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Música clásica
Música clásica

Música clásica en cuarentena

Disfruta de esta selección especial para llenar tus días de buena música

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Música clásica en cuarentena
La música clásica es una excelente opción. (FUENTE EXTERNA )

En estos tiempos donde todo es incierto, donde el quédate en casa, es el lema para los afortunados que podemos, me pregunto cuando terminara. Hay que ser optimista y ver la luz al final del túnel, la música una de esas luces, con su poder de sanar el alma, alegrarnos o darnos serenidad, tranquilizar o ponernos a bailar, debe estar presente en nuestra cotidianidad.

Quiero dar un aplauso a aquellos músicos dominicanos que a través de las redes nos dan momentos hermosos con su arte, a ellos gracias del corazón, el poder de la música es enorme, no importa si es clásica o popular.

En estos días, escuchar obras para piano ha sido mi norte, piano solo, piano con orquesta, quintetos, octetos, cuartetos, tríos. Nada más cierto que el piano es el instrumento romántico por excelencia y para el cual casi todos los compositores han escrito piezas extraordinariamente hermosas. Chopin, Schubert, Liszt, Schumann, Beethoven, Satie. Puedo hacer una larga lista de todo lo escuchado en este confinamiento, pero me concentro, para este escrito, en tres compositores, y algunas de sus obras. Los demás vendrán pronto.

Vamos con los Nocturnos, Baladas y Conciertos de Frédéric Chopin, (1810-1849) compositor y pianista polaco. Fue Chopin quien en gran parte contribuyó a hacer del piano el instrumento romántico por excelencia. Chopin exploró un estilo intrínsecamente poético, de un lirismo tan refinado como sutil, que aún no ha sido igualado. Chopin, hace «cantar» al instrumento con una maestría sin igual. Y es que ese canto constituía precisamente la base, la esencia, de su estilo como intérprete y como compositor, escribiendo todas sus obras para el piano, nocturnos, baladas, valses, mazurcas, polonesas improvisaciones, estudios, preludios y dos maravillosos conciertos para piano y orquesta.

El nocturno representa uno de los grandes géneros del arte romántico. El encanto de los nocturnos sigue siendo muy potente. Son poemas de amor con la más fina pasión y dentro de cada uno se explora un íntimo drama humano. Para los Nocturnos, las grabaciones de los pianistas, Arthur Rubinstein o Claudio Arrau, son excepcionales y en sus manos los Nocturnos de Chopin, traspasan el alma.

Continuando con el compositor polaco, amo con pasión sus Baladas, son para mí de sus más hermosas composiciones. En un principio la balada, como forma de expresión artística, era un poema cantado en el que debía mezclarse a partes iguales lo lírico con lo épico. Las baladas para piano de Chopin prescinden de la palabra cantada, son 4 piezas llenas de romanticismo y virtuosismo. Chopin las compuso entre 1831 y 1 842, etapa de su tormentoso romance con la escritora George Sand . Inspiradas en poemas de Adam Mickiewicz, amigo del compositor, y al igual que éste, exiliado en París. Aunque en la red hay montones de interpretaciones de las cuatro Baladas de Chopin por grandes pianistas, mi grabación favorita es de un joven Philippe Entremont, pianista francés, en una grabación de 1959, una interpretación noble y elegante, Entremont es uno de mis interpretes favoritos de Chopin, un maravilloso pianista.

Y de Chopin no se pueden quedar fuera sus dos únicos conciertos de piano y orquesta que son obras que le exigen un pianista que no tenga temor al protagonismo, con la suficiente inteligencia y talento musical para que no pase por alto las oportunidades interactuar con la orquesta. La belleza del sonido es un requisito previo, al igual que una ágil y pulida técnica. El pianista se zambulle en sublimes vuelos de fantasía mientras la orquesta ofrece una cortina de sonido brillante. Una excepcional grabación, es la del pianista Murray Perahia dirigido por Zubin Mehta y la Orquesta Filarmónica de Israel.

Vamos al Dios, Johann Sebastián Bach y las maravillosas Variaciones Goldberg. Son 30 piezas o variaciones que poseen, el caleidoscopio de toda la sabiduría musical acumulada en su última década de vida por Bach. Para mis esas variaciones están íntimamente ligadas a un extraordinario y poco usual artista, el pianista canadiense Glen Gould (Toronto, 1932-1982), que las graba a los 22 años para Columbia Records. La grabación de Glenn Gould esta presente en las discotecas de millones de personas de todo el mundo. En 1964, anunció que se retiraba de los escenarios en la cúspide de su carrera. No se sentía cómodo y estaba cansado de los conciertos y recitales, pensó que servía mejor a la música en un estudio de grabación que en la sala de conciertos. Sentía además que la música se preservaba mejor en la intimidad. Hizo una última grabación de las Variaciones en 1981 poco antes de morir.

Y finalmente, Ludwig Van Beethoven, del que no tengo que hablar mucho, pero les recomiendo escuchar sus Sonatas para piano por Daniel Barenboim, grabadas para el sello EMI en 1966. Beethoven escribió sus 32 sonatas para piano entre 1795 y 1822. Aunque originalmente no pretendía ser un todo significativo, en conjunto componen una de las colecciones de obras más importantes de la historia de la música. Algunas tienen nombre, Pathetica, Moonlight, Waldestein y Appasionatta. Escúchenlas todas, el tiempo pasa más rápido.

De los cinco extraordinarios conciertos para piano del compositor alemán, mi favorito es el no. 4, en Sol Mayor lo prefiero al archiconocido Emperador o No. 5. La apertura para piano solo de este concierto de Beethoven es uno de los más temidos en todo el repertorio pianístico, no por su dificultad, sino porque su simpleza es muy difícil de acertar, y si no es acertada, toda la magia del concierto, se puede perder. El concierto termina con una de las más exuberantes danzas de Beethoven, el piano sobrepasa la orquesta, reacciona y luego baila en otra dirección armónica. En YouTube encontré una grabación con Lang Lang dirigido por Christop Esencbach sensacional.

Espero que les guste mi selección. Quedémonos en casa.

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Estudió artes liberales. Es curiosa y le encanta escribir. La lectura y la música son su pasión. Esa pasión le ha llevado a estudiar y tratar de profundizar en un océano lleno de notas inacabables y pleno de placer.