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Genaro Rodríguez Morel: el pesquisidor de los archivos coloniales españoles se revela

El investigador se refiere a sus estrechos vínculos con importantes historiadores como Roberto Cassá y Frank Moya Pons

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Genaro Rodríguez Morel: el pesquisidor de los archivos coloniales españoles se revela
Genaro Rodríguez Morel. Foto: fuente externa

Para algunos es un “historiador furtivo”, porque no suele prodigarse en los cenáculos intelectuales y disfruta laborar en las ignotas trastiendas, pero su nombre es constantemente mencionado en los ámbitos de la historia, por las esenciales tareas de investigación que desarrolla, con notables frutos, en los archivos coloniales españoles, que le han permitido publicar diversas obras relativas a las primeras etapas de la “conquista” y colonización de la isla Española.

Desde España, donde reside y trabaja, el dominicano Genaro Rodríguez Morel cuenta cómo entró en los meandros de la historia, sus particulares intereses en el período colonial y los proyectos que lo ocupan, entre otros aspectos de su vida.

¿Por qué le ha atraído tanto el período colonial para centrar sus investigaciones históricas?

Tuve la suerte de formar parte de la Misión Copiadora que coordinó el fraile dominico Vicente Rubio Sánchez en compañía de mi amigo Raymundo González de Peña. Dicha misión consistía en hacer acopio de las fuentes documentales de los archivos españoles referentes a Santo Domingo en la etapa colonial. En centro principal de operaciones sería el Archivo General de Indias en Sevilla. Aquel proyecto tuvo un período de duración de dos años, desde 1988 hasta 1990. El mismo fue auspiciado por la Comisión Permanente para la celebración de los 500 años del Descubrimiento de América y el Ministerio de Cultura de España.

Este hecho me permitió dedicar todos mis esfuerzos al estudio de las fuentes relacionadas con la historia colonial de Santo Domingo desde los mismos inicios de la presencia castellana en el Nuevo Mundo y en particular en lo referente a la isla Española.

¿Cuáles aspectos del pasado colonial deben ser investigados con mayor profundidad y por qué?

Hay que destacar que sobre la época temprana no se ha escrito mucho, apenas síntesis muy apretadas. Queda todo un mundo por descubrir y es un reto que las nuevas generaciones de historiadores tendrán que hacerle frente. Por ejemplo, no se ha escrito nada sobre la agricultura en la colonia, tampoco sobre la ganadería, la minería, la moneda, la economía, la sexualidad, y un tema de tanta relevancia como es el papel que desempeñaron las mujeres en la colonia. Estos son algunos de los temas que ahora me vienen a la mente y que creo son de un valor incalculable que los historiadores deben trabajar. Estos estudios nos darán algunas de las claves para entender nuestro destino como pueblo. Sólo estudiando el pasado podremos entender nuestro presente inmediato.

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Infografía
Genaro Rodríguez Morel, mientras participaba en una Feria del Libro en Madrid. Foto: fuente externa

¿Ha afrontado dificultades investigando en los archivos coloniales?

La única dificultad que se nos presentan a la hora de trabajar los primeros años de la conquista y colonización de la isla lo presentan las fuentes. Si pasas esa prueba lo demás es sencillo pues es lo mismo que si estudiáramos nuestra época, por lo demás, se presentan los mismos problemas, corrupción, adulterio, prevaricación, sociedad, política, religión, etc.

¿Cómo descubrió su vocación de historiador y quiénes han sido fundamentales en su desarrollo profesional?

Mi vocación como historiador fue alimentada y reforzada desde que entré a la carrera de Historia por allá por el año 1976 cuando ingresé a estudiar en la UASD. Poco tiempo después comencé a trabajar como asistente de Investigación del historiador Dr. Roberto Cassá. El Dr. Cassá ha sido y sigue siendo un referente importantísimo en toda mi trayectoria como historiador. Con Roberto comencé a trabajar los temas históricos centrados en el siglo XX, Balaguer, Trujillo, Caudillismo, etc. Posteriormente hicimos algunos trabajos sobre períodos más tempranos de nuestra historia, como fue el caso de las rebeliones de esclavos en el siglo XVI. Después de tantos años, mi relación con Roberto ha trascendido lo profesional para pasar a ser un vínculo de estrecha amistad. Todavía seguimos discutiendo todos los temas relacionados con nuestra historia, pasada y presente.

