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María Antonia Bofill rescata del olvido la expedición a Santo Domingo de 1959

Agradece al Archivo General de la Nación la publicación de su obra

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María Antonia Bofill rescata del olvido la expedición a Santo Domingo de 1959
Juan Pablo Ortega, María Antonia Bofill, Roberto Cassá, Miguelina Crespo, Marisol Mesa León y Daniel García Santos. (FUENTE EXTERNA)

SANTO DOMINGO. Su corazón es débil y su voz queda. Solo al adentrarse en la conversación se descubre la gran fuerza interna de esta mujer menuda que creció con el dolor de un olvido histórico, que en 1988 la empujó a recuperar la memoria de su padre y otros 29 hombres que ofrecieron sus vidas en sacrificio por la libertad del pueblo dominicano, hace 58 años.

María Antonia Bofill es hija de José Antonio Bofill Carbonel, uno de los guerrilleros cubanos que fue asesinado por las fuerzas represivas de François Duvalier, en Haití, a donde fue a dar la embarcación en que habían salido desde Cuba, en agosto de 1959, con la intención de apoyar las expediciones del 14 y 20 de junio. Solo cinco sobrevivieron.

Ella tenía apenas cinco años y nunca más volvió a ver a su padre. Tampoco se publicó mucho sobre aquel acontecimiento, que fue quedando sepultado en ese silencio tácito que condena a los desgraciados y que poco a poco borra su historia. “Yo nunca olvidé. Desde niña me planteé interrogantes con escasas respuestas que fui recopilando poco a poco”, dijo.

Estas fueron 30 historias que María Antonia Bofill empezó a recuperar en 1988, sin saber aún que haría con todos esos datos que iba recabando, entrevistas a sobrevivientes, relacionados y familiares. Sabía que era doloroso, pero liberador para cada una de esas familias y personas que le facilitaron fotografías y documentos para su, en ese momento, archivo sobre la gesta.

“Hubo escasas publicaciones, algunas columnas en los medios, en septiembre de 1959 apareció la última referencia en prensa cubana sobre ese hecho. Fueron condenados al olvido de amigos y enemigos de la revolución”, expresa Bofill, citando a Eduardo García Michell y José Miguel Abréu Cardet, sin pensar siquiera que fuera adrede, como una acción política. Más bien quedó como un intento fallido, que aunque cobró 25 vidas, no trascendió.

Cuenta que de alguna manera, en 2009 le llegó un reportaje publicado en el periódico Hoy en República Dominicana, firmado por la periodista Ángela Peña, que a su vez recibió los datos sobre esta expedición, que nunca se había mencionado, de parte del doctor Laureado Ortega, quien había obtenido la referencia de una conversación casual con un cónsul cubano.

Gracias a que la reportera siguió el rastro de esa pista, en 2009 se publicó por primera vez en el país la ocurrencia de esos acontecimientos. Bofill cuenta la emoción y el gran alivio que sintió al recibir el recorte y entonces comprendió que había llegado el momento de darle forma a los datos que tenía.

No fue fácil, comenta. Tuvo muchos obstáculos y limitaciones, pero también recibió apoyo de muchas personas. Ella no tenía computadora y escribía sus líneas a mano, pero un amigo le fue digitando los manuscritos y haciéndole un archivo digital. Visitó hemerotecas, entrevistó a muchas personas y cada historia, aunque nacía en un punto distinto de la otra, terminaba haciéndose paralela con las demás y se entrecruzaban.

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Infografía

“La carga emocional era muy grande, era un gran peso para mí y por eso en el libro trato de que mi voz no se escuche. Que se escuche a los personajes, sin el sesgo de mi propio dolor”.

Y entonces, en 2006, su amigo José Miguel Abréu Cardet, la puso en contacto con el director del Archivo General de la Nación de la República Dominicana, el historiador Roberto Cassá, quien de inmediato aprobó la publicación del material escrito por María Antonia Bofill y así dar un lugar en la historia a esa expedición olvidada.

El libro “La olvidada expedición a Santo Domingo 1959” fue puesto a circular por el Archivo General de la Nación en el año 2015 y ella no pudo estar. Pero recibió un ejemplar que abrazó contra su pecho y cuenta que cerró los ojos y sólo escuchaba el latido de su corazón, mientras se decía muy para adentro: “Por fin se ha pagado la deuda histórica con mi padre y sus compañeros”. Pasó un buen rato antes de decidirse a abrir el sobre y mirar el libro, de cuyas historias se enamoró.

María Antonia Bofill está en el país, a propósito de la puesta en circulación de la segunda edición de su libro, a cargo de la Comisión Nacional de Efemérides Patrias y el Comité Patriótico Francisco Alberto Caamaño. Es la primera vez que sale de Cuba y lo hace para asistir a la presentación del libro que escribió para liberar el recuerdo del sacrificio de su padre y otros 29 cubanos hace casi 60 años.

Visitó al director del Archivo General de la Nación, Roberto Cassá, quien agradeció a la autora de “La olvidada expedición a Santo Domingo 1959” la confianza depositada en la entidad y en su persona para publicarlo.

“No podía dejar de visitar a Roberto Cassá, quien me ofreció tanto apoyo y acogió este libro en el AGN”, dijo Bofill quien es pedagoga con maestría en historia y asegura que quedan cosas por contar, pero no es el tiempo todavía.

María Antonia Bofill estuvo acompañada de Miguelina Crespo y Juan Pablo Ortega, del Comité Patriótico Francisco Alberto Caamaño, y fueron recibidos por Cassá en compañía de Marisol Mesa León, directora de Planificación y Desarrollo, y Daniel García Santos, encargado del área de publicaciones del AGN.

La segunda edición del libro se puso a circular el viernes 30 de julio en la Academia Dominicana de la Historia, con el auspicio de la Comisión Nacional de Efemérides Patrias, el Comité Patriótico Francisco Alberto Caamaño y la Fundación Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo.

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