Nana MouskouriLa cantante de las gafas perpetuas

La cantante de las gafas perpetuas se despide del oficio, al menos a nivel público, con una gira que comenzó en el año 2005. ¿La razón? La griega alega que ya no puede sorprender a su público y quiere dar paso a los jóvenes. "Farewell World Tour" cierra con broche de oro la carrera de una de las artistas con más superventas de todos los tiempos: según la lista de la International Federation of the Phonografic Industry es, después de Madonna, la cantante de mayor éxito del mundo, y en la lista de artistas más vendedores está en el número 5, por encima de los Rolling Stones y Elton John. Y aunque las discográficas no se ponen de acuerdo, sabemos que Joanna Mouskouri –conocida como Nana– ha vendido cerca de 250 millones de discos alrededor del mundo.
Seguro que algunos recuerdan el coro de los esclavos de "Nabucco", de Verdi, que la Mouskouri tituló "Libertad". Con más de 300 álbumes grabados y otros tantos discos de oro y platino, la más destacada característica de Nana es que ha grabado innumerables canciones en griego, inglés, francés, español, latín, alemán, hebreo o japonés, entre otros idiomas, ofreciendo conciertos en las salas más prestigiosas del mundo, como el Royal Hall de Londres, el Olympia de París o el Carnegie Hall de Nueva York y agotando las entradas. Lo más curioso es que su angelical voz es producto de una anomalía en sus cuerdas vocales, sin olvidar, claro está, una gran preparación que inició en el conservatorio de la capital griega. Su padre y profesores querían que se dedicase a la ópera, pero ella prefería la música jazz, el gospel y el blues. Sus ídolos eran Ella Fitzerald, a la que conocería en un futuro, y Billy Holliday. Esas preferencias le costaron caro porque un profesor descontento con los gustos de Nana, hizo que no pasase las pruebas finales para dedicarse a la ópera.
Con un look totalmente distinto a todas las cantantes de la época, su miopía modeló su imagen y le sacó partido como nadie ya que nunca quiso utilizar lentes de contacto. Admite tener unos cien modelos de gafas, todas negras y con la montura negra.
La cantante de origen cretense se atrevía con todo, su voz daba cabida a muchos estilos, incursionando en todos los géneros musicales (pop, rock, jazz, música folklórica, música clásica, gospel...), ganando dos premios de la canción griega y en 1960 el Festival Internacional de Cannes por la música de la película y canción "Nunca en domingo". Un año despúes, le siguió el León de Oro de Berlín, por la música del documental "Grecia, tierra de sueños". Ese mismo año gana su primer disco de oro por la canción "La Rosa Blanca de Atenas".
Convertida en una celebridad mundial, posteriormente incursionó en la política, reprobando la dictadura militar griega y apoyando la democracia hasta su restitución en 1974. Su amor por los niños la llevó a ser embajadora de UNICEF en 1993 y luego a representar a Grecia en el Parlamento Europeo en 1994.
A sus 72 años Nana se conserva muy bien gracias a su fuerte personalidad y a su bello canto, que la coloca a la altura de otros cantantes como Charles Aznavour, Gilbert Becaud, Edit Piaf, Um Kalson, Jacques Brel y el mismísimo Harry Belafonte.
Nana Mouskouri canta hoy en la Sala Eduardo Brito del Teatro Nacional a beneficio de los programas sociales del Despacho de la Primera Dama.
Seguro que algunos recuerdan el coro de los esclavos de "Nabucco", de Verdi, que la Mouskouri tituló "Libertad". Con más de 300 álbumes grabados y otros tantos discos de oro y platino, la más destacada característica de Nana es que ha grabado innumerables canciones en griego, inglés, francés, español, latín, alemán, hebreo o japonés, entre otros idiomas, ofreciendo conciertos en las salas más prestigiosas del mundo, como el Royal Hall de Londres, el Olympia de París o el Carnegie Hall de Nueva York y agotando las entradas. Lo más curioso es que su angelical voz es producto de una anomalía en sus cuerdas vocales, sin olvidar, claro está, una gran preparación que inició en el conservatorio de la capital griega. Su padre y profesores querían que se dedicase a la ópera, pero ella prefería la música jazz, el gospel y el blues. Sus ídolos eran Ella Fitzerald, a la que conocería en un futuro, y Billy Holliday. Esas preferencias le costaron caro porque un profesor descontento con los gustos de Nana, hizo que no pasase las pruebas finales para dedicarse a la ópera.
Con un look totalmente distinto a todas las cantantes de la época, su miopía modeló su imagen y le sacó partido como nadie ya que nunca quiso utilizar lentes de contacto. Admite tener unos cien modelos de gafas, todas negras y con la montura negra.
La cantante de origen cretense se atrevía con todo, su voz daba cabida a muchos estilos, incursionando en todos los géneros musicales (pop, rock, jazz, música folklórica, música clásica, gospel...), ganando dos premios de la canción griega y en 1960 el Festival Internacional de Cannes por la música de la película y canción "Nunca en domingo". Un año despúes, le siguió el León de Oro de Berlín, por la música del documental "Grecia, tierra de sueños". Ese mismo año gana su primer disco de oro por la canción "La Rosa Blanca de Atenas".
Convertida en una celebridad mundial, posteriormente incursionó en la política, reprobando la dictadura militar griega y apoyando la democracia hasta su restitución en 1974. Su amor por los niños la llevó a ser embajadora de UNICEF en 1993 y luego a representar a Grecia en el Parlamento Europeo en 1994.
A sus 72 años Nana se conserva muy bien gracias a su fuerte personalidad y a su bello canto, que la coloca a la altura de otros cantantes como Charles Aznavour, Gilbert Becaud, Edit Piaf, Um Kalson, Jacques Brel y el mismísimo Harry Belafonte.
Nana Mouskouri canta hoy en la Sala Eduardo Brito del Teatro Nacional a beneficio de los programas sociales del Despacho de la Primera Dama.
Diario Libre
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