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"El reumatismo no tiene edad"

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El reumatismo no tiene edad
La enfermedad no tiene edad y puede afectar a jóvenes y niños.

Santo Domingo. ¿Siente algún dolor o rigidez en su musculatura, articulaciones, cuello o espalda? ¿Tiene dificultad al vestirse? ¿Subir y bajar escaleras se le dificulta? Si sus repuestas son positivas, quizás esté sufriendo de reumatismo, enfermedades que afectan al sistema músculo esquelético, y que no tiene edad para su afección.

Según explica Josephine Modesto Suero, pediatra reumatóloga, el principal mito alrededor de estas enfermedades es que suelen asociarse a trastornos de adultos mayores, pero la realidad es que el reumatismo no tiene edad, y puede afectar a jóvenes y niños.

La experta destaca que dentro de las enfermedades reumatológicas de la niñez, las más frecuentes son lupus eritematoso sistémico, fibromialgia, esclerodermia, dermatomiositis juvenil y la artritis idiopática juvenil. Esta última es la que más prevalece.

"La artritis idiopática juvenil (AIJ) afecta a los niños desde muy temprana edad, causando dolor e inflamación de las articulaciones, y cuando no se controla adecuadamente, puede producir deformidad y destrucción a nivel de las mismas, con la consecuente alteración en el crecimiento, haciendo que el niño sea incapaz de realizar sus actividades básicas, por esto es importante un diagnóstico temprano que permita prevenir daños en los huesos", señala la experta.

Asegura que la mayoría de los niños con artritis pueden llevar una vida normal con el tratamiento adecuado, y si se lleva un seguimiento de la enfermedad.

La AIJ puede ser de inicio sistémico, oligoarticular o poliarticular. La primera afecta alrededor del 10% de los niños con artritis. Comienza con fiebres repetidas que pueden ser de 39°C o más, con frecuencia acompañadas de una erupción color salmón que aparece y desaparece. Puede provocar inflamación de los órganos internos, además de las articulaciones, aunque la hinchazón de éstas puede no producirse hasta meses o incluso años después del comienzo de los episodios de fiebre. En los exámenes de laboratorio se observa anemia (bajo conteo de glóbulos rojos) y elevado conteo de glóbulos blancos. La artritis puede persistir, incluso, después de que la fiebre y otros síntomas han desaparecido.

La oligoarticular afecta menos de cinco articulaciones, se observa en alrededor del 50% de todos los niños que sufren de artritis. La poliarticular afecta cinco o más articulaciones y puede aparecer a cualquier edad.

¿Qué provoca la AIJ?

En la AIJ hay un funcionamiento deficiente del sistema inmunológico que afecta la membrana sinovial, que es la que recubre las articulaciones, produce inflamación y daño a la articulación.

Se desconoce la causa de la deficiencia del sistema inmunológico. Sin embargo, las investigaciones sugieren que algunas personas pueden tener una tendencia genética, pero desarrollan la afección sólo después de exponerse a una infección u otro desencadenante desconocido. Alrededor de 1 de cada 1,000 niños desarrolla algún tipo de artritis juvenil. Rara vez se producen en los primeros seis meses de vida.

Diagnóstico

Algunos niños se presentan solamente con dolor, y la hinchazón de la articulación no es obvia. No hay un análisis de sangre que pueda utilizarse para diagnosticar la afección. Como resultado, dependerá de los hallazgos físicos, el historial médico y la exclusión de otros diagnósticos. Los síntomas típicos son: cojera, dolor en las articulaciones, rigidez (entumecimiento) de articulaciones al despertar, renuencia a usar un brazo o una pierna, nivel reducido de actividad, fiebre persistente e hinchazón de la articulación.

También deben descartarse otras afecciones que pueden verse similares a la AIJ, incluidas infecciones, cáncer infantil, como la leucemia que puede debutar con dolores de articulaciones, trastornos óseos, enfermedad de Lyme y Lupus, antes de que pueda confirmarse un diagnóstico de AIJ, dice Modesto Suero.

Por último, la médico advierte que, se debe adecuar el cuidado óptimo para cada niño con AIJ, y deberá brindarlo un profesional experimentado, como lo es el pediatra reumatólogo. El objetivo global del tratamiento es controlar los síntomas, prevenir el daño articular y mantener el funcionamiento. Su prevención se desconoce al igual que su causa.