Los viajes del Papa a América
República Dominicana y México fueron los primeros países a los que viajó, en enero de 1979, y desde entonces América, y más concretamente, Iberoamérica ha sido una zona de referencia en sus 26 años
Juan Pablo II ha peregrinado por los cinco continentes en sus 26 años de Pontificado, con especial detenimiento en América, hemisferio al que ha viajado en 22 ocasiones. Precisamente, la primera salida del Vaticano del "Papa viajero" fue al continente americano, donde se concentra la mitad de los mil millones de católicos que hay en el mundo.
La República Dominicana y México fueron los primeros países a los que viajó, en enero de 1979, y desde entonces América, y más concretamente, Iberoamérica ha sido una zona de referencia en sus 26 años de Pontificado.
Juan Pablo II ha visitado prácticamente todos los países iberoamericanos y en momentos difíciles de sus historias, como la Argentina de Galtieri (1982), la Nicaragua sandinista (1983), el Chile del general Pinochet (1987) o la Cuba de Fidel Castro en 1998.
LA PALABRA DEL PAPA EN AMERICA
En todos sus viajes al Nuevo Mundo, Juan Pablo II palpó la honda fosa entre pobres y ricos, y denunció las graves injusticias sociales y la falta de libertades políticas.
De los viajes del Papa al mundo latinoamericano quedarán en la memoria, como gestos significativos, la amonestación, con el dedo alzado, al padre Ernesto Cardenal, ministro de Cultura del gobierno sandinista (1983), por su participación en la vida política.
También el abrazó a Hélder Camara, el obispo de los pobres, en Brasil; el recogimiento ante la tumba del arzobispo mártir salvadoreño Oscar Romero, en San Salvador, o la invitación a que hablara dirigida a un indígena que estaba denunciando las numerosas injusticias que padecía su pueblo, en Colombia, al que las autoridades querían acallar.
En América Latina, el Papa ha visto el continente de la esperanza de la Iglesia y el futuro más prometedor de la nueva evangelización, así como la acogida más calurosa y masiva a su figura. "América Latina –dijo en 1997 ante la Pontificia Comisión para América Latina- es un continente joven y lleno de esperanza, en el que no faltan estridentes contrastes que imponen a los sectores menos favorecidos de la población el pago de intolerables costos sociales".
Si hay un continente en el que la palabra del Papa haya tenido fuerte eco, incluso en las instituciones, ese es Latinoamérica. Su mediación en el diferendo austral entre Chile y Argentina, que conjuró una guerra y cristalizó en el tratado de amistad y cooperación entre los dos países, es un ejemplo de la influencia del pontificado en la vida latinoamericana.
También ha contribuido a que no degenerara el enfrentamiento fronterizo ecuato-peruano, con sus constantes llamadas al diálogo, así como a la solución de los conflictos internos en San Salvador, Guatemala y Nicaragua.
En sus viajes e intervenciones sobre Latinoamérica, Juan Pablo II denunció tanto la ideología capitalista liberal como el colectivismo marxista, ambos "incoherentes con la fe y la cultura" del Nuevo Continente (Bolivia, 1988).
Encaró el problema interno a la Iglesia del enfrentamiento entre sectores progresistas y conservadores, directamente relacionado con la posición frente al compromiso temporal y la lucha por los derechos humanos y la justicia.
Para ello "normalizó" la inquietud de obispos comprometidos, enfrentados a los poderes políticos y económicos, como los de Perú y Brasil, con un relevo episcopal mediante figuras más "espirituales" y menos "políticas", que no ha satisfecho a los sectores progresistas de la Iglesia.
Fue capaz de denunciar los excesos de la dictadura del comunismo cubano en presencia de Fidel Castro, en su histórica visita a la isla en 1998, que dejó el recuerdo indeleble de ver, frente a frente, las imágenes del Che y de Jesucristo, y consiguió que la Iglesia cubana comenzase a salir del túnel en que la sumió el régimen castrista. "Cuba amigo el Papa está contigo", dijo el Pontífice al casi un millón de personas que llenaron la Plaza de la Revolución de La Habana para escuchar a Juan Pablo II.
Durante sus más de veinte viajes al continente americano, el Papa conectó con la profunda piedad popular de las poblaciones católicas e hizo de sus visitas a los santuarios de las patronas americanas un itinerario mariano que une el Caribe con la Tierra del Fuego.
