Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Ópera
Ópera

Johann Sebastian Bach, el dios

El repertorio de Bach es enorme, cantatas, obras para piano, obras corales, variaciones para instrumentos de cuerda, conciertos, misas

Expandir imagen
Johann Sebastian Bach, el dios
Bach tuvo una gran fama como organista y clavecinista en toda Europa por su gran técnica y capacidad de improvisar música al teclado. Además del órgano y del clavecín, tocaba el violín y la viola da gamba. (FUENTE EXTERNA )

Continuando con los dioses o semidioses de la música clásica, y después de hablar de Beethoven, es de orden llegar al compositor alemán Johann Sebastián Bach.

Bach nace en Eisenach, en la actual Turingia, en1685 y fallece en Leizip en 1750. Fue compositor, organista, clavecinista, violinista, violista, maestro de capilla y cantor, rey indiscutible del período Barroco en la música, que abarca del 1600 al 1750.

En lugar de ser un músico dedicado a viajar exhibiendo su virtuosismo, podríamos decir que se quedó en casa e hizo su trabajo. Su vida no fue un camino de rosas pero eso no impidió que compusiera, enseñara, tocara y viviera con los no muy espléndidos salarios, aunque nunca dejó de quejarse, que pagaban sus patronos. Sus composiciones fueron olvidadas por muchos años y es al compositor Félix Mendelssohn, a quien la tradición atribuye haber descubierto las partituras de Bach entre el papel de envolver de un carnicero y corriera a comprar todo el papel, recuperando las partituras de Bach.

Los retratos que encontramos de Bach lo presentan con una cara seria, sin llegar a ser malhumorada como Beethoven, con peluca blanca. Podría pasar como un músico más del periodo en que vivió, pero no nos engañemos, perteneció a una de las más extraordinarias familias en la historia de la música. De la vida de Bach se sabe poco comparado con otros maestros. Luterano, casado dos veces y padre de 20 hijos, tenía la convicción de que la música hecha por el hombre debía ser un armonioso canto para la gloria de Dios. Expertos escriben que dedicó toda su vida musical y talento para llegar a la humanidad. Su música mezclaba la ciencia, la poesía, la técnica, el virtuosismo y la nobleza del pensamiento como ninguna otra antes o después. Sus extraordinarias composiciones, abrieron nuevos horizontes a la música de todos los tiempos. Podríamos decir que todo su trabajo, está marcado de una forma u otra por un espíritu religioso. Al final de sus trabajos aparece la frase Soli Deo Gloria (la gloria de Dios), incluso en trabajos no religiosos aparecen las iniciales INJ (En el Nombre de Jesús). En resumen, cada nota que escribió Bach celebra la gloria de Dios.

Como muchos de los compositores de su época, creía que la música debería evocar sentimientos y simbolizar ideas. Sus obras reflejan su grandeza, su mente analítica, pasión y compasión, sus melodías son extraordinarias, únicas.

Bach fue el último gran maestro de la vieja tradición de la polifonía, la más dura tradición musical porque todo debe servir para dos propósitos que se contradicen: la melodía debe ser flexible y libre y al mismo tiempo armónica. Sus composiciones, abrieron nuevos horizontes a la música de todos los tiempos. Su música mezclaba la ciencia, la poesía, la técnica, el virtuosismo y la nobleza del pensamiento como ninguna otra antes o después.

Podemos iniciar con los Conciertos de Brandeburgo, El clave bien temperado, la Misa en si menor, la Pasión según San Mateo, El arte de la fuga, Ofrenda musical, las Variaciones Goldberg, la Tocata y fuga en re menor, varios ciclos de cantatas (entre ellas las célebres BWV 140 y BWV 147, son maravillosas), el Concierto italiano, la Obertura francesa, las Suites para violonchelo solo, las Sonatas y partitas para violín solo, los Conciertos para teclado y las Suites para orquesta. Hay cientos de grabaciones en todos los sellos musicales. Para escuchar las Variaciones Golberg, nadie como el pianista Glenn Gould, las Variaciones para cello, por supuesto con Yo Yo Ma. Si es orquesta, que la dirija ir Eliot Gardiner, un enamorado de Bach y su obra.

Al escuchar las Variaciones Golberg, siempre recuerdo la novela de Thomas Harris, The Silence of the Lambs, aquel psiquiatra asesino, el doctor Hannibal Lecter, como amante amantísimo de la música de Bach. En la película que se basó en la novela, hay una escena del doctor Lecter, embelesado, minutos antes de matar salvajemente a los policías que lo custodian, oyendo el aria de las variaciones, tal como lo hago en estos momentos escribiendo estas notas.

TEMAS -
  • Ópera

Estudió artes liberales. Es curiosa y le encanta escribir. La lectura y la música son su pasión. Esa pasión le ha llevado a estudiar y tratar de profundizar en un océano lleno de notas inacabables y pleno de placer.