Laura Reyes Diloné ¿la escritora más joven de República Dominicana?

SANTO DOMINGO. Laura Reyes Diloné tiene siete años y ya publicó su primer libro “Los cuentos de Laura”, aunque, según dice ella misma, debió titularse “Las historias de Laura”, porque no son cuentos. Cada uno finaliza con una de las frases más populares de los niños latinoamericanos: “Colorín, colorado, este cuento se ha acabado”.

Adriano Miguel Tejada, director de Diario Libre sale al antedespacho a recibirla. No todos los días uno recibe a una niña escritora. Y él que sí lo es, sabe la importancia del gesto que probablemente Laura, cuando sea mayor, recuerde agradecida.

Laura es inquieta de ansias, gusta de hacer chiquilladas y tiene esa capacidad con el que vienen al mundo los escritores de reírse de los demás... y de sí mismos. Así, juguetea con la edad de su mamá, Keyla Diloné, para bromear con ella. Y cuando se refiere a su hermana Amelia, de cuatro años, dice que le gusta llorar... “En eso salió a mi mamá”, apunta y ríe.

Laura no hace mucho tiempo que escribe, pero ya publicó su primer libro de narraciones, gracias seguramente a su abuelo, el escritor Rafael Pineda.

A él le preguntó hace poco cómo se escribe un libro y al día siguiente comenzó a escribir.

La que quizás sea la más joven escritora dominicana, al menos publicada, también ha escrito poemas y tiene un cuaderno inédito titulado “Las cuatro poesías” -“¿no es buen título?”, pregunta a su mamá y mira al entrevistador-, e informa que hace tres días escribió un poema. “Escribo poesías y canciones en hojas de maquinilla”, dice.

Desde su encantadora sencillez dice que tiene un mensaje. “Que lean mucho y que les lean a sus hijos, porque eso abre las puertas del conocimiento”.

Laura estudia en el colegio Dulce Despertar y pasó para tercer grado. De sus amiguitos de aula dice que lo de que ella sea escritora “lo aceptan, pero algunos se ponen envidiosos”.

Le encantan las Matemáticas. “Terminé con 96 de promedio -le dice a su mamá, quien dijo que era 95- no relaje con mi promedio”, aclara.

Menciona a Aymar y a Mariangel, sus mejores amiguitas, quienes no escriben. “Pero si hay una actividad ellas siempre van”, las justifica.

A una pregunta de qué quisiera ser cuando sea grande, su hermanita Amelia, de cuatro años, responde por la niña escritora “Veterinaria”. Pero Laura corrige, sin respirar, como una ráfaga: “Esa es ella que quiere estudiar veterinaria. Yo quiero ser cantante, escritora, poeta, artista, profesora de ballet y policía”. Mientras tanto, ya logró algo: es escritora.

Alfonso Quiñones