Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Libros
Libros

Virtudes Uribe, una larga y fructífera andadura promoviendo el libro dominicano

Cerrará la emblemática librería La Trinitaria tras cumplir su misión histórica

SANTO DOMINGO. En los umbrales del cierre de la emblemática Librería La Trinitaria, Virtudes Uribe, alma del negocio capitalino, repasa su dilatada andadura de cuarenta años promoviendo obras nacionales, con la convicción de que ha cumplido su “misión histórica”.

Tomar la decisión de cerrar la librería ha sido el resultado de un largo proceso que la ha llevado a promover la venta del local del negocio, donde se han sentado varios premios Nobel, una autora Premio Cervantes y conocidos escritores dominicanos, lectores empedernidos y fieles tertulianos.

“Cuando se funda La Trinitaria había muchas librerías, solo en la zona colonial había 18, de las cuales solo quedan cuatro. Ahora hay una situación económica precaria. Fuera de este entorno han cerrado 10. El hecho de que uno considere que la situación del libro ha cambiado, se debe a las políticas públicas que se han impuesto ahora, que no protegen al libro”.

Entre cientos de libros, fotos de celebridades de la literatura como Mario Vargas Llosa, José Saramago, Elena Poniatowska y Julia Álvarez, expresa: “Cuando una bocina oficial con poder y dinero dice que la República Dominicana será República Dominicana digital, puedes entender que la parte del libro terminó”.

Recuerda que en el país está vigente todavía la Ley del Libro, que dispone la instalación de bibliotecas barriales y populares, medida que no ha sido aplicada.

Se queja de que en el país no existe la organización de bibliotecas en las escuelas públicas, que tendría que hacer el Ministerio de Educación. “No hay bibliotecas organizadas, de acuerdo al programa de estudios del alumno y al programa de enseñanza del maestro. No se debería abrir ninguna escuela sin que antes se instale la biblioteca, y lo que instalan es una sala con computadoras. En las escuelas que se inauguran ahora, yo no he visto que se instalan bibliotecas”, agrega.

Ahora pide a las autoridades gubernamentales que protejan el libro dominicano, pues está en crisis, que organicen las bibliotecas municipales y escolares y promuevan la lectura, a través de concursos estudiantiles.

“Hace falta darle al estudiante la motivación suficiente para que busque el libro, y la única forma es así, dándole concursos, ofreciéndole premios, motivándolo... De una forma solitaria es muy difícil, porque en realidad al muchacho no le gusta leer. Lo que le gusta es el chateo y contra eso tenemos que luchar”, argumenta.

Expandir imagen
Infografía

Poco interés en las bibliotecas

Uribe lamenta el escaso interés que existe en las bibliotecas, hecho que considera grave, “porque en ningún país se abre un centro de enseñanza sin antes tener una biblioteca instalada”.

Agrega: “Tú visitas escuelas y colegios y pides que te muestren el área de la biblioteca, y el espacio existe. Están los tramos, están las mesas, las sillas y cinco libros viejos. Y mandan allí a los alumnos de castigo... Imagínate con lo que a uno le ha tocado luchar, y prácticamente con ese discurso de que hay que cambiar las mochilas por tabletas y a los maestros darles computadoras... Aquí hubo una vez un funcionario que dijo que aquí la era del lápiz y el papel había terminado. Eso es grave y cuando lo dice una persona que es escritor y ha tenido que ver con la educación es grave”.

Misión cumplida

La señora Uribe tiene la certeza de que su librería, situada en la Ciudad Colonial dominicana, cumplió su misión histórica.

“Han sido años difíciles. Los comienzos fueron muy duros. Nosotros comenzamos, no a vender libros dominicanos, sino libros de fuera, libros marxistas, en los doce años de Balaguer. Esos libros se vendían muy bien. Venían libros del Fondo de Cultura Económica, de Siglo XXI... Teníamos buena clientela. Se vendían inmediatamente. Era el boom. Después que vino la democracia, que vino el gobierno de Antonio Guzmán, que abrió las cárceles y trajo del exilio a los que habían tenido que irse y legalizó los partidos de izquierda, entonces el libro descendió”, dice.

Rememora que el libro carecía del atractivo que tuvo en la era de Balaguer, etapa en que de la librería se incautaron libros como “El diario del Che en Bolivia” y “El derrumbe de la democracia”. Entonces, tenía que ir al aeropuerto de Las Américas y a la Secretaría de las Fuerzas Armadas y “hablar inglés” para que les entregaran las obras importadas.

“Todo eso lo vivimos nosotros en los doce años. Fueron años difíciles. Luego con la apertura democrática, un día me senté con Juan Báez, mi cuñado, y le dije vamos a tener que vender esto o cerrarlo”, evoca.

