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Un macho de mujer, una crítica a la clase alta

El conjunto de actores de soporte tiene buen desempeño

SANTO DOMINGO. La comedia es una antigua forma de expresión que ha evolucionado con el paso de los siglos. Ayer el teatro y la literatura le dieron soporte, más tarde el cómic, hoy el cine y la televisión, preferentemente. Tiene múltiples enfoques, uno de ellos es la crítica a las costumbres, donde se puede ubicar claramente a esta nueva producción dominicana.

A diferencia de otras comedias del cine local, esta película establece una crítica a la clase alta, cosa poco habitual en el cine de estas latitudes, donde el humor ha estado las más de las veces vinculado al pueblo, cuando no a la mofa de éste. Es un tipo de relato donde lo cotidiano toma valor y es devuelto al público a través de una representación bien elaborada en general.

Aún cuando su argumento no sea original, ya que la idea del hombre convertido de la noche a la mañana en mujer se ha utilizado en otras ocasiones, el filme tiene la virtud de adentrarse en la mentalidad masculina del quisqueyano. Se trata de una crítica de fondo a lo que los psicólogos llaman satiriasis, es decir, a la muy extendida costumbre del macho dominicano de mantener una vida de soltero, estando casado. El principal aporte de esta producción es que hace público aquello que pertenece al mundo privado, contribuyendo a poner el tema en la agenda pública.

Realidad versus ficción

Es un relato con características mágicas y su núcleo está en el conflicto de una pareja de jóvenes esposos por definir el espacio de cada quien en la relación. El marido y sus amigos tienen por costumbre, después del trabajo irse de bonche y llegar de madrugada, asediando a cuanta fémina se les cruza por el camino.

Las amigas de la esposa sufren del mismo mal y tratan en conjunto de combatirlo. No obstante su punto de vista crítico al matrimonio y sus desdichas, se trata de una crítica temperada, incluso se cuida de ser políticamente incorrecta. Porque todos sabemos que la realidad es más fuerte que la presentada en el filme.

El guión, de buena progresión dramática, evidencia notoriamente una lucha constante del autor con su autocensura. La realidad supera a la ficción dijo alguien hace un tiempo y ello es válido para esta producción que se queda en la periferia de conflicto de fondo.

Una comedia que funciona

Como espectáculo por el cual el espectador paga, el filme funciona bien, el público ríe con las situaciones y caracterizaciones, en la cuales sobresale Roberto Angel Salcedo en el rol protagónico. Su capacidad histriónica es puesta a prueba y sale bien del paso. Su antagonista, la joven Ana Karina Casanova se queda en una actuación discreta y a ratos le falta profundidad a su personaje. Bien están el conjunto de actores de soporte en los cuales figuran talentos de la televisión local.

Los puntos en contra

Dado que en rigor se trata de una ópera prima, no es raro que tenga elementos poco acabados. Se trata de una película narrada de manera simple y directa, lo cual deja de lado los recursos propios de lo cinematográfico, en tal sentido, es un filme de escaso lenguaje audiovisual, dejando el peso de la acción al diálogo.

En el trabajo de montaje se echa de menos la elaboración de una música incidental más acabada. Recomendable para comprobar, nueva vez, que el humor convoca al público al cine y que con apoyo y recursos se puede seguir desarrollando la incipiente industria de un cine con vocación nacional, que ayude a mirarnos y comprendernos mejor.

Un macho de mujer

Director:

Alfonso Rodríguez

Música:

Gustavo Rodríguez

Guión:

Alfonso Rodríguez

Productores Ejecutivos:

Roberto Angel Salcedo, Carlos Salcedo, Manuel Corripio, José Miguel Bonetti y Domingo Bermúdez.

Fotografía:

Eduardo Fierro

Montaje

Alfonso Rodríguez, Johan Vásquez y Sujen Sang Rodríguez

Reparto:

Roberto Angel Salcedo, Ana Karina Casanova, Daniel Sarcos, Tania Báez, Jochy Santos, María del Carmen Hernández y Renata Soñé