Reynaldo Disla: "Perico ripiao fue experiencia de reescritura"

Santo Domingo. Ocho versiones tuvo el guión de la película "Perico ripiao" que por la historia que narra -la represión en los años setenta- empezó como tragedia y derivó en una comedia en el sentido más clásico, cuenta el coguionista Reynaldo Disla.

Disla compartió su trabajo con el director Ángel Muñiz, quien en principio le entregó 13 páginas del texto para que las extendiera a 100. Así, luego de revisiones e intercambios, ambos creadores lograron un filme que actualmente llena varias salas de cine.

"Más que una experiencia de escritura, el guión de 'Perico ripiao' fue una experiencia de reescritura", explica el dramaturgo, premio Casa de las Américas, quien además actúa en la cinta.

¿Cuáles distancias tuvo que salvar como dramaturgo para escribir el guión de "Perico ripiao"?

Las técnicas de la dramaturgia se aplican a los diferentes géneros, ya sean comedias de situaciones, cine, o teatro. Las variaciones están sobre todo en la imagen y la palabra. En el teatro, la palabra crea imágenes que se quedan en las neuronas del espectador. Mientras que en el cine la imagen es avasallante; se podría decir que las palabras son uno de los tantos sonidos. En el caso de "Perico ripiao" la palabra es un acicate, un impulso, el dedo que hace cosquillas al espectador. Pero la imagen, sobre todo, en esta película bellísima, con fotografía de Peyi Guzmán, es muy importante.

¿Cómo surgió la idea de la película?

Ángel llegó donde mí con la idea. Él tenía la primera impresión del filme... Desde que empezó a hablarme ya sabía que no le podía decir que no, porque para mí Ángel es un héroe, en el sentido dramático de la persona que tiene un objetivo y lucha contra todos los obstáculos, pero que uno tiene la seguridad de que al final va a salir triunfador.

¿Cuál era la idea inicial?

Al principio, por su temática ligada a la represión de los años setenta y basada, sobre todo, en la memoria y vivencias de muchos izquierdistas en las cárceles, tenía una carga muy dramática, aunque la comedia siempre estaba presente. Pero según se avanzaba en las versiones, ese peso dramático se iba borrando, dándole paso a la espontaneidad de la comedia. Entonces ahí vino ese viraje acertado hacia la comedia, en su sentido más clásico.

¿Por qué un tema tan dramático como fue la represión de los años setenta y la inmigración haitiana se aborda desde el género de la comedia?

En "Hubo un rey" matan a muchísima gente y uno se ríe muchísimo. "El enfermo imaginario" trata de un tipo que cree que va a morir y, sin embargo, uno se ríe. Hay una definición, que no recuerdo de quien es, que dice: "La risa que nace de la tristeza es el humorismo". A veces el humor se alimenta de situaciones embarazosas, que no deberían causar la risa, pero el pueblo mismo es así.

¿Por qué tres prófugos y músicos?

Esa idea de Ángel tiene que ver con su biografía, los recuerdos que él guarda de su padre, Miguel Ángel Muñiz, quien en los 12 años fue perseguido por su oposición al gobierno de Balaguer. Él me contó esos recuerdos de infancia; ese padre que llegaba y se tenía que ir antes de que amaneciera porque lo podían apresar. Esa es la imagen de un prófugo.

¿Cuál es la situación de la cinematografía en el país?

Aquí lo que hay actualmente son personalidades que, por su fuerza de voluntad, hacen cine oponiéndose a todo. Los dos ejemplos más palpables son René Fortunato y Ángel Muñiz. También Pericles Mejía y Agliberto Meléndez, los cuales sólo han hecho una película. Pero es muy difícil, hay que tener una fuerza mayúscula, casi sobrehumana, como estas personas que han insistido.

Hay planes de hacer una segunda parte de "Perico ripiao"?

No sé, pero la película da. No una segunda parte, porque Ángel no la hace, pero sí para una tercera. Además el final da para continuarla y contar qué pasa con cada uno de los tres protagonistas cuando llegan a sus casas. Eso incluso está filmado y se presentará en la versión en DVD.