Thimo Pimentel, más que un artista
Kirsis Díaz
SANTO DOMINGO. Para Thimo Pimentel ser artista visual significa vivir. Este oficio que desarrolla desde los 55 años, lo define como su mejor pasatiempo.
“El arte es lo que me mantiene activo, me da satisfacción, sonrisas, amigos”, manifestó Pimentel a Diario Libre.
Su inspiración por el arte no es casual. A sus padres, ambos fallecidos, les gustaba pintar, de ahí que Manuel Felipe Pimentel Imbert, su verdadero nombre, se comenzó a interesar por el dibujo.
“Desde pequeño me interesó mucho el arte. Yo vivía a una esquina del Palacio de Bellas Artes y después que hacía mis tareas me dejaban ir a ver las clases de pintura. Me metía en una clase y en la otra y aprendí algo ahí, pero mi entrenamiento es autodidacta”, resalta el también ceramista.
Haciendo arte lleva 19 años. Previo a adoptar esa faceta, se desempeñó como médico dermatólogo, educador y fotorreportero. Una mezcla poco común pero también inspirada en sus orígenes.
“Mi padre era médico y cuando tenía seis u ocho años me regaló una cámara y también me interesé por la fotografía”, relata.
Su gran trabajo fotográfico, las fotos de la Revolución de Abril, lo llevó a elaborar un libro y con éste a obtener el Premio Nacional de Literatura versión historia.
Como fotorreportero llegó a ser el editor deportivo de la Revista Ahora. Fue uno de los primeros en el país que escribía y tomaba las fotos de sus reportajes al mismo tiempo.
“Firmaba mis fotos y artículos como Thipim (Thimo Pimentel). Mi columna en la Revista Ahora: Mi Nikon y yo se hizo muy popular, y desde esa fecha mis compañeros de la crónica me llamaban Thipim”, recuerda.
A los 24 años concluyó su formación como médico, carrera que ejerció durante dos décadas. Como educador duró 25 años y luego de un viaje a España, donde fue director de la Oficina de Turismo del país, decidió retirarse de la medicina y de la enseñanza universitaria.
“Me gradué en 1965, días antes de la Revolución de Abril y me fui después de la Revolución a hacer un postgrado en Dermatología en Barcelona España.
Regresé en el 66 y ejercí medicina privada hasta 1986. También impartí clases en la Escuela de Medicina de la UASD (Universidad Autónoma de Santo Domingo) desde 1959, cuando empecé mi carrera hasta 1969, de ahí pasé a la UNPHU (Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña) donde impartí clases hasta 1986 cuando me fui a España como director de la Oficina de Turismo de la República Dominicana en Madrid, donde pasé cinco años”, precisó.
Un oasis
Su taller es un refugio de la naturaleza en medio de la ciudad. Amante de las plantas, don Thimo posee una gran variedad de éstas, “sobre todo las que le inducen a marotear”.
“Desde chiquito me gustó buscar frutas. En mi taller tengo todas las que tú te puedas imaginar. La temperatura aquí es más fresca que en otro sitio porque es prácticamente una selva”, nos comentó.
“Pero es un oasis de trabajo y como me gusta tanto no es un trabajo sino un deleite dentro de una selva”, agregó.
Kirsis Díaz
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