Un enemigo invisible que se apodera de los pulmones
El monóxido de carbono se encuentra en el humo que expiden los vehículos y las plantas eléctricas

SANTO DOMINGO. Hace tres años que María -nombre ficticio-, de 50 años, quedó atrapada alrededor de 45 minutos en un tapón en el túnel de la 27 de Febrero. Desde entonces la taxista, que no padecía de ningún quebranto, ha visto su salud empeorar. Al principio sólo le ardían los ojos y la piel. Luego desarrolló una bronquitis asmática por causa del monóxido de carbono que respiró.
Sus pulmones se afectaron tanto que ahora solo puede "taxiar" en la madrugada, cuando el tránsito está más descongestionado, y lucha con otras complicaciones como la rinitis. "He tenido que hacer todas las deudas del mundo para seguir con vida", dice.
Como ella, son muchas las personas que a diario se ven en la necesidad de tener que pasar por el túnel y respirar de ese "enemigo invisible". Sin embargo, no es el único lugar donde se encuentra el monóxido de carbono. Según Orlando Sturla, neumólogo y broncoscopista del Centro de Medicina Avanzada Abel González, los tapones que se originan en los semáforos de la ciudad, sumados con el calor sofocante de nuestro clima, son una fuente de ese gas venenoso.
Mientras que el neurólogo Carlos J. Santoni, del Centro Médico UCE, agrega que las plantas eléctricas - que la mayoría de las veces no tienen la tubería de escape del humo en el lugar correcto- también originan monóxido, porque esparcen los tóxicos en la dirección del viento. Una situación que es bastante común en las torres de la ciudad. "Nosotros tenemos una gran contaminación parcial ambiental, es decir, tú puedes dar una vuelta a la manzana y te encuentras hasta con 10 plantas", agrega el neurólogo.
Y aunque no a todas las personas les pasa como a María, Santoni asegura que se dan muchos casos en los que el individuo se intoxica gradualmente. "La gente pelea más, se torna más agresiva, se siente cansada o no se puede concentrar", explica. Otro síntoma muy frecuente, agrega el neumólogo, es la hiperactidad bronquial y nasal y la coloración de la cara. Incluso los afectados pueden presentar taquicardia o desarrollar, con el tiempo, un problema cardíaco.
Prevención
Hay algunos casos en los que el envenenamiento por monóxido de carbono se puede evitar. Por ejemplo, nunca caliente el carro dentro del garaje, aunque tenga la puerta abierta, ya que el humo puede concentrarse rápidamente en esa área. Tampoco use aparatos que funcionan con motores de gasolina -como cortadoras de hierba, sierras eléctricas o generadores pequeños- dentro de un cuarto cerrado. Y en caso de que sienta los síntomas, como náuseas, vómitos, trastornos visuales; no los ignore ya que puede perder el conocimiento y llegar hasta la muerte.
Solución
Aunque hacen falta cambios mayores, y que muchas veces se escapan de la mano del afectado, para reducir la contaminación por monóxido de carbono, como regular el tránsito para que conchen menos vehículos en mal estado, ambos especialistas coinciden en que cada ciudadano puede aportar un granito de área por su salud. En el caso de los que tengan vehículos, lo mejor es utilizar el aire acondicionado. "La gente cree que se está ahorrando dinero con no encender el aire pero con eso pueden conseguir un problema de salud", apunta Sturla.
También es necesario dormir lo suficiente, hacer ejercicios y estar en un ambiente lo más saludable posible. "Si llegas a tu casa no te encierres, busca un lugar fresco, preferiblemente donde hayan árboles". Otro punto que le ha funcionado a María es comer saludable y en especial ingerir muchas frutas.
Los más afectados
Sturla asegura que los vendedores ambulantes y los taxistas -que trabajan con los vidrios bajitos- son los más propensos a intoxicarse por monóxido de carbono, debido a que están expuestos por muchas horas al humo que expiden los vehículos. También las personas con problemas respiratorios.
pcrusset@diariolibre.com
Sus pulmones se afectaron tanto que ahora solo puede "taxiar" en la madrugada, cuando el tránsito está más descongestionado, y lucha con otras complicaciones como la rinitis. "He tenido que hacer todas las deudas del mundo para seguir con vida", dice.
Como ella, son muchas las personas que a diario se ven en la necesidad de tener que pasar por el túnel y respirar de ese "enemigo invisible". Sin embargo, no es el único lugar donde se encuentra el monóxido de carbono. Según Orlando Sturla, neumólogo y broncoscopista del Centro de Medicina Avanzada Abel González, los tapones que se originan en los semáforos de la ciudad, sumados con el calor sofocante de nuestro clima, son una fuente de ese gas venenoso.
Mientras que el neurólogo Carlos J. Santoni, del Centro Médico UCE, agrega que las plantas eléctricas - que la mayoría de las veces no tienen la tubería de escape del humo en el lugar correcto- también originan monóxido, porque esparcen los tóxicos en la dirección del viento. Una situación que es bastante común en las torres de la ciudad. "Nosotros tenemos una gran contaminación parcial ambiental, es decir, tú puedes dar una vuelta a la manzana y te encuentras hasta con 10 plantas", agrega el neurólogo.
Y aunque no a todas las personas les pasa como a María, Santoni asegura que se dan muchos casos en los que el individuo se intoxica gradualmente. "La gente pelea más, se torna más agresiva, se siente cansada o no se puede concentrar", explica. Otro síntoma muy frecuente, agrega el neumólogo, es la hiperactidad bronquial y nasal y la coloración de la cara. Incluso los afectados pueden presentar taquicardia o desarrollar, con el tiempo, un problema cardíaco.
Prevención
Hay algunos casos en los que el envenenamiento por monóxido de carbono se puede evitar. Por ejemplo, nunca caliente el carro dentro del garaje, aunque tenga la puerta abierta, ya que el humo puede concentrarse rápidamente en esa área. Tampoco use aparatos que funcionan con motores de gasolina -como cortadoras de hierba, sierras eléctricas o generadores pequeños- dentro de un cuarto cerrado. Y en caso de que sienta los síntomas, como náuseas, vómitos, trastornos visuales; no los ignore ya que puede perder el conocimiento y llegar hasta la muerte.
Solución
Aunque hacen falta cambios mayores, y que muchas veces se escapan de la mano del afectado, para reducir la contaminación por monóxido de carbono, como regular el tránsito para que conchen menos vehículos en mal estado, ambos especialistas coinciden en que cada ciudadano puede aportar un granito de área por su salud. En el caso de los que tengan vehículos, lo mejor es utilizar el aire acondicionado. "La gente cree que se está ahorrando dinero con no encender el aire pero con eso pueden conseguir un problema de salud", apunta Sturla.
También es necesario dormir lo suficiente, hacer ejercicios y estar en un ambiente lo más saludable posible. "Si llegas a tu casa no te encierres, busca un lugar fresco, preferiblemente donde hayan árboles". Otro punto que le ha funcionado a María es comer saludable y en especial ingerir muchas frutas.
Los más afectados
Sturla asegura que los vendedores ambulantes y los taxistas -que trabajan con los vidrios bajitos- son los más propensos a intoxicarse por monóxido de carbono, debido a que están expuestos por muchas horas al humo que expiden los vehículos. También las personas con problemas respiratorios.
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