Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Libros
Libros

La boda entre el libro de papel y la obra virtual

Expandir imagen
La boda entre el libro de papel y la obra virtual

Los libros de segunda mano, mustios muchas veces, de hojas amarillentas otras más –rayones y dedicatorias pasadas- de amores pasados/truncados por el tiempo, o por el fin de algunas decisiones tienen un encanto único, que siempre es especial.

Más que “peculiar”, raya en el borde, en el umbral de lo espacial, para muestra siempre hay un botón blanco, ahí está el caso del genial Julio Verne, que imaginó la llegada a la luna; esto ocurrió 100 años antes; algo así como el brindis de despedida de la década de 1960.

Fuera de serie, como Julio Verne, es todo un referente de la ciencia ficción; así lo son los que, se apersonan en los puntos de la capital y el país por visitar en forma frecuente lugares donde se venden los libros viejos; ellos también quieren llegar a la luna, ese satélite que es el libro soñado y nunca comprado.

Es cierto que muchas librerías han cerrado, pero en algunos puntos de la ciudad todavía aparece la convivencia de lo viejo con lo nuevo.

Las librerías, como siempre se esfuerzan por ofrecer volúmenes, sobre los más variopintos temas, que en el caso de las artes pudieren ser de: pintura, escultura, literatura, música, danza, arquitectura y el cine; llamado séptimo arte.

No importa que, los textos, se exhiban en ferias o puestos de libros vetustos, siempre están asociados a sueños/anhelos de leer, de amar, de aprender a releer, o escribir, a tertulias, a un café y a los tertulianos que acuden a éstas citas con el saber.

Allí ocurren milagros, citas nunca concertadas, pero si realizados encuentros que cambian el día, la noche y hasta la vida.

¡Mira éste cuento!¡ échale un ojo a mi última ilusión poética! Estas, son algunas de las frases que se pueden escuchar en dichos locales.

Escribir éstas líneas sin mencionar a por lo menos uno de los destacados libreros del país sería un pecado, me refiero a Fabián Tello Alvarado; a quien todos llamaban (Macalé. Este falleció en buena vejez, en mayo de 2005).

Sin discusión, fue un símbolo de la vieja capital, donde se encontraban de buenas ganas cultoras de las letras, amantes de los libros, revistas, periódicos; entre otros.

Es triste, pero en los años sesenta, en Santo Domingo y principalmente en la Ciudad Colonial, existían alrededor de 25 librerías, y en el primer lustro del siglo 21 quedaban poco más de cinco.

Evocar a Macalé, es hojear otra vez lo viejo, mirar los sueños como realizados buscando lo nuevo, es volver al libro en éstos tiempos de internet, de redes sociales, Facebook y otros medios contemporáneos.

El encanto de su librería estuvo dado porque allí se vendían todo tipo de dulces típicos. Entonces podías regalar el libro y endulzar con encanto la vida.

Ventajas de esos viejos locales, el bajo costo, la satisfacción de soltar un libro para que otra persona lo tome, en una cadena que no sabe nunca cuando va a concluir.

Sueño con un mundo de paz, donde la gente siga acariciando el libro físico; y propongo un pacto de amor, uno que no termine nunca, en que se pueda cada vez más leer más en forma física y que éste conviva en gran ayuntamiento con el libro virtual; un matrimonio por la paz, porque sólo queremos esa armónica convivencia. Que no mueran ninguno de los dos formatos.

Expandir imagen
Infografía
TEMAS -
  • Libros