Una noche mágica clausura el Festival Musical de Santo Domingo

SANTO DOMINGO. La novena sinfonía de Beethoven cerró con éxito el undécimo Festival Musical de Santo Domingo la noche del pasado miércoles en el Teatro Nacional.

La Orquesta y el Coro del Festival, bajo la acertada dirección del maestro José Antonio Molina y la participación de la soprano Ana Lucrecia García, la mezzosoprano, Anna Moroz, el tenor Francisco Carrujo y el barítono Günter Haumer dejaron un gran sabor en la audiencia que llenó la sala Carlos Piantini.

La magistral interpretación del coro y los solistas invitados parecía un sólido cuerpo que durante una hora y veinte minutos hizo vibrar a un público que apenas respiraba para no interrumpir la magia que se sentía en el ambiente.

Los cuatro movimientos de la novena fueron intensos, sublimes y moderados cuando correspondía. La batuta del maestro Molina se movía y marcaba la entrada y salida de los instrumentos y el acompañamiento coral.

Allegro ma non troppo, un poco maestoso; Scherzo: Molto vivace - Presto; Adagio Molto e cantabile - Andante moderato; Presto - Allegro assai- Andante maestoso- Allegro energico, sempre ben marcato- Allegro ma non tanto - Prestissimo, de la afamada Sinfonía número 9 en Re menor, Opus 125 del maestro alemán Ludwing Van Beethoven llegaron a cada rincón de la sala. Mención especial merece el Coro del Festival integrado por 94 voces bajo la dirección del joven maestro Elioenai Medina. Como sucede con las obras de la dimension de la novena Sinfonía, el coro no utilizó partitura alguna y lo propio hizo el maestro Molina, lo que supone un gran riesgo que solo los grandes se atreven a asumir ante una audiencia que demostró ser conocedor de la obra del gran Beethoven.

El público tributó un aplauso que se prolongó por un largo tiempo. De esa manera reconocieron la calidad de una apuesta en la que indudablemente el maestro Molina se creció como director.

Charlas

Eduardo Villanueva y Margarita Miranda desarrollaron una charla cada noche del Festival. El bar Juan Lockward se habilitó una hora antes de cada concierto para hablar del programa.

Severo Rivera