Rusia anuncia entre bombardeos un receso para evacuaciones
Rusia anunció otro cese el fuego y la apertura de corredores humanitarios para permitir que los civiles huyan de Ucrania a partir del lunes
Rusia anunció otro cese el fuego y la apertura de corredores humanitarios para permitir que los civiles huyeran de Ucrania a partir del lunes, aunque medidas similares en los últimos días se desmoronaron y las fuerzas armadas de Moscú seguían castigando ciudades ucranianas incluso después del anuncio.
El día anterior, cientos de miles de civiles que intentaban huir a lugares seguros se vieron obligados a buscar cobijo de proyectiles rusos que golpearon ciudades en el centro, norte y sur del país.
Antes de una tercera ronda de conversaciones prevista para el lunes por la tarde, el Ministerio ruso de Defensa dijo que por la mañana comenzaría un cese el fuego y que se abrirían pasajes seguros para civiles desde la capital, Kiev; el puerto sureño de Mariúpol; la segunda ciudad más grande del país, Járkiv, y Sumy. Sin embargo, algunas de las rutas de evacuación llevarían a los civiles hacia Rusia o su aliada Bielorrusia, un destino improbable para muchos ucranianos que preferirían dirigirse a países en las fronteras al oeste o el sur.
Una funcionaria ucraniana de alto rango rechazó la propuesta.
En un primer momento no estaba claro si los combates se detendrían más allá de esos lugares mencionados en el comunicado, o cuándo terminaría el receso. Había pocas esperanzas de que las nuevas conversaciones, fijadas para las 1400 GMT, ofrecieran avances.
Ya entrada la segunda semana de guerra, el plan ruso de tomar el país con rapidez ha chocado con una feroz resistencia. Sus tropas han hecho avances significativos en el sur de Ucrania y junto a la costa, pero muchos de sus avances se han visto estancados. Un inmenso convoy militar lleva días casi inmóvil al norte de Kiev.
Los combates dispararon los precios de la energía en todo el mundo, las bolsas se desplomaron y el conflicto amenazaba el suministro de alimentos y los medios de vida de personas en todo el mundo que dependen de los campos de cultivo en la región del Mar Negro.
Mientras tanto, la cifra de muertos seguía sin estar clara. Naciones Unidas dijo haber confirmado apenas unos pocos cientos de civiles fallecidos, pero advirtió que el número estaba muy por debajo de lo real. La policía en la región de Járkiv informó el lunes de 209 muertos sólo en esa zona, de los que 133 eran civiles.
La violencia también ha hecho que 1,5 millones de personas huyan del país, lo que el responsable de la agencia de refugiados de Naciones Unidas describió como “la crisis de refugiados más rápida en Europa desde la II Guerra Mundial”.
Pero muchos otros han quedado atrapados en ciudades bajo asedio. La comida, el agua, los medicamentos y casi todos los demás suministros escaseaban en Mariúpol. Unas 200.000 personas intentaban escapar de la ciudad, donde un cese el fuego anterior se había roto. Rusia y Ucrania se acusaban mutuamente de incumplirlo.
La división de trabajo del gobierno ruso encargada del asunto dijo que la nueva promesa de corredores humanitarios se anunciaba a petición del presidente de Francia, Emmanuel Macron, que habló el domingo con el presidente de Rusia, Vladimir Putin. La oficina de Macron dijo que había pedido una detención más amplia de las operaciones militares en Ucrania y protección para los civiles.
La vice primera ministra de Ucrania, Irina Vershchuk, describió como “inaceptables” las rutas propuestas de evacuación a Rusia y Bielorrusia. Bielorrusia es un aliado clave de Putin y ha servido como base para la invasión.
El gobierno ucraniano propuso ocho corredores humanitarios, también desde Mariúpol, que permitirían a los civiles viajar hacia las regiones occidentales de Ucrania, donde no hay bombardeos rusos.
“Ofrecer rutas de evacuación a los brazos del país que está destruyendo el propio es absurdo”, dijo el ministro británico para Europa, James Cleverly.
La propuesta rusa recordaba a otras parecidas en Siria. En 2016, una propuesta conjunta de Moscú y Damasco para habilitar vías humanitarias para salir de Alepo, una ciudad oriental en manos opositoras, fue muy criticada por motivos humanitarios. Activistas de derechos humanos dijeron que la estrategia, acompañada de asedios brutales, hacía que la población tuviera que elegir en la práctica entre arrojarse a los brazos de su agresor o morir bajo sus bombardeos.
Mientras tanto, las fuerzas rusas continuaron su ofensiva y abrieron fuego sobre la ciudad de Mykolaiv, 480 kilómetros al sur de Kiev, según dijo el lunes por la mañana el Estado Mayor de Ucrania. Los rescatistas dijeron que estaban apagando incendios provocados por cohetes en edificios residenciales.
Responsables de emergencias en la región de Járkiv dijeron que al menos ocho personas habían muerto en los ataques de la noche, que destrozaron edificios residenciales, instalaciones médicas y educativas y edificios administrativos.
Los ataques también continuaron en suburbios de Kiev como Irpin, que lleva tres días sin electricidad, agua ni calefacción.
“Rusia sigue realizando ataques con cohetes, bombas y artillería sobre las ciudades y asentamientos de Ucrania”, dijo el Estado Mayor.
El Estado Mayor ucraniano también reiteró las acusaciones de que Rusia ha atacado los corredores humanitarios, tomando como rehenes a mujeres y niños y colocado armas en zonas residenciales urbanas, aunque no dio detalles ni ofreció pruebas.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo antes que los ataques de Moscú podrían detenerse “sólo si Kiev cesa las hostilidades”. Como lo ha hecho regularmente, Putin responsabilizó a Ucrania de la guerra, diciéndole el domingo al presidente turco Recep Tayyip Erdogan que Kiev debía poner fin a todas las hostilidades y cumplir las “bien conocidas exigencias de Rusia”.
Putin lanzó su invasión con una serie de falsas acusaciones contra Kiev, incluida que está liderada por neonazis decididos a socavar a Rusia con el desarrollo de armas nucleares.


AP