"Mis obras hablan de lo mismo que mis prédicas"
"Profeti-k" se exhibe en el Museo de Arte Moderno

Aquiles Azar Billini habla muy despacio y con frecuencia repite de otra manera lo que ha dicho, como si tratara de subrayar lo más importante de sus frases. Este año se cumplen diez de su última exposición en el país. Durante todo ese tiempo se dedicó sobre todo a la prédica religiosa. Con la coordinación de Sara Hermann, Paula Gómez y Rosario Bonarelli, el Museo de Arte Moderno exhibe la exposición "Profeti-k". Más que el regreso de Azar Billini a su papel de artista, la muestra es una nueva manera de sostener un discurso. En cada una de las obras sus reflexiones bíblicas toman forma, se cuestionan o explican el presente y el futuro.
[b]¿Cómo define a "Profeti-k"?[/b]
Como una reflexión sobre la situación económica, política y social que atraviesa el hombre como especie en estos momentos. Aunque el país también atraviesa por una inmensa crisis, siempre aclaro que en mi obra me refiero a los problemas globales. El ser humano ha perdido la capacidad de reacción. La generalidad permanece inmutable ante las catástrofes humanas que suceden cada día en todos los continentes. Las guerras y los ataques terroristas se han convertido en un lugar común, nos hemos acostumbrado a convivir con la muerte y ya su presencia no nos alarma. Hemos perdido también la capacidad de rechazar lo que no está bien. Ya no distinguimos el mal del bien.
[b]Entonces la exposición tiene un mensaje muy directo.[/b]
Absolutamente. Me he basado en la Biblia, en el Libro de Daniel. Allí se habla de que la gente correrá de aquí para allá en los últimos tiempos y la ciencia aumentará. En mis obras también se cuestionan los avances tecnológicos que se alcanzan a cualquier precio, sin tener en cuenta normas éticas elementales. La vida se ha acelerado a tal punto que lo que antes precisaba de un siglo ahora sucede en muy poco tiempo. Vivimos a la velocidad que nos inculcan los medios de comunicación. Por eso son capaces de transmitir una guerra en vivo como si se tratara de un espectáculo circense o algo por el estilo.
[b]También hace alusión a la vida de un atleta.[/b]
Sí, pero no lo veo como un deportista sino como un individuo que debe conquistar una meta. Los atletas tienen que regirse por una estricta disciplina e ir venciendo obstáculos durante toda su carrera. Eso es lo que me interesa de ellos. Por eso hago la analogía del atleta con el hombre común, con la inmensa mayoría.
[b]¿Había incursionado antes en el vídeo?[/b]
No, es ala primera vez. El vídeo vuelve sobre el concepto del atleta. Es un corredor que va saltando obstáculos sin detenerse. En la medida que él avanza, se intercalan imágenes de la vida cotidiana, cosas que ya no suelen llamar nuestra atención, como la miseria, las guerras y el dolor de los otros.
[b]¿Qué le parece el arte que se hizo en el país durante su retiro de las galerías y los concursos?[/b]
Que es un arte muy serio, muy honesto y muy comprometido con lo más moderno. Lo más curioso es que los jóvenes han logrado todo eso sin dejar de ser dominicanos, sin dejar de ser auténticos. En mi generación hay muchos artistas buenos. Creo que para mí ha sido un privilegio compartir el mismo espacio de tiempo con tantos creadores talentosos.
[b]¿Y qué significa para usted ser hijo de Aquiles Azar?[/b]
El ejemplo de padre ha sido fundamental para mí. Sin él no hubiera logrado muchas cosas. A él le admiro como artista y como individuo. Su pulcritud y su entereza han sido un espejo donde siempre me he tratado de reflejar.
[b]¿Cómo ha podido conciliar al pastor con el artista?[/b]
No soy el primero y no seré el último religioso que se dedica a la pintura. Vicent Van Gogh fue predicador antes que artista. El ruso Marc Chagall convirtió su obra en una manera de divulgar las creencias de los suyos, de los judíos. Desde que existe el arte ha estado vinculado a lo religioso. Por eso no creo que una cosa niegue a la otra, todo lo contrario.
[b]Mirna Guerrero: El dibujo como expresión de la vida[/b]
Azar Billini ha dado rienda suelta a una necesidad interior de expresión con trazos y colores en espacios multiplicados, donde ningún fragmento ha quedado sin apropiar en un horror vacui pluricromático, creando sinfonías infinitas, cuyo ritmo establece el diálogo entre la superficie intervenida y nuestro yo interior. Esta obra de Azar Billini nos refiere tanto al caos, a la destrucción o al laberinto como a las esferas primigenias, la supervivencia y lo esencial.
