Taylor Lautner ahora "Sin escape"

SANTO DOMINGO. El cine es una industria que exige un alto nivel de trabajo en equipo, pero como espectáculo al fin, paradójicamente mucho depende del talento individual. En ello se parece bastante a la industria del deporte: sin el mariscal de campo, sin el ariete goleador o sin el bateador estrella, no hay negocio. Son los actores con capacidad protagónica los que permiten la identificación con las masas, son la bisagra entre el público y la empresa. Hasta hace poco un actor debía saber cantar, bailar, montar a caballo y esgrimir un sable; hoy los modernos Hércules deben ser fisicoculturistas y expertos en artes marciales, ya que mostrar los bíceps y demoler al enemigo a patadas es condición para quienes aspiran a la categoría de "estrella". Ha sido el caso de Matt Damon, Ashton Kutcher, Brad Pitt , y ahora el de Taylor Lautner, conocido por sus papeles como "hombre lobo" en la saga "Crepúsculo".

Un joven adoptado

Se nos cuenta la historia de Nathan, un adolescente pueblerino que por casualidad descubre que es adoptado. En cuestión de horas su mundo cambia, sus padres adoptivos son asesinados por misteriosos desconocidos, su casa es destruida, pero logra escapar junto a su enamorada de toda la vida. Le busca también la CIA para protegerlo de un espía internacional que va detrás de su verdadero padre, un agente encubierto de gran y vital importancia para la seguridad nacional. Así, de la noche a la mañana, el joven se convierte en pieza clave de una trama con ribetes conspirativos del más alto nivel.

Un guión bien ajustado

Los primeros veinte minutos del filme resultan una introducción demasiado larga; la descripción del entorno del personaje y sus cercanos llega a ser hasta aburrida. Pero desde el momento en que aparecen las armas en escena la cosa cambia, el ritmo se pone más interesante y entramos de lleno a un filme de "acción". Ya se nos ha mostrado el entrenamiento y las habilidades del protagonista, de modo que el espectador se identifica rápidamente con el joven, que pese a ser novato en las lides del combate extremo, se las arregla para desbaratar a experimentados asesinos profesionales. Lo más interesante del guión es que casi todos los elementos de la primera parte de la historia son reutilizados en la segunda parte, otorgando a la narración una coherencia clásica pero eficaz.

La performance

Es evidente que Taylor Lautner se mantiene en su zona cómoda, en rigor, poco difiere este personaje de sus anteriores y conocidas interpretaciones; nada nuevo en tal sentido, con el agravante de que la historia no le exige más. Pero el mayor inconveniente de esta producción es el bajo rendimiento de los actores que hacen de antagonistas; Alfred Molina y Michael Nyqvist, no aciertan ni con el tono ni la densidad de sus personajes, quedándose más bien en interpretaciones aceptables para películas destinadas a la televisión.

La mano de Singleton

Si algo logra dar sustentabilidad a esta película es la mano experimentada del director John Singleton, quien en 1991 se diera a conocer internacionalmente con "Boyz n the Hood".

Singleton también dirigió uno de los filmes de la serie "Rapido y furioso", de manera que su experiencia en películas policiales es reconocida. Pero ni Singleton, con toda su experiencia, logra salvarnos del bostezo vespertino en el que inevitablemente caemos ante una historia poco creíble y tan alejada de la vida cotidiana.

Recomendable para las incondicionales seguidoras del supuestamente más sensual hombre lobo de estos tiempos.

DE LA PRODUCCIÓN

Abduction.

EE.UU. 2011. 106 minutos.

Dirección: John Singleton

Guión: Shawn Christensen

Música: Ed Shearmur

Fotografía: Peter Menzies Jr.

Intérpretes:

Taylor Lautner

Maria Bello

Alfred Molina

Michael Nyqvist

Lily Collins

Jason Isaacs

William Peltz

Taylor Lautner (Nathan) y Lily Collins (Karen) en una escena de "Abduction" ("Sin escape").