Villa en Cabrera entre las más caras: US$35,000 a la semana
Rincón. Cabrera es una de las localidades del país con mayor potencial turístico. La sindicatura pone su empeño en esto
Alfonso Quiñones
Santo Domingo. Muchos viajan a Nueva York, Boston, Miami, Orlando o Europa, en sus vacaciones, y no saben que su propio país está lleno de sorpresas. Cabrera es uno de los rincones que no todos los dominicanos conocen y sin embargo, justo allí está enclavada una de las villas más caras del mundo, nombrada Castellamonte del Mare.
En esa misma localidad, una canadiense-yugoslava que es considerada una de las mujeres más ricas del planeta, dueña de la más importante compañía de gas natural de Canadá, reside en lo que -según el propio Johnny Ventura- es la residencia más despampanante del país, enclavada a orillas del Atlántico. Allí, en un patio interior, existe una fuente con una piedra antiquísima que ella obtuvo en una subasta en Londres, y en esa piedra, según su dueña, se bañaba Jesús.
Otra maravilla de esa localidad es la villa levantada por un norteamericano, dueño de un excelente hotel a orillas de la localidad. La villa en cuestión está conformada por un castillo de cuatro pisos con seis suites personalizadas, spa, un campo de pelota profesional, otro pequeño de golf, caballerizas, piscinas y amplios jardínes, así como un servicio de bar y menú gourmet, adonde vienen celebridades de EEUU a realizar bodas y otras fiestas.
Pero lo que parece poner la guinda sobre el pastel es una villa nombrada Castellomonte del Mare, que según la página web www.homeaway.com es una de las ofertas de más exclusividad, lujo y completa experiencia en el Caribe.
La villa fue diseñada -según la página- por un mundialmente renombrado arquitecto que utilizó materiales seleccionados por él mismo alrededor del mundo para dar forma a la villa turística con estilo toscano.
Situada apenas a 55 metros de la orilla del mar, la villa ofrece siete suites reales con aire acondicionado general, cada una con acceso directo a la piscina y, mirando al mar, terraza propia, así como características únicas para convertirse en un nido de amor paradisíaco. La capacidad general no rebasa las 20 personas. Y cada una de las suites tiene nombre propio: Dolce Vita, Fiesole, Firenze, La Spezia, Lucca, Pisa, Siena, Vía Reggio.
En esa misma localidad, una canadiense-yugoslava que es considerada una de las mujeres más ricas del planeta, dueña de la más importante compañía de gas natural de Canadá, reside en lo que -según el propio Johnny Ventura- es la residencia más despampanante del país, enclavada a orillas del Atlántico. Allí, en un patio interior, existe una fuente con una piedra antiquísima que ella obtuvo en una subasta en Londres, y en esa piedra, según su dueña, se bañaba Jesús.
Otra maravilla de esa localidad es la villa levantada por un norteamericano, dueño de un excelente hotel a orillas de la localidad. La villa en cuestión está conformada por un castillo de cuatro pisos con seis suites personalizadas, spa, un campo de pelota profesional, otro pequeño de golf, caballerizas, piscinas y amplios jardínes, así como un servicio de bar y menú gourmet, adonde vienen celebridades de EEUU a realizar bodas y otras fiestas.
Pero lo que parece poner la guinda sobre el pastel es una villa nombrada Castellomonte del Mare, que según la página web www.homeaway.com es una de las ofertas de más exclusividad, lujo y completa experiencia en el Caribe.
La villa fue diseñada -según la página- por un mundialmente renombrado arquitecto que utilizó materiales seleccionados por él mismo alrededor del mundo para dar forma a la villa turística con estilo toscano.
Situada apenas a 55 metros de la orilla del mar, la villa ofrece siete suites reales con aire acondicionado general, cada una con acceso directo a la piscina y, mirando al mar, terraza propia, así como características únicas para convertirse en un nido de amor paradisíaco. La capacidad general no rebasa las 20 personas. Y cada una de las suites tiene nombre propio: Dolce Vita, Fiesole, Firenze, La Spezia, Lucca, Pisa, Siena, Vía Reggio.
Alfonso Quiñones
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