¡Sabinistas de todas las edades, uníos! Viene Joaquín Sabina a negarlo todo

SANTO DOMINGO. Irreverente, canalla, vividor, exvicioso, noctámbulo, huerguero, amante de lo prohibido, flaco bendito, trovador, poeta... Ay, si los músicos urbanos se fijaran en este tipo y trataran de descifrar su manera de ver la vida, que viene siendo de algún modo, la misma que la de ellos, pero con otras palabras, lo convertirían en lo que los del reggae hicieron en los años 60 con el emperador de Etiopía, Haile Selasie.

Joaquín Sabina es para muchos lo máximo, con su voz de lija y con sus canciones aguardentosas y de amanecidas, donde canta los desmadres de la vida y las desvidas de las madres.

Ahora (bueno, no tan ahora: faltan 107 días) volverá a República Dominicana el 14 de marzo del 2018, al Palacio de los Deportes, y lo hará con su primer disco de estudio en siete años: Lo niego todo, en el que hay dos o tres canciones que se convertirán en parte de su repertorio clásico, y donde sigue a cuestas con sus músicos de los años, Pancho Varona (guitarra, voz), Antonio García de Diego (teclados, guitarra, voz), Pedro Barceló (batería), Jaime Asúa Abasolo (guitarra, voz), Josemi Sagaste (saxo, clarinete, acordeón), Tamara Barros (voz, coros) y Laura Gómez (bajo, coros). Y en cuya creación colaboraron Benjamín Prado y el músico Leiva, del grupo Pereza.

Lo niego todo incluye los temas Quién más, quién menos (con fuerte vocación de permanencia y donde con aires de blues se mete con el verso endecasílabo, el pentasílabo, el dodecasílabo y el alejandrino); No tan deprisa; Lo niego todo (otra con olor a clásica); Postdata (“de tanto ser felices se me olvidó quererte”, con este y otros versos memorables como “esta canción que te escribo no es más que una posdata,/ si la bailas con otro, no te acuerdes de mí”); Lágrimas de mármol (ya esta se sentó de golpe en la posteridad por letra y por arreglo: “superviviente sí, maldita sea, / nunca me cansaré de celebrarlo, / antes de que destruya la marea,/ las huellas de mis lágrimas de mármol,/ si me tocó bailar con la más fea,/ viví para cantarlo”); Leningrado (una historia casi de telenovela que no tiene mucho que ver con la música que la calza); Canción de primavera ; Sin pena ni gloria; Las noches de domingo acaban mal; ¿Qué estoy haciendo aquí? (un reggae); Churumbelas (flamenco pop); y Por delicadeza (con Leiva). Algunas de esas y sus canciones más populares estarán en el concierto del Palacio de los Deportes.

Por estos días, Sabina presenta 11 noches en el lunático Luna Park de Buenos Aires, y después dos noches de Auditorio Nacional de México, Puerto Rico, entre otros, antes de llegar a República Dominicana, de la mano de César Suárez Pizano.

Alfonso Quiñones