MÉXICO, UN PAÍS CLAVE EN SU PONTIFICADO
A México ha ido en cinco ocasiones, la última en julio de 2002, para canonizar en Ciudad de México al indio Juan Diego, al que se le apareció la Virgen de Guadalupe y el primer indígena elevado a la gloria de los altares. Y fue invitado a visitar de nuevo México en 2004 para clausurar el congreso eucarístico internacional.
Juan Pablo II ha reiterado su devoción por la Virgen de Guadalupe, conocida como la "Emperatriz de las Américas", y como bien demostró durante su cuarta visita al país, en 1999. En aquella ocasión, el Pontífice aseguró, durante una multitudinaria ceremonia, que "el Papa es polaco pero a partir de hoy se siente mexicano".
México, el país de América con mayor número de católicos después de Brasil, fue visitado por primera vez por Karol Wojtyla a los tres meses de ser elegido Papa el 16 de octubre de 1978.
Durante ese viaje, el primero al extranjero de Juan Pablo II, Su Santidad visitó la capital mexicana y las ciudades de Puebla y Guadalajara con el objetivo de impulsar el establecimiento de relaciones diplomáticas entre el Vaticano y México. Además, participó, el 26 de enero de 1979, en la Tercera Conferencia de Obispos de Latinoamérica.
Pero fue en su segunda visita, efectuada en mayo de 1990, cuando la posibilidad de mantener relaciones diplomáticas empezó a considerarse como algo factible a corto plazo. El entonces presidente mexicano, Carlos Salinas (1988-1994), anunció durante esa visita su intención de introducir modificaciones a la Constitución, lo que culminó en 1992 con la creación de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público y el consecuente establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede.
El segundo viaje de Juan Pablo II a México duró ocho días, en los que el Pontífice visitó la capital, Veracruz, Aguascalientes, San Juan de los Lagos, Chalco, Durango, Chihuahua y Zacatecas.
El Santo Padre aprovechó la ocasión para reconocer que la conquista de América fue un fenómeno "luminoso en su conjunto, aunque no exento de sombras", y para apelar a la solidaridad internacional para reducir la deuda externa.
Ya establecidas relaciones, el Obispo de Roma regresó a tierras mexicanas en 1993, aunque su estancia en el país apenas duró 24 horas y se circunscribió al estado sureño de Yucatán.
Seis años más tarde, en enero de 1999, Juan Pablo II volvió a reencontrarse con los fieles mexicanos durante una visita de cuatro días que tuvo como objetivo principal la presentación de las conclusiones del Sínodo de las Américas que comenzó en el Vaticano en 1998.
En el documento se establecían las directrices para la Iglesia Católica ante la llegada del nuevo milenio y se exhortaba a la promoción de cambios basados en el Humanismo.
El Papa aprovechó también su presencia en el país para instar a la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y al Gobierno de México a reanudar las negociaciones de paz, congeladas desde 1996 y que, hasta la actualidad, permanecen estancadas.
El cuarto viaje de Juan Pablo II a México estuvo marcado por una intensa actividad, que incluyó multitudinarios actos en la Basílica de Guadalupe, el Estadio Azteca y el Autódromo Hermanos Rodríguez de la capital, en el que se congregó más de un millón de personas.
Junto con México, Estados Unidos es el país de América más visitado por el Papa, en cinco ocasiones. También visitó este país en su primer año de pontificado, y repitió visita en 1987, 1993, 1995 y 1999.
1979:
- Desde el 21 de enero al 1 de febrero viajó a Santo Domingo, México y las Bahamas.
- Del 1 al 8 de octubre viajó Estados Unidos y ONU.
1980:
- Del 30 de junio al 12 de julio visitó trece ciudades de Brasil.
1982:
- Del 10 al 13 de junio viajó a Argentina.
1983:
- En marzo visita Costa Rica, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Guatemala, Honduras, Belice y Haití.
1984:
- Del 9 al 21 de septiembre viajó a Canadá.
- En octubre viaja a la República Dominicana y Puerto Rico.
1985:
- Desde el 26 de enero al 6 de febrero viajó por Venezuela, Ecuador, Perú y Trinidad-Tobago.
1986:
- Entre los días 1 a 8 de julio estuvo en Colombia (Bogotá, Popayán y Medellín).
1987:
- Del 31 de marzo al 13 de abril visitó Uruguay, Chile y Argentina.
- Del 10 al 21 de septiembre viajó por ocho ciudades de Estados Unidos y Canadá.
1988:
- Desde el 7 al 19 de mayo recorrió Uruguay, Bolivia, Perú y Paraguay, realizando un trayecto de 36.000 kilómetros.
