Ideas para tener tu propio negocio

Objetivo definido: lo primero para abrir un nuevo negocio es tener clara la idea que quieres desarrollar.

Planificación: desarrollar un plan de empresa sólido que empieza por analizar el potencial del mercado.

Ubicación: Algo tan simple como pensar dónde van a parquear las personas que visiten tu negocio, si la calle se inunda cuando llueve, si es una zona transitada por tus futuros clientes…

¿Para quién? Identificación de los clientes, hay que hacer una investigación sobre el blanco del público, una labor de mercadeo.

Cuánto te va a costar: hacer cálculos del respaldo financiero necesario. Aquí puedes recurrir a una asesoría legal.

Estatus: de lo anterior se desliga qué carácter legal va a tener tu empresa, si vas a formar una sociedad anónima, una compañía por acciones, etc.

Competencia: No olvides sopesar tus posibles competidores en esa área que elijas.

Plan de negocios: dará la factibilidad de tu idea, incluye la imagen que quieres vender, la estructura operativa y de recursos humanos, el mobiliario, vehículos y la inversión inicial necesaria…

Presupuesto: una vez analizados todos los pasos anteriores debes plasmarlo en números, hacer un presupuesto que te muestre la rentabilidad a corto y largo plazo.

NO DEBES HACER

Trabajar con pasión lo que te gusta sin evaluar su factibilidad.

Iniciar un negocio en sociedad sin definir claramente las reglas del juego entre los socios.

Dejar los planes en la cabeza, aquello que no escribes y pasas a limpio puede variar.

Pensar que la planificación está creada sólo para las empresas grandes.

Trabajar únicamente con recursos propios. En la medida de lo posible tener financiamiento que permita pagar el negocio.

Entender que el negocio no es una extensión de tu bolsillo personal. El dueño de un negocio debe tener un salario acorde a lo que la empresa permita pagarle. Un error muy común es creer que las ventas aparentemente van bien y tomar las utilidades que todavía no son del negocio para cosas personales y no invertirlas en lo que se requiere.

Nunca menosprecies a tu competidor. Cualquiera puede dejarte sin negocio si no sabes manejar ni prever posibles acciones en tu contra.

No sobrevalores ni sobreestimes tus recursos. Puedes creer que cuentas con más recursos de los que verdaderamente posees y encontrarte con la realidad de que no puedes llevar el negocio. El otro extremo es que pudiste haber hecho más con lo que tenías, porque contabas con las condiciones para hacerlo, pero lo subestimaste. Lo mejor es medir los recursos con los que cuentas, tu capacidad y tus relaciones.