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El mundo ficticio de Un macho de mujer

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El mundo ficticio de Un macho de mujer
Ana Karina y Roberto Salcedo.
SANTO DOMINGO. Director y guionista que aterriza en el cine procedente del mundo de la televisión, más que satisfacer su voluntad, con Un macho de mujer, el cineasta Alfonso Rodríguez filmó una película que bien podría complacer las expectativas del espectador promedio.

Sustentado fundamentalmente en el machismo del latinoamericano, el guión de Rodríguez plantea la divertida hipótesis de cómo sería una sociedad donde el hombre asume el rol de la mujer, en todo el sentido de la palabra, inclusive el embarazo. Y esa hipótesis es precisamente el punto fuerte de Un macho de mujer, que protagonizan Roberto Angel Salcedo, Ana Karina Casanova y Daniel Sarcos.

Es cierto que la premisa de la película no es una novedad en el cine, pero Alfonso saca partido a las vicisitudes que afectan la cotidianidad de un macho que actúa como mujer. La cinta significa el primer intento cinematográfico de una asociación que incluye al actor principal, el realizador y otros inversionistas que procurarán desarrollar otros proyectos.

Un retraso de varios "segundos" en el ritmo de proyección de la premiere de Un macho de mujer -que al final significaron 18 minutos de más -, constituye un elemento que obligará a una segunda revisión de la película, pero en el cine. Como debe ser. Alfonso Rodríguez tiene en el guión y las actuaciones, principalmente de Ana Karina Casanova -actriz de experiencia probada- y Roberto Angel Salcedo, que debe evitar el histrionismo propio del teatro, la parte mejor lograda del filme, sin desdorar los aportes de María del Carmen Hernández y Jochy Santos.

Con una historia creíble, y un buen desenlace, el director sobrelleva a buen término una película que tiene sus sombras en el limitado uso de los ángulos de cámara, momentos en que la música está por encima de los diálogos y otros elementos que, sin embargo, no restan efectividad a la película.