EE. UU. endurece el cerco marítimo sobre Venezuela y profundiza la presión económica
El Gobierno venezolano tildó de ilegal la medida y denunció violación de su soberanía

Estados Unidos anunció un bloqueo a los buques petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela, una decisión que intensifica la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro y que tiene implicaciones directas para la economía venezolana y para la seguridad regional en el Caribe. La medida se produce en un contexto de creciente despliegue militar estadounidense y de acciones directas contra embarcaciones vinculadas tanto al comercio petrolero como al narcotráfico.
El presidente Donald Trump confirmó el endurecimiento del cerco marítimo con un mensaje público en el que describió el alcance de la operación naval en términos excepcionales. Afirmó que "Venezuela está completamente rodeada por la mayor armada jamás reunida en la historia de América del Sur" y advirtió que esa presencia "seguirá creciendo, y el impacto para ellos será como nada que hayan visto antes", hasta que, según sus palabras, devuelvan a Estados Unidos "todo el petróleo, la tierra y otros activos que anteriormente nos robaron".
En ese mismo marco, Trump declaró al gobierno venezolano como una Organización Terrorista Extranjera. El mandatario acusó a funcionarios del Estado venezolano de utilizar los ingresos provenientes del petróleo para su enriquecimiento personal y para financiar actividades de narcotráfico y terrorismo, reforzando así el argumento de seguridad nacional con el que su administración justifica el endurecimiento de las medidas.
El anuncio del bloqueo se produjo después de una acción concreta en alta mar. La semana pasada, autoridades estadounidenses incautaron un petrolero frente a las costas venezolanas que transportaba crudo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). El buque, identificado como el Skipper, estaba sujeto a sanciones desde 2022. La operación representó un paso más allá de las restricciones financieras y comerciales, al materializarse en una interdicción directa del transporte marítimo.
Gobierno de Maduro
La reacción de Venezuela fue inmediata. La cancillería venezolana envió una comunicación al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la que calificó la incautación del petrolero como un "acto de piratería de Estado". El gobierno de Maduro rechazó la legalidad de la medida y denunció una violación de su soberanía, al tiempo que insistió en que las acciones de Washington carecen de sustento en el derecho internacional.
El bloqueo y la incautación del petrolero se inscriben en un contexto más amplio de operaciones militares estadounidenses en la región. El lunes, fuerzas de Estados Unidos llevaron a cabo ataques contra tres embarcaciones en el océano Pacífico oriental, en operaciones descritas por la administración Trump como parte de una campaña contra el narcotráfico. En estos ataques murieron ocho presuntos traficantes, lo que elevó a al menos 95 el número de fallecidos en este tipo de operaciones durante la actual ofensiva antidrogas.
Aunque estas acciones se desarrollaron fuera del Caribe, forman parte del mismo enfoque de seguridad regional que combina vigilancia marítima, interdicción de embarcaciones y uso de la fuerza contra objetivos considerados ilícitos. Este enfoque ha incrementado la percepción de una mayor militarización de las rutas marítimas que conectan América del Sur, el Caribe y Centroamérica.
Efectos económicos
En el plano económico, el impacto para Venezuela es considerable. El país depende de manera crítica de las exportaciones de petróleo como principal fuente de ingresos en divisas. Cualquier interrupción en el transporte marítimo afecta directamente la capacidad del Estado venezolano para vender su crudo, cobrar por esas exportaciones y financiar importaciones esenciales como alimentos, medicamentos y combustibles.
Las restricciones al movimiento de petroleros han generado retrasos en los embarques, acumulación de crudo en puertos y una mayor cautela entre compradores, navieras y aseguradoras. Operadores del mercado han ajustado sus decisiones ante el riesgo de incautaciones, sanciones adicionales y pérdidas financieras asociadas a operaciones con petróleo venezolano.
Uno de los efectos más visibles ha sido el aumento de los descuentos exigidos al crudo venezolano. El mayor riesgo operativo y legal se traduce en precios de venta más bajos, lo que reduce los ingresos netos por exportación incluso cuando los cargamentos logran salir del país. A ello se suman mayores costos de transporte, seguros más caros y condiciones contractuales más restrictivas.
A mediano plazo, estas limitaciones podrían derivar en una reducción sostenida de los volúmenes exportados. La dificultad para acceder a buques, servicios logísticos y financiamiento afecta especialmente a los envíos hacia mercados lejanos, con un impacto directo sobre la entrada de divisas y la estabilidad fiscal.
- El endurecimiento del cerco marítimo se produce en un contexto de fragilidad estructural de la industria petrolera venezolana, marcada por problemas de infraestructura, falta de inversión y limitaciones operativas. El bloqueo no origina estas debilidades, pero las profundiza al restringir aún más el acceso a mercados y a socios comerciales.
En el ámbito regional, la combinación de bloqueo petrolero, incautaciones de buques y ataques a embarcaciones refuerza un clima de tensión en el Caribe y zonas adyacentes. El incremento de la presencia naval estadounidense y las operaciones de interdicción elevan la incertidumbre en una región estratégica para el comercio energético y marítimo, mientras se mantiene abierta la posibilidad de nuevas medidas en el marco de esta escalada.
«Venezuela está completamente rodeada por la mayor armada jamás reunida en la historia de América del Sur. Solo seguirá creciendo, y el impacto para ellos será como nada que hayan visto antes, hasta que devuelvan a los Estados Unidos de América todo el petróleo, la tierra y otros activos que anteriormente nos robaron. El ilegítimo régimen de Maduro está utilizando petróleo de estos campos petroleros robados para financiarse, así como el narcoterrorismo, la trata de personas, el asesinato y el secuestro.
Por el robo de nuestros activos y por muchas otras razones, entre ellas el terrorismo, el narcotráfico y la trata de personas, el régimen venezolano ha sido designado como una organización terrorista extranjera.
Por lo tanto, hoy ordeno un bloqueo total y completo de todos los petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela.
Los inmigrantes ilegales y criminales que el régimen de Maduro envió a Estados Unidos durante la débil e inepta administración de Biden están siendo devueltos a Venezuela a un ritmo acelerado. Estados Unidos no permitirá que criminales, terroristas u otros países roben, amenacen o dañen a nuestra nación, ni permitirá que un régimen hostil se apropie de nuestro petróleo, nuestra tierra o cualquier otro activo, los cuales deben ser devueltos a Estados Unidos de inmediato.


