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Biden, de manos atadas por política doméstica ante Cuba

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Biden, de manos atadas por política doméstica ante Cuba
“Cuba es, lamentablemente, un Estado fallido que reprime a sus ciudadanos”, opinó Biden ante periodistas. (AP PHOTO/EVAN VUCCI)

La esperanza de que el presidente Joe Biden aliviara medidas comerciales y restricciones de viaje a Cuba establecidas por Donald Trump quedó rehén de la política doméstica y de la influyente comunidad cubano-americana, férreamente enfrentada a La Habana, según analistas consultados por la AFP.

Biden era vicepresidente cuando Barack Obama recompuso las relaciones con Cuba en 2014, reabriendo misiones diplomáticas de ambos países, luego de décadas de embargo estadounidense. Este acercamiento permitió a turistas de Estados Unidos visitar la isla y habilitó importaciones del país bajo un gobierno comunista.

Pero el apoyo dentro del país a las protestas de la semana pasada en Cuba contra el gobierno, y una mayoría ajustada que le permite controlar el Congreso, explica por qué el mandatario no revierte las medidas profundizadas por Trump contra Cuba.

Antes de las elecciones presidenciales del año pasado, Biden aseguró que revertiría las políticas de Trump hacia Cuba. Pero ahora retrocedió.

“Cuba es, lamentablemente, un Estado fallido que reprime a sus ciudadanos”, opinó Biden ante periodistas.

“Estaría dispuesto a donar cantidades significativas de vacunas si, de hecho, me aseguraran que una organización internacional administraría estas vacunas y lo haría de tal manera que los ciudadanos promedio tuvieran acceso”, dijo Biden durante una conferencia de prensa con la canciller alemana Angela Merkel.

Desafiar al régimen

Luego de asumir en enero, muchos demócratas le pidieron a Biden que revirtiese las decisiones de Trump sobre Cuba.

El 2 de marzo, 80 legisladores urgieron acciones para “regresar al camino de la diplomacia lanzado por la administración Obama-Biden, y buscar terminar con más de seis décadas de embargo”.

En particular, pidieron que se deje de designar a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo, una designación decidida por Trump nueve días antes de dejar la Casa Blanca.

Pero las protestas en Cuba y la represión de los manifestantes por parte del gobierno cambiaron la ecuación, y los republicanos acusan a los demócratas de apoyar al régimen de La Habana.

“La administración Biden está traicionando al pueblo de Cuba, amante de la libertad. Luché por Cuba, ellos no”, lanzó Trump, que todavía conserva sustancial influencia, en una declaración.

La realidad, afirma Dan Restrepo, del Center for American Progress, un centro de estudios de Washington, es que los demócratas podrían necesitar el apoyo de la poderosa comunidad cubano-estadounidense, frontalmente opuesta a La Habana, para retener el control del Congreso en las elecciones parlamentarias de medio término en noviembre de 2022.

“La política hacia Cuba y la política doméstica son muy difíciles de separar”, resumió.

Los demócratas perdieron cinco escaños del Congreso el año pasado en Florida, dos en Miami, lo cual los dejó con un exiguo margen para controlar la Cámara de Representantes.

Por eso muchos demócratas le piden ahora a Biden que se mantenga firme con la política cubana, lo cual significa mantener las decisiones de Trump.

“Tenemos que desafiar al régimen”, expresó el senador demócrata Bob Menéndez, presidente del poderoso comité de Relaciones Exteriores del Senado, en declaraciones a MSN.

“Somos solidarios con miles de manifestantes pacíficos en todo Cuba que están desafiando al régimen represivo. Que su coraje y este momento histórico lleven a un cambio real”, tuiteó Debbie Wasserman Schultz, legisladora demócrata del sur de Florida.

¿Oportunidad política?

Restrepo señaló que negociar el apoyo de la comunidad cubana es difícil.

“La posición de línea dura sobre Cuba hoy es muy extrema entre los cubanos del sur de Florida, donde el alcalde de Miami está llamando a una intervención militar”, indicó.

Según una encuesta realizada el año pasado por el Instituto de Investigación sobre Cuba de la Universidad Internacional de Florida, 60% de los cubano-estadounidenses en el sur de Florida apoya el embargo establecido en 1962.

Sin embargo, el estudio también mostró que grupos significativos apoyan las políticas Obama-Biden de relaciones diplomáticas, que permitían vender alimentos y medicinas a los cubanos, viajar sin restricciones a la isla y enviar remesas, con las que Trump terminó.

Fernand Amandi, encuestador demócrata, dijo a NPR que el caso cubano puede ser una ventaja para Biden si lo maneja proactivamente, visitando a la comunidad cubana en Florida.

Podría ser “un regalo político de los dioses”, señaló.

“Pero si opta por una aproximación más pasiva, de esperar y quedarse detrás de escena, pienso que será una (...) oportunidad perdida”, concluyó.

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