El vino es medicina preventiva, no curativa
Especialistas afirman que el vino, en especial el tinto, combate enfermedades cardiovasculares y hasta ciertos tipos de cáncer
Diario Libre
Buenos Aires. "El vino es vida, es saludable y es celebratorio, pero puede apreciárselo con media copa. Saber tomar no tiene nada que ver con la cantidad". Quien esto afirma es Fernando Vidal Buzzi, que lleva 25 años escribiendo sobre vino, y que se encuentra en esta ciudad ofreciendo un curso de degustación de tres días en la vinoteca "Setimio".
"Basta con menos de media copa para apreciar el color, el aroma y el sabor", informó el especialista, quien dijo que existen alrededor de 600 bases de sabores, pero que con los matices pueden llegar a varios miles. Vidal Buzzi cuenta que en la degustación intervienen el oído, la vista, el olfato, el gusto y el tacto.
"No se puede elegir entre tomar un tinto o un blanco, porque uno lo bebe con la comida, y así depende de lo que esta sea", respondió ante una pregunta. Asimismo, despejó la "fantasía" de que el vino cure: "Es medicina preventiva -tratándose del tinto-, no curativa, porque se supone que si se toman dos o tres copas con las comidas brindará cierta protección arterial". De todos modos, expresó que tomar mucho hace daño.
[b]El consumo[/b]
También explicó que en los años noventa la cultura del vino se modificó en Argentina. "Bajó el consumo del común: antes, del total que se bebía, un 90% era común y un 10%, fino. Ahora, el 70% es fino y un 30% es común. La gente aprendió a tomar vinos de buena calidad". Admitió que a ello contribuyó la moda, "entendiendo por tal que el vino como la comida, se ha convertido en tema de conversación". "Pero la moda es un adelanto, porque provoca un mayor conocimiento", aclaró.
Hoy día muchos cardiólogos recetan a sus pacientes al menos un vaso de vino diario (tinto, si es posible) para frenar las amenazas sobre su sistema cardiovascular. Muchos creen que la baja incidencia de enfermedades arteriales entre los franceses se debe parcialmente a las propiedades farmacológicas de los compuestos polifenólicos (responsables de la capacidad antioxidante) del vino tinto que consumen con asiduidad.
"Basta con menos de media copa para apreciar el color, el aroma y el sabor", informó el especialista, quien dijo que existen alrededor de 600 bases de sabores, pero que con los matices pueden llegar a varios miles. Vidal Buzzi cuenta que en la degustación intervienen el oído, la vista, el olfato, el gusto y el tacto.
"No se puede elegir entre tomar un tinto o un blanco, porque uno lo bebe con la comida, y así depende de lo que esta sea", respondió ante una pregunta. Asimismo, despejó la "fantasía" de que el vino cure: "Es medicina preventiva -tratándose del tinto-, no curativa, porque se supone que si se toman dos o tres copas con las comidas brindará cierta protección arterial". De todos modos, expresó que tomar mucho hace daño.
[b]El consumo[/b]
También explicó que en los años noventa la cultura del vino se modificó en Argentina. "Bajó el consumo del común: antes, del total que se bebía, un 90% era común y un 10%, fino. Ahora, el 70% es fino y un 30% es común. La gente aprendió a tomar vinos de buena calidad". Admitió que a ello contribuyó la moda, "entendiendo por tal que el vino como la comida, se ha convertido en tema de conversación". "Pero la moda es un adelanto, porque provoca un mayor conocimiento", aclaró.
Hoy día muchos cardiólogos recetan a sus pacientes al menos un vaso de vino diario (tinto, si es posible) para frenar las amenazas sobre su sistema cardiovascular. Muchos creen que la baja incidencia de enfermedades arteriales entre los franceses se debe parcialmente a las propiedades farmacológicas de los compuestos polifenólicos (responsables de la capacidad antioxidante) del vino tinto que consumen con asiduidad.
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