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La Temporada Sinfónica 2021 cierra con la música de Richard Strauss

El maestro Molina, que tendrá la batuta, cierra con un programa difícil de olvidar, de ejecutar y realmente maravilloso

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La Temporada Sinfónica 2021 cierra con la música de Richard Strauss
José Antonio Molina, director de la Orquesta Sinfónica Nacional. (FUNDACIÓN SINFONÍA)

El concierto de clausura de la Temporada 2021 de la Orquesta Sinfónica Nacional, este miércoles 10 de noviembre, está dedicado a la música del compositor alemán Richard Strauss. Escucharemos tres de sus obras maestras. Toda su música es como una joya deslumbrante. El maestro Molina tendrá la batuta, cierra con un programa difícil de olvidar, de ejecutar y realmente maravilloso. La obra de Strauss se caracteriza por un desarrollo muy refinado de la orquestación y un tejido armónico complejo y avanzado. Las obras de Strauss se encuentran entre las más destacadas del siglo XX e influyeron profundamente en los compositores que le sucedieron. Molina escogió un cierre de temporada que demuestra la madurez y seguridad adquiridos por la OSN en sus 80 años de trabajo.

Richard Wagner vivió de 1813 a 1883, se adoró a sí mismo y fue la figura dominante de su tiempo en la música alemana. Richard Strauss vivió de 1864 a 1949, adorando a Wagner y fue la figura dominante de su tiempo en la música alemana.

En otoño de 1887, después de leer unos versos del poeta alemán Nikolaus Lenau sobre la mítica figura de Don Juan Strauss, escribe el poema sinfónico Don Juan, finalizado en septiembre de 1888. El compositor tenía 25 años. En Don Juan, Strauss presentó su visión de los temas del amor y la conquista. Es el primer gran estallido del genio innovador de del compositor, y en ella se revela su verdadera personalidad y las características más destacadas de su arte: el impulso incomparable de los temas y de su ulterior desarrollo, la intensidad de la expresión armónica y el esplendor del colorido orquestal. La obra empieza impetuosamente con el tema del protagonista de la historia, sigue el tema del primer amor, a continuación las aventuras de Don Juan, el segundo amor, un carnaval desenfrenado, y acaba con el hastío y la amargura, que lleva a un final sombrío y abrupto, un silencio, con preguntas y desánimo, que simboliza la muerte de Don Juan.

El éxito del poema sinfónico Don Juan consagró a Strauss como uno de los compositores más importantes del momento, con gran prestigio a nivel internacional, fama que habría de acompañarle hasta su muerte.


Luego de Don Juan, la soprano dominicana Nathalie Peña-Comas se pone a la altura de las grandes sopranos del mundo, interpretando las Cuatro Últimas Canciones (Vier letzte Lieder ) del compositor ya octogenario. Un año más tarde, Richard Strauss fallece. Las canciones se escribieron como entidades individuales y no como un ciclo. Son canciones de despedida a la vida, al arte, a un mundo desaparecido. Termina una de ellas con esta estrofa:
¡Oh, vasta y tranquila paz!
tan profundo al atardecer.
¡Qué cansados ??estamos de vagar!
¿Es esto quizás la muerte?
No hay nada como ellas en la música, por la pura intensidad de su concentrada y suave angustia. Strauss se despide con nostalgia, pero no trágicamente. Es una música tan embrujadoramente sensual, tan nostálgica, tan sutil en su entrelazamiento de texturas vocales e instrumentales que desafía la descripción. Para más de un observador, Strauss guardaba lo mejor para el final.

El orden en que se interpretan, Frühling (Primavera), September (Septiembre) Beim Schlafengehen (Al irme a dormir) y Im Abendrot (En el ocaso), no corresponden al orden en que fueron compuestas. Cada una es una maravilla, llena de sinuosas frases vocales, exigentes para la interprete. Las tres primeras canciones se refieren a textos del poeta y novelista suizo de origen alemán Hermann Hesse (1877-1962). “Im Abendrot” es del poeta alemán Joseph Eichendorff (1788-1857). La primera representación de las “Cuatro últimas canciones” tuvo lugar en Londres en mayo de 1950.


Para finalizar el concierto, Molina nos regala una obra muy peculiar y llena de humor, el cual en la música alemana había sido escaso hasta que Strauss compuso este, su cuarto poema sinfónico. Trabajó en él entre 1894 y 1895; el poema, de tono descarado, cuenta la historia de Till Eulenspiegel y sus alegres travesuras y desventuras. Eulenspiegel era un héroe popular campesino del folklore alemán.? Los dos temas que representan a Till son interpretados por el corno y el clarinete. La música es descarada y alegre, y muestra a un bromista medieval haciendo lo que mejor sabe hacer, en forma de una imagen musical.

Gracias por una temporada maravillosa, un necesitado respiro, esperamos con ilusión la próxima.

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Estudió artes liberales. Es curiosa y le encanta escribir. La lectura y la música son su pasión. Esa pasión le ha llevado a estudiar y tratar de profundizar en un océano lleno de notas inacabables y pleno de placer.