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Will Rogers y la paradoja del cáncer de pulmón

Santo Domingo. Will Rogers era un comentarista de temas sociales, irónico y colorido, muy popular durante la época de la Gran Depresión norteamericana de la primera mitad del siglo XX. Sus comentarios, ingeniosos y divertidos, eran de las pocas cosas que disipaban la angustia de sus compatriotas en esos años desoladores. En cierta ocasión, comentando la migración masiva de los habitantes de Oklahoma (los Okies) hacia California, afirmó que cuando los "Okies se mudaban de Oklahoma a California incrementaban la inteligencia promedio de ambos estados".

La paradoja y la gracia de esta observación radican en el hecho de que parece absurdo que pueda aumentar la inteligencia promedio de los dos estados, si sólo emigraban los Okies. Si los habitantes de Oklahoma son más inteligentes que los de California, se entiende que la llegada de los primeros (Okies) aumentará la inteligencia promedio de los habitantes de la segunda. Lo que resulta difícil de entender es que aumente la inteligencia de ambos. Si paso gente inteligente del grupo A al grupo B, se entiende que aumente la inteligencia promedio del grupo B. ¿Pero cómo se explica que aumente también la inteligencia del grupo A?

Sin embargo, como veremos a continuación, esto es perfectamente posible, siempre y cuando se cumplan dos condiciones: que la inteligencia promedio de los emigrantes de Oklahoma sea inferior al promedio general de ese estado, pero superior al promedio de inteligencia del estado de California. O sea, que aunque los que emigran de Oklahoma son los más brutos de ese estado, son más inteligentes que los más brillantes de California.

Como según Rogers hay que ser muy bruto para mudarse de Oklahoma a California, la media de los que permanecen en Oklahoma aumentaría, ya que quedarían muchos menos brutos y un número menor de habitantes. Pero si el promedio de inteligencia de los menos dotados de Oklahoma es superior al promedio general de la población de California, la llegada de los Okies elevaría la media de inteligencia de ese otro estado de la Unión. Es evidente que Rogers quería, o bien fortalecer el ego de los Okies o debilitar el de los californianos (o ambas cosas a la vez).

En cierta ocasión, un miembro del Partido Demócrata aplicó la misma paradoja, con idéntico efecto demoledor, a un congresista de su parcela que se pasó al Partido Republicano. Dijo el político estadounidense que la decisión del demócrata de pasarse a las filas republicanas había elevado la inteligencia promedio de ambos partidos. La ocurrencia probablemente fue incomprendida por la mayoría de los miembros de ambos partidos.

Pero lo que resulta realmente interesante, más allá del ingenio de Will Rogers y de las disputas provinciales de esos estados, es el descubrimiento que ha hecho un equipo de investigadores. Estos científicos han detectado, mediante la aplicación de los principios de esta paradoja, distorsiones estadísticas en la interpretación de las expectativas de vida de los pacientes con cáncer en los pulmones.

Durante mucho tiempo, el aumento de las expectativas de vida de los pacientes con cáncer de pulmón se atribuía exclusivamente a la eficacia de los tratamientos. Estudios recientes, sin embargo, parecen indicar que la causa de este cambio es más compleja y mucho menos halagüeña. Al parecer, el hecho de que estos pacientes vivan ahora más tiempo no tiene nada que ver con la eficacia del tratamiento, sino que es más bien una consecuencia del perfeccionamiento de las técnicas de diagnóstico. (Continuará)

guerrero.simon@gmail.com