1990:
- Del 6 al 14 de mayo realizó su segunda visita a México, y por primera vez la isla de Curaçao.
1991:
- Del 12 al 21 de octubre viajó por diez ciudades de Brasil: Río de Janiero, Goiania, Criabá, Campo Grande, Salvador, Florianápolis, Brasilia y poblados de favelas de Maceio y San Pedro de Leixa.
1992:
- Del 9 al 14 de octubre, visitó República Dominicana en un viaje de dos etapas, una en Santo Domingo y otra en Higüey.
1993:
- En agosto, los días 9 al 16, y en el curso de su sesenta viaje pastoral fuera de Italia, Juan Pablo II visitó Jamaica, la ciudad mexicana de Mérida y Denver (Colorado, Estados Unidos), donde el 15 de agosto clausuró la VIII Jornada Mundial de la Juventud con una misa concelebrada con 5.000 obispos y presbíteros.
1995:
- Del 4 al 8 de octubre realiza su cuarto viaje a Estados Unidos: Newark (Nueva Jersey), Nueva York (ONU y Baltimore, Maryland)
1996:
- Entre los días 5 al 12 de febrero realiza su decimotercera gira pastoral por Iberoamérica. En esa ocasión, visita Guatemala (días 5 y 6) y el día 7 parte con destino a Managua, donde permanece diez horas. Se traslada a El Salvador, el día 8 y del 9 al 12 visita Venezuela.
1997:
- Durante cuatro días, del 2 al 6 de octubre visita Río de Janeiro (Brasil) donde participa en el II Encuentro Mundial de las Familias.
1998:
- Juan Pablo II comienza ese año con una visita pastoral a Cuba, los días 21 al 25 de enero. En la isla caribeña visita las ciudades de: La Habana, Santiago de Cuba, Santa Clara y Camaguey.
1999:
- Del 22 al 28 de enero emprende un viaje a México, que incluye además una escala en la diócesis estadounidense de Saint Louis (Misuri).
2002:
- Del 23 de julio al 2 de agosto viaja a Canadá, Guatemala y México. El viaje incluye dos días de estancia privada en la isla de la Fresa en el lago de Simcoe, al norte de Toronto. En Toronto (Canadá) donde permanece hasta el 29 de julio preside los actos de la XVII Jornada Mundial de la Juventud. En Guatemala, país al que llega el 29 de julio canoniza al beato de origen español Pedro Betancurt, y en Ciudad de México, donde se desplaza el 30 de julio canoniza a Juan Diego, el primer indígena de Latinoamérica que Juan Pablo II proclama santo.
La República Dominicana y México fueron los primeros países a los que viajó, en enero de 1979, y desde entonces América, y más concretamente, Iberoamérica ha sido una zona de referencia en sus 26 años de Pontificado.
Juan Pablo II ha visitado prácticamente todos los países iberoamericanos y en momentos difíciles de sus historias, como la Argentina de Galtieri (1982), la Nicaragua sandinista (1983), el Chile del general Pinochet (1987) o la Cuba de Fidel Castro en 1998.
LA PALABRA DEL PAPA EN AMERICA
En todos sus viajes al Nuevo Mundo, Juan Pablo II palpó la honda fosa entre pobres y ricos, y denunció las graves injusticias sociales y la falta de libertades políticas.
De los viajes del Papa al mundo latinoamericano quedarán en la memoria, como gestos significativos, la amonestación, con el dedo alzado, al padre Ernesto Cardenal, ministro de Cultura del gobierno sandinista (1983), por su participación en la vida política.
También el abrazó a Hélder Camara, el obispo de los pobres, en Brasil; el recogimiento ante la tumba del arzobispo mártir salvadoreño Oscar Romero, en San Salvador, o la invitación a que hablara dirigida a un indígena que estaba denunciando las numerosas injusticias que padecía su pueblo, en Colombia, al que las autoridades querían acallar.
En América Latina, el Papa ha visto el continente de la esperanza de la Iglesia y el futuro más prometedor de la nueva evangelización, así como la acogida más calurosa y masiva a su figura. "América Latina –dijo en 1997 ante la Pontificia Comisión para América Latina- es un continente joven y lleno de esperanza, en el que no faltan estridentes contrastes que imponen a los sectores menos favorecidos de la población el pago de intolerables costos sociales".
Si hay un continente en el que la palabra del Papa haya tenido fuerte eco, incluso en las instituciones, ese es Latinoamérica. Su mediación en el diferendo austral entre Chile y Argentina, que conjuró una guerra y cristalizó en el tratado de amistad y cooperación entre los dos países, es un ejemplo de la influencia del pontificado en la vida latinoamericana.
