"Río místico" un filme entre la razón y la fe
Clint Eastwood mezcla lo existencial con lo policial
Mario Núñez
Santo Domingo. Los pecados se los lleva la corriente del río, que como la existencia es el cambio permanente; el pensamiento de Heráclito permea esta cinta, al igual que la idea del karma, quizá la mayor influencia de la religión india en otras creencias.
Esta dualidad razón y fe es la que en forma soterrada explora Clint Eastwood en "Río místico", una tragedia de intensas y tortuosas revelaciones, amparada en formato de película policial. Ya antes este director había traspasado los límites del western con "Los imperdonables"; hoy nos lleva al lindero de la interrogante existencial, a la manera de las grandes películas del llamado cine negro, recuperando además su paso un tanto perdido en su anterior trabajo, "Deuda de sangre".
Tres amigos de infancia, tres destinos entrelazados: el delincuente, el policía y la víctima. El trío juega en la calle, dos falsos policías secuestran a uno; luego de cuatro días de abusos el muchacho logra liberarse, más no del trauma, que no es individual, sino social. Es aquí donde se encuentran los grandes actores y directores que participan en el filme, porque se trata de un llamado a la conciencia poco habitual en el cine de este tiempo.
Toda violencia contra un ser indefenso es una herida abierta para su comunidad. El Estado puede controlar sólo hasta cierto límite, allí en el barrio, donde se diluye la autoridad central, otros poderes ejercen su propia justicia. Los corderos y los lobos son parte de un mismo ecosistema. Las huellas en el inconsciente colectivo no desaparecen y por alguna parte vuelve a aflorar la violencia. Orden divino dirán algunos, ley de las compensaciones dirán otros. El filme se limita a exponer los hechos, que por su propio peso generan preguntas, aquellas que ninguna religión o filosofía puede contestar.
El peso del guión se hace sentir y el elenco de notables figuras despliega todo su talento dramático. La realización consigue una adecuada combinación de acción policial y desequilibrio psicológico en sus personajes, dejando en cada escena espacio suficiente al espectador para una contemplación que permite una verdadera reflexión, en el más ajustado de los sentidos.
Mystic River. Estados Unidos, 2003. 137 minutos.
Dirección: Clint Eastwood
Guión: Brian Helgeland, basado en la novela de Dennis Lehane
Música: Clint Eastwood
Fotografía: Tom Stern
Intérpretes:
Sean Penn
Tim Robbins
Kevin Bacon
Laurence Fishburne
Marcia Gay Harden
Laura Linney
Santo Domingo. Los pecados se los lleva la corriente del río, que como la existencia es el cambio permanente; el pensamiento de Heráclito permea esta cinta, al igual que la idea del karma, quizá la mayor influencia de la religión india en otras creencias.
Esta dualidad razón y fe es la que en forma soterrada explora Clint Eastwood en "Río místico", una tragedia de intensas y tortuosas revelaciones, amparada en formato de película policial. Ya antes este director había traspasado los límites del western con "Los imperdonables"; hoy nos lleva al lindero de la interrogante existencial, a la manera de las grandes películas del llamado cine negro, recuperando además su paso un tanto perdido en su anterior trabajo, "Deuda de sangre".
Tres amigos de infancia, tres destinos entrelazados: el delincuente, el policía y la víctima. El trío juega en la calle, dos falsos policías secuestran a uno; luego de cuatro días de abusos el muchacho logra liberarse, más no del trauma, que no es individual, sino social. Es aquí donde se encuentran los grandes actores y directores que participan en el filme, porque se trata de un llamado a la conciencia poco habitual en el cine de este tiempo.
Toda violencia contra un ser indefenso es una herida abierta para su comunidad. El Estado puede controlar sólo hasta cierto límite, allí en el barrio, donde se diluye la autoridad central, otros poderes ejercen su propia justicia. Los corderos y los lobos son parte de un mismo ecosistema. Las huellas en el inconsciente colectivo no desaparecen y por alguna parte vuelve a aflorar la violencia. Orden divino dirán algunos, ley de las compensaciones dirán otros. El filme se limita a exponer los hechos, que por su propio peso generan preguntas, aquellas que ninguna religión o filosofía puede contestar.
El peso del guión se hace sentir y el elenco de notables figuras despliega todo su talento dramático. La realización consigue una adecuada combinación de acción policial y desequilibrio psicológico en sus personajes, dejando en cada escena espacio suficiente al espectador para una contemplación que permite una verdadera reflexión, en el más ajustado de los sentidos.
Mystic River. Estados Unidos, 2003. 137 minutos.
Dirección: Clint Eastwood
Guión: Brian Helgeland, basado en la novela de Dennis Lehane
Música: Clint Eastwood
Fotografía: Tom Stern
Intérpretes:
Sean Penn
Tim Robbins
Kevin Bacon
Laurence Fishburne
Marcia Gay Harden
Laura Linney
Diario Libre

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