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El lápiz fue inventado un día como hoy

Aunque Francia y Austria se disputan el invento, se atribuye al austríaco Hardtmuth

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El lápiz fue inventado un día como hoy
El lápiz es una herramienta fundamental en el mundo
Santo Domingo. Uno de los más útiles instrumentos de comunicación de la humanidad se inventó un día como hoy.

La necesidad y la inventiva de varios europeos del siglo XVIII, crearon este instrumento esencial para la primera educación y para innumerables aplicaciones en la vida.

En 1564 se descubrió el grafito, en Cumberland, (Inglaterra, cercana a la frontera con Escocia). A partir de la mitad del Siglo XVII, las minas inglesas de grafito eran explotadas por la corona, y servían también para la fundición de cañones, pero su producción estaba muy reglamentada, por lo que se penaba con pena de muerte al obrero que llegara a extraer un fragmento de dicho material.

En 1792 se cortaron las relaciones entre Francia e Inglaterra. Esto hizo que el ingeniero francés Jacques-Nicolás Conté, ideara unos lápices de grafito y arcilla, rodeados de madera de cedro, que se introdujeron en la corte de Luis XIII y se impusieron en el mundo. Aunque otros documentos indican que el verdadero inventor fue el austríaco Josef Hardtmuth.

Hijo de un carpintero de Aspern an der Zaya, Baja Austria, Hardtmuth aprendió en Viena el oficio de albañil, llegó a ser arquitecto de los Príncipes de Liechtenstein y fundó posteriormente una fábrica de tejas y una manufactura de loza.

Descontento con la baja calidad de los utensilios de los que entonces se disponía para escribir, tuvo la ocurrencia de mezclar la arcilla con polvo de grafito, formar unas minas y cocerlas, para sumergirlas después en un baño de cera para que el grafito dejara rastro en el papel.

Añadiendo las cantidades adecuadas de arcilla a la mezcla, pudo determinar el grado de dureza del lápiz, y en 1792 fundó su propia empresa en Viena, cuya producción sigue existiendo hoy en día.

La dureza de los lápices depende de la proporción entre grafito (una variedad del carbono) y arcilla: cuanto más grafito se utilice, más blando u oscuro es el trazo del lápiz. Se mezclaba polvo de grafito con arcilla, cortando en pequeñas barras que luego se cocían, proceso que fue perfeccionado en 1812 por el estadounidense William Monroe.

John Eberhard (nacido en 1822) construyó la primera fábrica de lápices en gran escala, en Estados Unidos de América. En las últimas décadas del Siglo XX, Brasil era uno de los principales productores de lápices, con 4.500 millones de unidades por año.

La fábrica Faber

En 1750, Kaspar Faber, artesano de Baviera, mezcló el grafito con polvo de azufre, antimonio y resinas, hasta que dio con una masa espesa y viscosa que convertida en varita se conservaba mas firme que el grafito puro.

Su producción y venta recibió un fuerte impulso a mediados del siglo XIX, de manos del barón Lothar Faber, que adquirió en 1856 una mina de grafito en Siberia, cuya producción hizo transportar a lomo de reno y por barco hasta la factoría de Stein.

Lothan disgustado y perjudicado por las imitaciones logró en 1874 que el Reichstag promulgara una ley para proteger su marca, lo que convirtió a su lápiz en el primer artículo patentado de Alemania: A.W. Faber que llevaba junto al apellido el nombre del hijo de Kaspar, Anton Wilhelm.

El "museo del Lápiz" guarda una carta del pintor Vincent van Gogh a su amigo Van Rappard, donde elogia los lápices que "dan un excelente negro" y dice que ha" dibujado con ellos a una costurera y obtenido el mismo efecto que con la tiza litográfica".