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Uno de los cinco conciertos más importantes de la historia de Juan Luis

El público, mayoritariamente juvenil, garantiza permanencia

SANTO DOMINGO. "Este es uno de los cinco más importantes conciertos de la historia del grupo", dijo a DL Roger, el corista de Juan Luis Guerra y la 440, a la 1:43 minutos de la madrugada, recostado a una columna y bajo el ataque despiadado de un Dj, en el 'after party' celebrado por Orange en Praia.

Unas 56 mil personas abarrotaron lo que para algunos ha sido el más grande concierto realizado por un artista dominicano en solitario en el Estadio Olímpico.

Todo comenzó con imágenes proyectadas en la pantalla digital y los compases de "La Travesía". Luego Juan Luis saludó y agradeció a la República Dominicana el respaldo de siempre y el cariño. Entonces cantó "Vale la pena" y siguió con "A pedir su mano", de la primera etapa de su creación musical, terminando con el clásico de los clásicos "Ojalá que llueva café", donde se proyectaron imágenes, las manos se pusieron en alto y el sonido parecía de grabación, de tanta fidelidad.

"Soldado" y "Cancioncita de amor" -donde dice aquello de que pasarán los meses y los años...- desfilaron para que diera paso a "Sólo tengo ojos para ti", una de las trovas más tiernas de su última producción discográfica. A esas alturas, Sacha Rodríguez se convertía en los ojos de Albert Stafeld y Juan Luis hablaba de mensajes y de amores, entre ellos Francisco Rosario supo que sería papá, una manera hermosa de celebrar este 14 de febrero y terminar entregado en los brazos de aquello que dice "tengo un corazón que madura donde quiera, quisiera ser un pez", y Sacha preguntando sobre esa metáfora.

"La llave de mi corazón", título del disco que le ganó seis premios Grammy Latino y un Grammy Americano -una especie de suite posmoderna de mambo, blues y chachachá, entre otros ritmos-, dió paso a otro segmento donde la gente se gozó "Niágara en bicicleta", "Para tí", "Woman del Callao" y "El farolito" (salieron tres saxos a primer plano, se lanzaron confetis y los aplausos se convirtieron en ovación). Luego Juan Luis se sentó en una banqueta, en onda más íntima, y la gente se bailó la bachata "Que me des tu cariño". Después poetizó: "el amor es paciente y bondadoso..., no guarda rencor... todo lo soporta" y cantó a guitarra "Cuando te beso".

En "Tú", Calor urbano le acompañó en una bien empastada fusión de voces y ritmos (rock, pop, hip-hop).

El medley con "Amor de conuco", "Ay, mujer" y "Me enamoro de ella" la interpretaron los miembros del coro, mientras Juan Luis tomaba un "break".

Antes, el set de percusión hizo una rutina que tiene sus orígenes en Los Papines 1960, sólo que más sofisticada y con pasos de dance y sonoridad actual, pero en esencia lo mismo, un homenaje a los ancestros de los parches.

"El costo de la vida" devolvió a Juan Luis a escena, que siguió, ya en recta final, con "Las avispas", "La cosquillita" y un solo de guitarra para el tema 22 (falso final) de "La gallera".

Las ñapas fueron cuatro: "Visa para un sueño", un "Medley de bachatas", "Si tú no bailas conmigo" y "Como yo", ahora sí, final de finales y un concierto de fuegos artificiales.