Reflexionando sobre el nuevo contexto del negocio, le surgió la idea de vender libros dominicanos, decisión criticada en principio, pues muchas personas no confiaban en que ese producto, “mal escrito y mal editado”, tuviera aceptación comercial. Pero ella decidió promover las obras a través de exhibiciones.

La primera exposición la hizo en la Casa Rodrigo de Bastidas, en la Ciudad Colonial, con el apoyo de la entonces directora de ese museo, Rosa María Vicioso, a quien le agradece el entusiasmo con el que acogió su solicitud.

“La exhibición fue exitosa. Fueron gentes a las que les interesó el libro. Si no fue un gran éxito, tampoco fue un fracaso. Las ventas ni estuvieron malas ni buenas, pero yo me sentí muy satisfecha”, recuerda.

Posteriormente continúo haciendo exposiciones en universidades como UNIBE, APEC y PUCMM y en la Academia Dominicana de la Historia. Incluso hizo montajes en Santiago, La Vega y Moca. Para ella “fue una gran experiencia caminar los pueblos llevando el libro dominicano”.

Además, abrió un capítulo de edición de libros y publicó unas cien obras de historia y literatura, de escritores nacionales y residentes en el exterior.

“Hemos publicado a escritores dominicanos, sobre todo, pero libros de historia que sirvan de apoyo a los estudiantes. Lo que más se vende es la historia, el testimonio. Y después en literatura lo que más se vende es el cuento y la novela. La poesía se vende poco”, explica.

Promoción del libro

En la década de los ochenta, la librería empezó a participar en la famosa Feria del Libro de Guadalajara, en México, luego de que su directora viniera al país e invitara personalmente a Uribe a concurrir, pues tomó en cuenta que el establecimiento tenía el gran fondo bibliográfico dominicano.

“Esa fue la primera vez que el libro dominicano salió a una feria internacional, a Guadalajara”, evoca. Después pudo participar en ferias realizadas en Venezuela y Costa Rica y en la Feria de Minería de México, donde recibió mucho apoyo del entonces embajador dominicano en esa nación, Pablo Mariñez. Posteriormente, cuando finalizó la gestión del diplomático en México no pudo volver más por falta de respaldo gubernamental.

La librería La Trinitaria ha sido clave para colocar el libro criollo en bibliotecas de Estados Unidos y Europa. “Nosotros, relata Uribe, les vendemos a personas que tienen contratos con bibliotecas de universidades y visitan la República Dominicana. Ahora van a venir a la feria a comprar libros que ya están vendidos a bibliotecas de los Estados Unidos y de Europa. Eso es esencial, que el libro dominicano salga del país. Ellos compran y se llevan hasta cien cajas de libros y los venden a las bibliotecas. Tú vas ahora mismo a la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y visitas la parte dominicana y ahí está todo al día”.

Anualmente, la librería publica un catálogo con las novedades bibliográficas y lo distribuye “al mundo”. Por eso, Uribe recibe diariamente llamadas desde Puerto Rico, Estados Unidos, “y de dónde sea”, de personas interesadas en alguna obra criolla. “Particularmente yo me he preocupado porque el libro dominicano se difunda y se distribuya”, enfatiza.

Distribución de las obras

Recientemente, el ministro de Cultura, Pedro Vergés, expresó a Diario Libre su interés de crear una distribuidora de libros, y al respecto Uribe valoró la idea del funcionario, arguyendo que respalda a todo el que piense en apoyar al libro, que a su juicio está en crisis.

“Pero no es solamente la distribución del libro, argumenta, es también su difusión. Hay que motivar a la gente para que lea, porque no hay política de motivación”, expresa. Además argumenta que los ministerios de Cultura y Educación deben organizar concursos que fomenten la lectura, en torno a la conmemoración de fechas conmemorativas de hitos nacionales como la Restauración, la Guerra de Abril y la Independencia Nacional.

A su juicio el problema es la falta de motivación y de incentivo a la lectura. “¿Tú quieres biblioteca mejor instalada y más completa que la Biblioteca Antillense Salesiana, formada por el padre Jesús Hernández?”, pregunta.

“Ese hombre la ha hecho sin ningún apoyo, y es excelente. Es la mejor biblioteca que hay en este país. ¿Tú crees que puede haber escuelas y colegios sin bibliotecas organizadas? Entonces no critiquemos el sistema de enseñanza. Esa es una piedra básica: el libro. ¡Ah!, pero creen que cuando meten diez computadora, es una maravilla. No. Fuera de aquí, hay libros y tecnología”, recalca.

TEMAS -
  • Libros