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Melodías llenas de amor y solidaridad

Michael Camilo regresa para dos conciertos

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Melodías llenas de amor y solidaridad
El artista afirma que está ansioso por reencontrarse con su público en el país. (FUENTE EXTERNA )

SANTO DOMINGO. Siempre es refrescante conversar con un artista talentoso que luego de recibir grandes honores y presentarse en los más importantes escenarios internacionales mantiene su frescura y humildad, pero que sobre todo aún se emociona por lo que hace y que con alegría desea compartirlo con su pueblo. Así es Michel Camilo, un artista que lleva con orgullo los sonidos de nuestra isla a grandes templos de la música y que regresa por una buena causa. Conversamos con él sobre sus conciertos “Michel Camilo a piano solo”, a realizarse en la semana del amor y la amistad.

—Regresas para un espectáculo a beneficio de la Asociación Dominicana de Rehabilitación, ¿qué te une a esta causa?

Eso es un amor de muchos años. Doña Mary me quiere como si fuera un hijo. Siempre he creído mucho en la labor que han realizado. Me alegró de tener la fechas disponible para ellos.

—¿De todos los montajes por qué eliges el estilo piano solo?

Me gusta y me atrae mucho por lo que me exige. Demanda una concentración absoluta porque para hacer un solo de instrumento hay que ir cambiando los ritmos, las emociones de cada pieza y los colores. Hay que estar muy pendiente de todo y al mismo tiempo tener un abanico de colores muy grande para abarcar diferentes ritmos y diferentes melodías. También requiere mucha resistencia sobretodo en la mano izquierda para tenerla activa e independiente de la derecha. Es un esfuerzo muy grande, y al tenerlas independientes, con la derecha puedes improvisar libremente. Tienes varios renglones de riesgo pero al mismo tiempo te hace crecer y darle las gracias a Dios por tener este don que te permite hacerlo. No son todos los pianistas de jazz que se arriesgan a hacer conciertos a piano solo.

—Son dos conciertos, uno en Santiago y otro en Santo Domingo. ¿Habrá alguna diferencia?

No hay dos conciertos iguales, sobre todo a piano solo. Es que aunque tocara las mismas piezas no sale igual, suena diferente porque hay mucha improvisación en el medio. Ese es el otro lado que me encanta de piano solo, la libertad absoluta que me brinda de buscar nuevas soluciones, nuevos caminos. Siempre subo al escenario con un listado grandísimo de piezas y las voy eligiendo en el momento y dependiendo de lo que sienta.

—¿Con cuáles éxitos vas a deleitar a tu público?

Todo es posible, y es que todo depende. El público siempre tiene las favoritas de ellos y yo no me niego. Muchas veces ellos empiezan a pedir sus favoritas desde el principio del concierto como para asegurarse de que no se me olvide. Me debo a mi público así que todo depende de ellos. Estoy feliz de poder volver y plantéales lo que estoy haciendo a nivel mundial, al nivel de grandes conciertos. El año pasado tuve muchos conciertos a piano solo, en Dinamarca, Brasil, España y en teatros muy importantes, gracias a Dios siempre a casa llena.

—El año pasado fuiste nombrado artista residente en Viena. ¿Qué ha significado eso para tu carrera?

Es un verdadero honor para cualquier artista ser nombrado residente. Viena es una de las mecas musicales del mundo y uno de los grandes destinos. Tradicionalmente en los últimos 500 años ha sido uno de los grandes templos de la música. Ser nombrado artista residente y en unos de los grandes teatros como lo es el Concert House de Viena es un gran honor y más acompañado de la orquesta sinfónica que Viena, en donde voy a interpretar mi concierto No. 2 para piano de orquesta con un repertorio clásico.

—Existe un debate en el país sobre qué es merengue. ¿Cómo músico entiendes que solo puede catalogarse como merengue las piezas que contengan güira y tambora?

Por muchos años yo me debatía sobre eso mismo en mi trío de jazz. Me decía ¿cómo es que voy a tocar merengue con batería, sin tambora y güira? Así que por muchos años tuve esa duda. Pero sabes qué, hubo un baterista cubano que tocaba conmigo llamado Horacio “el negro” Hernández, que abrió mis ojos. Él me decía “Michel el ritmo es el ritmo, nosotros los cubanos estamos tocando rumba hace muchísimos años con batería, y es rumba sin las congas”. Y en realidad me lo demostró. Cuando estábamos grabando para mi disco en directo Blue Note una de mis piezas del disco Why Not, me dijo vamos a hacer una versión de trío con ritmo de merengue. Cuando compuse la pieza no le puse ritmo de merengue, pero él le adapto a la batería su visión de ritmo ‘amerenguiao’. Ese disco ganó un Grammy y ahí él me dijo “tú ves que te lo decía, ahí está”. El ritmo es el ritmo, mientras tenga básicamente el son y el dejo, es decir el acento creo que sigue siendo merengue. Yo diría que hay que tener un poco de mente abierta. Estamos en el siglo 21 y todo es posible.

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