También tuve una gran suerte y fue la de coincidir en la carrera con una de las mentes más brillantes que ha dado nuestro parnaso literario y una de las personas que más influyeron en mi vida personal. Me refiero a mi amigo del alma, ya fallecido, Arístides Incháustegui. Arístides siempre estuvo pendiente de lo que hacía y siempre me dio ánimo para seguir en los trabajos históricos. Fue un entusiasta de la historia y alimentó en mi el amor por la música. Creo que no me equivoco si digo que en nuestro país han habido pocos eruditos de la música como lo fue Arístides.

Con los años fui conociendo, siempre de la mano del Dr. Cassá, a historiadores, sociólogos, politólogos, poetas, e intelectuales de las más variadas sensibilidades, los cuales todos dejaron en mi una enseñanza. Gran parte de estos intelectuales los conocí en la actividad política de la cual formé parte desde mi más temprana juventud.

Uno de los historiadores que tuve la suerte de conocer fue don Vetilio Alfau Durán. A don Vetilio lo conocí a través de Arístides Incháustegui del cual era gran amigo y admirador. Recuerdo que me preguntó de dónde era y cuando le dije que era de Mao me buscó una revista donde había un trabajo sobre la historia de Mao, todavía recuerdo aquella anécdota con mucho cariño.

A través de Arístides entré en contacto con el historiador Frank Moya Pons. Recuerdo haberlo conocido a principio de entrar en la carrera de historia en la tienda de discos Fermata, propiedad de Arístides Incháustegui, un sábado en la mañana. Frank siempre iba a visitar al tenor y a conversar sobre los más variados temas históricos. Desde entonces nuestra amistad se ha ido fortaleciendo y estrechando gracias a las coincidencias que tenemos en el estudio de nuestra historia colonial. Creo no equivocarme si digo que el Dr. Frank Moya es uno de los historiadores que más han trabajado la época colonial dominicana, de ahí las coincidencias que tenemos en términos historiográficos.

¿Cuáles proyectos de investigación le ocupan en la actualidad?

Entre los proyectos que tenemos en la actualidad son, entre otros, la publicación de la Residencia de Osorio. Posiblemente es la obra más voluminosa que se haya escrito sobre la historia colonial. La Residencia está compuesta por tres legajos de más de dos mil folios cada uno. De seguir el ritmo de trabajo espero tenerla terminada para finales de este año. La Residencia será publicada por la Academia Dominicana de la Historia, que dirige el licenciado José Chez Checo.

Igualmente estoy trabajando en un tema de gran trascendencia para nuestra historia económica. Me refiero a las Cuentas de las Cajas Reales de Santo Domingo, las cuales comienzan en 1520.

Hace poco presenté un trabajo en un seminario internacional sobre esclavitud celebrado en Valencia y coordinado por el Dr. José Antonio Piqueras sobre el rol desempeñado por las mujeres esclavas en la plantación azucarera. Por sugerencia de una amiga lo estoy extendiendo a las mujeres en la colonia. Creo que es un tema que no se ha tratado en lo más mínimo en nuestra historiografía.

Además de estas publicaciones referidas, también estoy preparando los volúmenes relativos a las Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo. Hasta ahora llevamos seis volúmenes que abarcan los años desde 1545 hasta 1606 y cuya publicación ha sido realizada por el Archivo General de la Nación.

Sin embargo, el proyecto más importante en el que estoy colaborando es la coordinación de la digitalización de todos los fondos que hay en España sobre nuestro pasado histórico. Dicha obra ha sido posible gracias a los acuerdos realizados entre el Ministerio de Cultura del Reino de España y la Embajada Dominicana. Dichos acuerdos han sido firmados por el Dr. Roberto Cassá y el embajador Olivo Rodríguez Huertas, con el auspicio del Banco Popular Dominicana en la persona del poeta José Mármol. Dicho proyecto lleva un año y esperamos que este año llegue a su fin. Nuestro país será pionero pues por primera vez el gobierno español permite que sus fondos históricos sean donados a otro país. Más de un millón de imágenes serán copiadas y llevadas a Santo Domingo para el uso de los historiadores e investigadores dominicanos y extranjeros.

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