El Cirque du Soleil, la alegoría de la felicidad
SD. La primera vez que fui al circo -tendría unos 4 años- fue a la carpa del Circo Hermanos Montalvo. Me dijo mi padre que un señor que cantaba, al inicio del show, era un tal Javier Solís, que se deshacía en unos bolerones de arráncame las venas. Recuerdo que mi padre, enfadado, tuvo que llevarme a casa porque la salida de los leones me dio ganas de vomitar.
Luego vi pasar carpas de todos los tamaños y artistas de todos los tipos. Vi los circos más pequeños del mundo, como una carpa donde cabíamos no más de 10 muchachos y un payaso atado a la sobrevida en la Cañada, también en Manzanillo.
Otro circo grande traía a un amigo de la niñez de mi padre, convertido en domador de perritos, hasta que se le murió la principal. Luego fui amigo de clowns y domadores de tigres, tanto de los circos de Moscú, como el Nacional de Cuba.
Hace poco vi el Cirque Eloize, una variante en blanco y negro del Cirque du Soleil y la Compañía de Acróbatas de Taiwán, con un derroche de destrezas que se ganaron más de una ovación del Teatro Nacional Eduardo Brito.
La noche del jueves el debut del Cirque du Soleil en el Palacio de los Deportes, de la mano de un Saymon Díaz eufórico, que logra la mayoría de edad con este espectáculo, fue una fiesta en ocasión del 11 aniversario de Orange y gracias al respaldo del Grupo Ramos.
Cirque du Soleil es la metaforización del arte circense. El creador del Cirque du Soleil, Guy Laliberté, es al circo lo que a la gastronomía es Ferrán Adriá. Tal y como Adriá se ha dedicado a indagar en la cocina nuclear, así Laliberté hurga en la poesía y en la fusión de géneros para reinventar el circo, investiga en las nuevas tecnologías y las pone en función del talento y de las destrezas. Se trae a los clowns y les devuelve el hilo conductor en el idioma más universal, el de la risa. Retoma algunos números de la Compañía de Acróbatas de Taiwán (casi el 40% del show está basado en ellos), los re-crea con un poco de fabulación, los reviste con música, vestuario y luces y los deja ser.
El espectáculo "Dralion" tiene números sin dudas asombrosos como el de los saltadores en la cama elástica que parece que rompen las leyes de la física y escalan por la alta pared metálica en una inclinación de 90 grados. Unos payasos eficientísimos; los palos de bambú, el aro aéreo, la mano de equilibrio, el salto entre aros, entre otros, son la espina dorsal del espectáculo, en el que la segunda parte resulta un poco más lenta, y hasta cansona.
No osbtante, hay una narración casi filosófica, que habla de los elementos de la vida: el aire (contado en azul), el agua (en verde), el fuego (rojo) y la tierra (ocre), mezclados como en los orígenes, con culturas mezcladas y en un equilibrio soñado hombre y natura.
La belleza de los vestuarios, el acento necesario de las luces, la música en vivo, y el protagonismo a la par de lirismo y tecnología, hacen de este espectáculo, una alegoría de la infancia, que es decir, de la felicidad.
Datos
Horario. Sábado 4:00 y 7:30 p.m. Domingo 1:00 p.m. y 5:00 p.m.
Lugar. Palacio de Deportes
Boletas. Balcón RD$1,500; Platea Box RD$3,000; Platea RD$4,000 y VIP RD$7,000.
PATROCINADORES. Orange y Grupo Ramos
Alfonso Quiñones


Alfonso Quiñones