También ha contribuido a que no degenerara el enfrentamiento fronterizo ecuato-peruano, con sus constantes llamadas al diálogo, así como a la solución de los conflictos internos en San Salvador, Guatemala y Nicaragua.
En sus viajes e intervenciones sobre Latinoamérica, Juan Pablo II denunció tanto la ideología capitalista liberal como el colectivismo marxista, ambos "incoherentes con la fe y la cultura" del Nuevo Continente (Bolivia, 1988).
Encaró el problema interno a la Iglesia del enfrentamiento entre sectores progresistas y conservadores, directamente relacionado con la posición frente al compromiso temporal y la lucha por los derechos humanos y la justicia.
Para ello "normalizó" la inquietud de obispos comprometidos, enfrentados a los poderes políticos y económicos, como los de Perú y Brasil, con un relevo episcopal mediante figuras más "espirituales" y menos "políticas", que no ha satisfecho a los sectores progresistas de la Iglesia.
Fue capaz de denunciar los excesos de la dictadura del comunismo cubano en presencia de Fidel Castro, en su histórica visita a la isla en 1998, que dejó el recuerdo indeleble de ver, frente a frente, las imágenes del Che y de Jesucristo, y consiguió que la Iglesia cubana comenzase a salir del túnel en que la sumió el régimen castrista. "Cuba amigo el Papa está contigo", dijo el Pontífice al casi un millón de personas que llenaron la Plaza de la Revolución de La Habana para escuchar a Juan Pablo II.
Durante sus más de veinte viajes al continente americano, el Papa conectó con la profunda piedad popular de las poblaciones católicas e hizo de sus visitas a los santuarios de las patronas americanas un itinerario mariano que une el Caribe con la Tierra del Fuego.
MÉXICO, UN PAÍS CLAVE EN SU PONTIFICADO
A México ha ido en cinco ocasiones, la última en julio de 2002, para canonizar en Ciudad de México al indio Juan Diego, al que se le apareció la Virgen de Guadalupe y el primer indígena elevado a la gloria de los altares. Y fue invitado a visitar de nuevo México en 2004 para clausurar el congreso eucarístico internacional.
Juan Pablo II ha reiterado su devoción por la Virgen de Guadalupe, conocida como la "Emperatriz de las Américas", y como bien demostró durante su cuarta visita al país, en 1999. En aquella ocasión, el Pontífice aseguró, durante una multitudinaria ceremonia, que "el Papa es polaco pero a partir de hoy se siente mexicano".
México, el país de América con mayor número de católicos después de Brasil, fue visitado por primera vez por Karol Wojtyla a los tres meses de ser elegido Papa el 16 de octubre de 1978.
Durante ese viaje, el primero al extranjero de Juan Pablo II, Su Santidad visitó la capital mexicana y las ciudades de Puebla y Guadalajara con el objetivo de impulsar el establecimiento de relaciones diplomáticas entre el Vaticano y México. Además, participó, el 26 de enero de 1979, en la Tercera Conferencia de Obispos de Latinoamérica.
Pero fue en su segunda visita, efectuada en mayo de 1990, cuando la posibilidad de mantener relaciones diplomáticas empezó a considerarse como algo factible a corto plazo. El entonces presidente mexicano, Carlos Salinas (1988-1994), anunció durante esa visita su intención de introducir modificaciones a la Constitución, lo que culminó en 1992 con la creación de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público y el consecuente establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede.
El segundo viaje de Juan Pablo II a México duró ocho días, en los que el Pontífice visitó la capital, Veracruz, Aguascalientes, San Juan de los Lagos, Chalco, Durango, Chihuahua y Zacatecas.
El Santo Padre aprovechó la ocasión para reconocer que la conquista de América fue un fenómeno "luminoso en su conjunto, aunque no exento de sombras", y para apelar a la solidaridad internacional para reducir la deuda externa.
Ya establecidas relaciones, el Obispo de Roma regresó a tierras mexicanas en 1993, aunque su estancia en el país apenas duró 24 horas y se circunscribió al estado sureño de Yucatán.
Seis años más tarde, en enero de 1999, Juan Pablo II volvió a reencontrarse con los fieles mexicanos durante una visita de cuatro días que tuvo como objetivo principal la presentación de las conclusiones del Sínodo de las Américas que comenzó en el Vaticano en 1998.
En el documento se establecían las directrices para la Iglesia Católica ante la llegada del nuevo milenio y se exhortaba a la promoción de cambios basados en el Humanismo.
