierno.

Hace año y medio se dio a conocer la excelente iniciativa relacionada con el Gran Museo del Mundo Maya, en Yucatán, primer museo desarrollado en el continente bajo el esquema de proyecto de Prestación de Servicios (PPS), que combina recursos públicos con recursos privados.

Existen también otros fondos, que provienen de organismos internacionales como la Unesco, la cooperación japonesa, la cooperación técnica alemana (GTZ), la cooperación italiana, Agencia Francesa de Desarrollo, Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), sin contar con fuentes de posibles funaciones norteamericanas. Ahora, hay que hacer la tarea. Hay que trabajar.

Según el enunciado institucional del Consejo Internacional de Museos (ICOM) “Un museo es una institución permanente, sin ánimo de lucro, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe, con fines de estudio, educación y disfrute, evidencia material de personas y su entorno”. El museo debe ser algo emocionante, que vibre, que inspire a las nuevas generaciones en la investigación y en el sentido de pertenencia. Cuesta mantener un museo a flote. Para ello hace falta no una inversión una vez cada sabe Dios cuántos años, sino que el propio museo se mantenga con los recursos que produzca.

alfonsoquinones@gmail.com

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