Michel el buenón o la apoteosis de la salsa

Santo Domingo. Lento el lunes, como de modorra. Primero como para no salir de casa y asumir la semana de otra manera. Al final intenso, y ya uno lo que desea es seguir con esa rumba en la mente. El culpable: Michel, un negro demasiado parecido a Bola de Nieve, en cuanto a la risa total y democratizadora, y a la seriedad para con la música. Y no más, que Michel tiene su Meosotis.

La presentación de la noche del lunes en Jet Set, que terminó con un Cherito a todo tren, estuvo precedida por una propuesta de Michel que necesita aplausos y respaldo discográfico.

Hay quienes le critican al salsero el hecho de que se ha apoyado en las versiones de otros temas para hacer llegar su salsa romántica salpicada de esas frases que lo caracterizan. Y puede que tengan razón, pero la necesidad de sobrevivir en un país donde no se necesita de la salsa para gozar -porque es autosuficiente musicalmente hablando- le obliga a hacerlo, sobre todo cuando no se tiene apoyo de disquera y todo se hace a puro pulmón.

Michel es el compositor de importantes temas que interpretan artistas internacionales de mucho reconocimiento y baste el hasta ayer que le canta Marc Anthony o El jardinero que hiciera Wilfrido Vargas o el ce, ce ce, celimen, que hiciera a duo con el martiniqueño David Mazial.

Una orquesta magnífica, con músicos que leen y saben lo que hacen. Unos coros afinados y que irradian simpatía con Flor, Fany y Ramón y una andanada de temas como Me has echado al olvido, Hoy daría yo la vida, La primavera, Cuando los sapos bailen flamenco, La playa, Víveme, Tú ni te imaginas, para terminar con un Yo quisiera apoteósico, donde Michel, ese Bola de Nieve de la salsa, pudo improvisar y sonear de verdad y sus músicos hacer solos, y con ello demostró que debe insistir en el público criollo y buscar nuevos mercados.

El lunes, Michel no dejó dudas por haber dicho "La salsa soy yo".