El glaucoma no se cura, se controla
Cuanto antes se detecte, mayor será la posibilidad de prevenir la pérdida de la visión general
SD. El glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible a nivel mundial. Según datos recientes, se estima un aproximado de 60 millones de personas con esta enfermedad y, en los próximos 10 años, se espera un aumento en un 30% en el número de afectados.
Al conmemorase este próximo 12 de marzo el Día Mundial del Glaucoma, los especialista apuestan a las nuevas tecnología para la detección temprana y el diagnóstico certero de esta enfermedad, que se caracteriza por un daño progresivo al nervio óptico.
Según explica Katia Cabrero, oftalmóloga con especialidad en glaucoma congénito y del adulto, entre los últimos avances para combatir esta enfermedad está la introducción de microimplantes, empezando la era de la cirugía mínimamente invasiva; sin embargo, se toma en cuenta de que no todos los pacientes califican para la intervención, “ya que en los casos de glaucoma más avanzados, dice la experta, la cirugía convencional consigue unas presiones intraoculares más bajas y, por lo tanto, sigue reinando en estos pacientes que no se controlan con gotas”.
El objetivo del tratamiento es reducir la presión ocular y esto siempre va a depender del tipo de glaucoma que tenga el paciente. En la actualidad existen combinaciones de fármacos más potentes y con menos conservantes que permiten una mejor tolerancia y menos efectos secundarios en la superficie ocular, resalta Cabrero.
En cuanto a la prevención, explica que la pérdida de la vista puede ser prevenible mediante la detección precoz. Esto se realiza en una consulta de oftalmología donde se mide la presión intraocular del paciente, analizando el fondo de ojo y otros estudios complementarios. El glaucoma no tiene predilección de sexo, afecta ambos por igual. Su sintomatología es silente y los pacientes continúan con una vida normal: leen, manejan y realizan las actividades del diario vivir sin problema, sin embargo, mientras el padecimiento avanza se disminuye poco a poco el campo de visión del enfermo llegando a tener visión borrosa, pérdida de la visión lateral, sensible a la luz, párpados tensos, dolor de cabeza, entre otros, manifiesta la doctora con consulta en previa en el Instituto Espaillat Cabral.
Tipos de glaucoma
El más frecuente es el glaucoma primario de ángulo abierto. Éste daña lenta e inexorablemente el nervio óptico, mientras que el paciente no nota ningún síntoma. Si se diagnostica a tiempo, se puede tratar con gotas oculares, láser selectivo y mediante chequeos rutinarios se valora la progresión o no de la enfermedad. Si esta sigue avanzando o el paciente no puede llevar adecuadamente el tratamiento, se lleva a cirugía.
Existen también los glaucomas secundarios o el de ángulo cerrado. En este último, el paciente suele llegar referido de una sala de emergencias, pues el ojo se endurece súbitamente debido a la presión tan elevada, causando un cuadro de dolor intenso y alteraciones de la vista. Si este cuadro no es corregido rápidamente, las posibilidades de ceguera son elevadas.
Señales de alerta a tener en cuenta, según la OMS
• La pérdida lenta de la visión lateral o periférica (también llamada visión del túnel).
• Dolor súbito e intenso en un ojo, visión borrosa o disminuida, a menudo denominada “visión nublada”.
• Náuseas y vómitos.
• Círculos similares al arcoíris alrededor de las luces.
• Enrojecimiento de los ojos.
• Inflamación en uno o los dos ojos.
• Para el glaucoma congénito los síntomas generalmente se notan cuando el niño tiene unos pocos meses de vida.
• Opacidad en la parte frontal.
• Agrandamiento de uno o ambos ojos.
• Enrojecimiento de los ojos.
• Sensibilidad a la luz y lagrimeo.
Yohanna Hilario

Yohanna Hilario