Instintos básicos 2, un dilema realmente incómodo
Una sencilla historia policial con trama compleja

Santo Domingo. Problema, dilema y enigma son categorías con las cuales se enfrenta todo narrador al momento de escribir una historia. En el mundo del cine, la industria ha preferido la primera, el problema, es decir, la exposición de hechos con una solución posible y creíble.
Algunos autores, pocos pero relevantes, han preferido la tercera, el enigma; grandes creadores como Orson Welles, Luis Buñuel, Alejandro Jodorowsky, Federico Fellini, entre otros, prefirieron optar por aquello sin comprensión que permanece en el misterio. La segunda categoría, el dilema, es un fin narrativo poco frecuente, la ambigüedad incomoda al espectador y mucho más al productor; es la menos frecuente forma de terminar un relato cinematográfico.
"Instintos básicos 2" tiene como fundamento narrativo el dilema, por ello el espectador sufre desorientación al salir de la sala: no sabe qué es lo que vio, si acaso una historia de desenfreno o la de un inteligente asesino. Esta ambigüedad es lo mejor que posee esta segunda parte que supera en mucho a la primera.
Su punto más sólido es el de un guión lleno de pistas falsas pero coherentes con el conjunto, que llevan la narración por derroteros insospechados, haciendo de la sorpresa el principal factor de enganche con el público.
Es ante todo un filme de género, se trata de una historia policial clásica y sencilla con cuatro personajes principales, pero su trama está de tal modo tejida que se tiene la sensación de estar ante un filme más complejo.
Una escritora es el centro de la acción; busca sensaciones extremas que le sirvan de inspiración para sus novelas, la muerte sigue sus pasos, llevándose a los que se acercan a ella. Es acusada de asesinato, un psiquiatra debe evaluar su mente, entre ambos surge una relación que dará origen a la nueva novela de la escritora.
Sharon Stone es Catherine Tramell, la escritora y David Morrissey es el Dr. Michael Glass, protagonista y antagonista de esta historia que se desarrolla fluidamente en ambientes de alta sociedad, fríos e impersonales.
Interesante es el modo en que la narración utiliza la teoría psicoanalítica, el modo en que los personajes van develando sus deseos y ambiciones, con una progresión dramática muy bien medida. Desgraciadamente el nexo entre cine y literatura no está tratado a profundidad, quedándose en los límites de lo que pudo haber sido un gran filme.
Porque en definitiva, más allá de lo que el espectador ve, hay una praxis narrativa del mayor interés. Situaciones y personajes se construyen para algo que los narradores de la industria han olvidado en gran medida: la fascinación.
En efecto, el cine posee de suyo elementos que lo vinculan al ilusionismo, aquel arte de hacer ver lo que no es. Este discreto pero eficiente filme se afinca en dichos elementos y presenta una narración de estilo poco común.
Recomendable para los asiduos al psicoanálisis, también para quienes se interesan por la narración y para los que deseen acercarse un momento a la duda narrativa, lo más cercano a la duda existencial que nos va quedando en un mar de banales y mediocres certezas.
Basic Instinct 2
Alemania, España, Reino Unido, Estados Unidos 2006. 114 minutos.
Dirección: Michael Caton-Jones.
Guión: Leora Barish & Henry Bean basados en los personajes creados por Joe Eszterhas.
Música: John Murphy, Jerry Goldsmith.
Fotografía: Gyula Pados.
Intérpretes:
Sharon Stone
David Morrissey
Charlotte Rampling
David Thewlis
Algunos autores, pocos pero relevantes, han preferido la tercera, el enigma; grandes creadores como Orson Welles, Luis Buñuel, Alejandro Jodorowsky, Federico Fellini, entre otros, prefirieron optar por aquello sin comprensión que permanece en el misterio. La segunda categoría, el dilema, es un fin narrativo poco frecuente, la ambigüedad incomoda al espectador y mucho más al productor; es la menos frecuente forma de terminar un relato cinematográfico.
"Instintos básicos 2" tiene como fundamento narrativo el dilema, por ello el espectador sufre desorientación al salir de la sala: no sabe qué es lo que vio, si acaso una historia de desenfreno o la de un inteligente asesino. Esta ambigüedad es lo mejor que posee esta segunda parte que supera en mucho a la primera.
Su punto más sólido es el de un guión lleno de pistas falsas pero coherentes con el conjunto, que llevan la narración por derroteros insospechados, haciendo de la sorpresa el principal factor de enganche con el público.
Es ante todo un filme de género, se trata de una historia policial clásica y sencilla con cuatro personajes principales, pero su trama está de tal modo tejida que se tiene la sensación de estar ante un filme más complejo.
Una escritora es el centro de la acción; busca sensaciones extremas que le sirvan de inspiración para sus novelas, la muerte sigue sus pasos, llevándose a los que se acercan a ella. Es acusada de asesinato, un psiquiatra debe evaluar su mente, entre ambos surge una relación que dará origen a la nueva novela de la escritora.
Sharon Stone es Catherine Tramell, la escritora y David Morrissey es el Dr. Michael Glass, protagonista y antagonista de esta historia que se desarrolla fluidamente en ambientes de alta sociedad, fríos e impersonales.
Interesante es el modo en que la narración utiliza la teoría psicoanalítica, el modo en que los personajes van develando sus deseos y ambiciones, con una progresión dramática muy bien medida. Desgraciadamente el nexo entre cine y literatura no está tratado a profundidad, quedándose en los límites de lo que pudo haber sido un gran filme.
Porque en definitiva, más allá de lo que el espectador ve, hay una praxis narrativa del mayor interés. Situaciones y personajes se construyen para algo que los narradores de la industria han olvidado en gran medida: la fascinación.
En efecto, el cine posee de suyo elementos que lo vinculan al ilusionismo, aquel arte de hacer ver lo que no es. Este discreto pero eficiente filme se afinca en dichos elementos y presenta una narración de estilo poco común.
Recomendable para los asiduos al psicoanálisis, también para quienes se interesan por la narración y para los que deseen acercarse un momento a la duda narrativa, lo más cercano a la duda existencial que nos va quedando en un mar de banales y mediocres certezas.
Basic Instinct 2
Alemania, España, Reino Unido, Estados Unidos 2006. 114 minutos.
Dirección: Michael Caton-Jones.
Guión: Leora Barish & Henry Bean basados en los personajes creados por Joe Eszterhas.
Música: John Murphy, Jerry Goldsmith.
Fotografía: Gyula Pados.
Intérpretes:
Sharon Stone
David Morrissey
Charlotte Rampling
David Thewlis
Mario Núñez Muñoz
Mario Núñez Muñoz