Celebramos este retorno de Azar Billini y nos regocijamos con esta obra profunda e insinuante que podrá provocar grandes interrogantes, aprobaciones y rechazos, pero nunca apatía y desinterés.
[b]¿Cómo define a "Profeti-k"?[/b]
Como una reflexión sobre la situación económica, política y social que atraviesa el hombre como especie en estos momentos. Aunque el país también atraviesa por una inmensa crisis, siempre aclaro que en mi obra me refiero a los problemas globales. El ser humano ha perdido la capacidad de reacción. La generalidad permanece inmutable ante las catástrofes humanas que suceden cada día en todos los continentes. Las guerras y los ataques terroristas se han convertido en un lugar común, nos hemos acostumbrado a convivir con la muerte y ya su presencia no nos alarma. Hemos perdido también la capacidad de rechazar lo que no está bien. Ya no distinguimos el mal del bien.
[b]Entonces la exposición tiene un mensaje muy directo.[/b]
Absolutamente. Me he basado en la Biblia, en el Libro de Daniel. Allí se habla de que la gente correrá de aquí para allá en los últimos tiempos y la ciencia aumentará. En mis obras también se cuestionan los avances tecnológicos que se alcanzan a cualquier precio, sin tener en cuenta normas éticas elementales. La vida se ha acelerado a tal punto que lo que antes precisaba de un siglo ahora sucede en muy poco tiempo. Vivimos a la velocidad que nos inculcan los medios de comunicación. Por eso son capaces de transmitir una guerra en vivo como si se tratara de un espectáculo circense o algo por el estilo.
[b]También hace alusión a la vida de un atleta.[/b]
Sí, pero no lo veo como un deportista sino como un individuo que debe conquistar una meta. Los atletas tienen que regirse por una estricta disciplina e ir venciendo obstáculos durante toda su carrera. Eso es lo que me interesa de ellos. Por eso hago la analogía del atleta con el hombre común, con la inmensa mayoría.
[b]¿Había incursionado antes en el vídeo?[/b]
No, es ala primera vez. El vídeo vuelve sobre el concepto del atleta. Es un corredor que va saltando obstáculos sin detenerse. En la medida que él avanza, se intercalan imágenes de la vida cotidiana, cosas que ya no suelen llamar nuestra atención, como la miseria, las guerras y el dolor de los otros.
[b]¿Qué le parece el arte que se hizo en el país durante su retiro de las galerías y los concursos?[/b]
Que es un arte muy serio, muy honesto y muy comprometido con lo más moderno. Lo más curioso es que los jóvenes han logrado todo eso sin dejar de ser dominicanos, sin dejar de ser auténticos. En mi generación hay muchos artistas buenos. Creo que para mí ha sido un privilegio compartir el mismo espacio de tiempo con tantos creadores talentosos.
[b]¿Y qué significa para usted ser hijo de Aquiles Azar?[/b]
El ejemplo de padre ha sido fundamental para mí. Sin él no hubiera logrado muchas cosas. A él le admiro como artista y como individuo. Su pulcritud y su entereza han sido un espejo donde siempre me he tratado de reflejar.
[b]¿Cómo ha podido conciliar al pastor con el artista?[/b]
No soy el primero y no seré el último religioso que se dedica a la pintura. Vicent Van Gogh fue predicador antes que artista. El ruso Marc Chagall convirtió su obra en una manera de divulgar las creencias de los suyos, de los judíos. Desde que existe el arte ha estado vinculado a lo religioso. Por eso no creo que una cosa niegue a la otra, todo lo contrario.
[b]Mirna Guerrero: El dibujo como expresión de la vida[/b]
Azar Billini ha dado rienda suelta a una necesidad interior de expresión con trazos y colores en espacios multiplicados, donde ningún fragmento ha quedado sin apropiar en un horror vacui pluricromático, creando sinfonías infinitas, cuyo ritmo establece el diálogo entre la superficie intervenida y nuestro yo interior. Esta obra de Azar Billini nos refiere tanto al caos, a la destrucción o al laberinto como a las esferas primigenias, la supervivencia y lo esencial.
Celebramos este retorno de Azar Billini y nos regocijamos con esta obra profunda e insinuante que podrá provocar grandes interrogantes, aprobaciones y rechazos, pero nunca apatía y desinterés.
Diario Libre
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