El Papa aprovechó también su presencia en el país para instar a la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y al Gobierno de México a reanudar las negociaciones de paz, congeladas desde 1996 y que, hasta la actualidad, permanecen estancadas.
El cuarto viaje de Juan Pablo II a México estuvo marcado por una intensa actividad, que incluyó multitudinarios actos en la Basílica de Guadalupe, el Estadio Azteca y el Autódromo Hermanos Rodríguez de la capital, en el que se congregó más de un millón de personas.
Junto con México, Estados Unidos es el país de América más visitado por el Papa, en cinco ocasiones. También visitó este país en su primer año de pontificado, y repitió visita en 1987, 1993, 1995 y 1999.
1979:
- Desde el 21 de enero al 1 de febrero viajó a Santo Domingo, México y las Bahamas.
- Del 1 al 8 de octubre viajó Estados Unidos y ONU.
1980:
- Del 30 de junio al 12 de julio visitó trece ciudades de Brasil.
1982:
- Del 10 al 13 de junio viajó a Argentina.
1983:
- En marzo visita Costa Rica, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Guatemala, Honduras, Belice y Haití.
1984:
- Del 9 al 21 de septiembre viajó a Canadá.
- En octubre viaja a la República Dominicana y Puerto Rico.
1985:
- Desde el 26 de enero al 6 de febrero viajó por Venezuela, Ecuador, Perú y Trinidad-Tobago.
1986:
- Entre los días 1 a 8 de julio estuvo en Colombia (Bogotá, Popayán y Medellín).
1987:
- Del 31 de marzo al 13 de abril visitó Uruguay, Chile y Argentina.
- Del 10 al 21 de septiembre viajó por ocho ciudades de Estados Unidos y Canadá.
1988:
- Desde el 7 al 19 de mayo recorrió Uruguay, Bolivia, Perú y Paraguay, realizando un trayecto de 36.000 kilómetros.
1990:
- Del 6 al 14 de mayo realizó su segunda visita a México, y por primera vez la isla de Curaçao.
1991:
- Del 12 al 21 de octubre viajó por diez ciudades de Brasil: Río de Janiero, Goiania, Criabá, Campo Grande, Salvador, Florianápolis, Brasilia y poblados de favelas de Maceio y San Pedro de Leixa.
1992:
- Del 9 al 14 de octubre, visitó República Dominicana en un viaje de dos etapas, una en Santo Domingo y otra en Higüey.
1993:
- En agosto, los días 9 al 16, y en el curso de su sesenta viaje pastoral fuera de Italia, Juan Pablo II visitó Jamaica, la ciudad mexicana de Mérida y Denver (Colorado, Estados Unidos), donde el 15 de agosto clausuró la VIII Jornada Mundial de la Juventud con una misa concelebrada con 5.000 obispos y presbíteros.
1995:
- Del 4 al 8 de octubre realiza su cuarto viaje a Estados Unidos: Newark (Nueva Jersey), Nueva York (ONU y Baltimore, Maryland)
1996:
- Entre los días 5 al 12 de febrero realiza su decimotercera gira pastoral por Iberoamérica. En esa ocasión, visita Guatemala (días 5 y 6) y el día 7 parte con destino a Managua, donde permanece diez horas. Se traslada a El Salvador, el día 8 y del 9 al 12 visita Venezuela.
1997:
- Durante cuatro días, del 2 al 6 de octubre visita Río de Janeiro (Brasil) donde participa en el II Encuentro Mundial de las Familias.
1998:
- Juan Pablo II comienza ese año con una visita pastoral a Cuba, los días 21 al 25 de enero. En la isla caribeña visita las ciudades de: La Habana, Santiago de Cuba, Santa Clara y Camaguey.
1999:
- Del 22 al 28 de enero emprende un viaje a México, que incluye además una escala en la diócesis estadounidense de Saint Louis (Misuri).
2002:
- Del 23 de julio al 2 de agosto viaja a Canadá, Guatemala y México. El viaje incluye dos días de estancia privada en la isla de la Fresa en el lago de Simcoe, al norte de Toronto. En Toronto (Canadá) donde permanece hasta el 29 de julio preside los actos de la XVII Jornada Mundial de la Juventud. En Guatemala, país al que llega el 29 de julio canoniza al beato de origen español Pedro Betancurt, y en Ciudad de México, donde se desplaza el 30 de julio canoniza a Juan Diego, el primer indígena de Latinoamérica que Juan Pablo II proclama santo.
Diario Libre


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