Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Premios Soberano
Premios Soberano

Lo que no se vio en TV de Premios Soberano

Que se tratase de la gala más importante del arte nacional, no impidió que muchos se saltaran el protocolo y se gozaran el premio como si estuvieran en la sala de su casa

Expandir imagen
Lo que no se vio en TV de Premios Soberano
En la apertura Nashla bailó muy bien y Roberto trató de hacerlo... (JHON ESCALANTE)

SANTO DOMINGO. Quienes han vivido la experiencia de estar en la sala principal del Teatro Nacional, durante la transmisión de Premios Soberano, saben que lo que se vive allí no tiene nada que ver con lo que se ve en televisión. Es como si se tratara prácticamente de dos eventos diferentes.

No faltan los que quieren colarse sin invitación, los vestidos de cola inmensos con los que todos tropezamos a la hora de ubicarnos dentro del teatro, los que parecen que su asiento contiene una alta dosis de ‘ají tití’, pues se pasaron la noche moviéndose constantemente, en fin, fue una noche llena de momentos jocosos.

Este año su productor apostó a lo que conoce bien, la producción de televisión. Por esta razón advirtió a los presentes, antes de iniciar la transmisión, que a lo largo de la noche iba a interactuar como moderador. Dijo que el teatro se convertía en el estudio de TV más grande del país, y cumplió su palabra, pues a lo largo de la noche estuvo como voz en off, pidiendo aplausos, risas, que subieran al escenario, incluso trató de hacer reír a los presentadores de la noche (no lo logró). En la apuesta se sintió espontaneidad y mostró a un Zayas relajado y en pleno control de todo el espectáculo.

Entre pausa y pausa de la transmisión, el ambiente en el teatro este año fue de camaradería, los ‘famosos’ locales corrieron en masa hacia Daddy Yankee para tomarse un selfie y el Pachá no dejaba tranquilo al pobre Sergio Vargas, quien en varias ocasiones lo llev[o hasta su silla con la expresión en el rostro de “muchacho por favor quédate quieto”.

Como siempre los premios diferidos empezaron mientras la transmisión de la alfombra seguía su curso, razón por la cual muchos ganadores no pudieron subir a recoger su premio, es el caso de La Vieja Fefa y el mismo Pachá que no tuvo chance de hacer una “Pachaseada”. Sin embargo, este no paró un minuto en su asiento, dejó caer su Soberano y se la pasaba saludando gente, en fin... es el Pachá. Quizás para los próximos años le podrían informar a los nominados que su premio será en diferido para que por lo menos suba a recoger su estatuilla.

Y hablando de premios, fueron pocos los celebrados por los presentes. Me refiero a esa alegría que se siente en la sala cuando alguien gana. No es el caso de los premios a Juan Carlos Pichardo, Nelson Javier, Joel López y Pamela Sued, quienes recibieron la ovación de los presentes y el abrazo de sus compañeros.

Este año la sala se integró al show, se cantó, aplaudió y bailó desde sus asientos. Los musicales que más se gozaron fueron: la apertura, el homenaje a Sergio Vargas y el realizado por Milly, Fefita y Maridalia, el cual se gozó a pesar de que ya la gala estaba empezando a cansar a la audiencia. Fue un momento de “despierten” que todavía falta...

Los premios especiales a Cecilia García, Domingo Bautista y Francisco Ulloa merecieron la ovación de pie espontánea de los presentes.

El momento solemne de la noche fue protagonizado por la gran voz de Diomary La Mala. Su voz ayudó a despedirnos de las grandes figuras que partieron en el último año. Diomary lució un vestido con una cola inmensa que se confundía con la pantalla y que se infló pareciendo una nube. Por lo menos desde mi asiento se vio espectacular... Y hablando de los efectos especiales, durante la noche la escenografía lució impresionante. Los musicales tuvieron cada uno hermosos montajes, sin duda fue un trabajo bien pensado y que hizo al escenario lucir impresionante en varias ocasiones. Buenas notas también sacaron el equipo de bailarines, todos lucieron bien ubicados y súper profesionales.

Algo que no logró el impacto deseado en la audiencia en vivo fue la participación de los presentadores. Nashla y Roberto Ángel lucieron robóticos durante las pausas, la interacción con el público fue nula y a pesar de que tuvieron mucha química y lo hicieron mucho mejor de lo que los críticos pensaban, dentro de la sala no animaron a los presentes, limitándose al guion e incluso haciendo silencio total entre las pausas.

Cuando llegó el momento del Gran Soberano se respiraba un aire de ‘terminemos esto señores’. Pero, la escogencia del Negrito de Villa, Sergio Vargas, hizo que la sala reviviera, respondiera en coro a sus preguntas y se gozara sus ocurrencias. Cuando estábamos listos para salir, presentan a Daddy Yankee.

Zayas apostó a cerrar arriba. Le quedó bien, pues solo El Cangry iba a lograr que la gente no abandonara la sala. “Dura” sonó bien, tan bien que nos atrevemos a apostar que fue el único en cantar en vivo durante la noche.

Premios Soberano 2018 cumplió su cuota, Zayas triunfó y el pataleo inicia en tres, dos, uno...

TEMAS -