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“Bolsonaro da otro mal ejemplo con las vacunas”, dice gobernador de Sao Paulo

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“Bolsonaro da otro mal ejemplo con las vacunas”, dice gobernador de Sao Paulo
Captura de pantalla que muestra al gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, mientras habla durante una entrevista con EFE el 2 de septiembre de 2020, en Sao Paulo (Brasil). Doria, gobernador del estado de Sao Paulo, epicentro de la pandemia en Brasil con 30.600 muertes, opina que el presidente del país, Jair Bolsonaro, da “otro mal ejemplo” al defender la no obligatoriedad de inmunizarse con una futura vacuna contra la COVID-19. Doria confía en poder vacunar a los 46 millones de paulistas a partir de enero de 2021 con la bautizada como “CoronaVac”. (EFE/JOEDSON ALVES)

Joao Doria, gobernador del estado de Sao Paulo, epicentro de la pandemia en Brasil con 30.600 muertes, opina que el presidente del país, Jair Bolsonaro, da 'otro mal ejemplo' al defender la no obligatoriedad de inmunizarse con una futura vacuna contra la COVID-19.

En una entrevista con Efe por videoconferencia, Doria confía en poder vacunar a los 46 millones de paulistas a partir de enero de 2021 con la bautizada como 'CoronaVac', gracias al acuerdo entre el centro de investigación Instituto Butantan y el laboratorio chino Sinovac Biotech.

'La distribución será gratuita y tenemos ya 60 millones de dosis, pero nos gustaría llegar a las 100 para destinar a los brasileños de otras regiones. Estamos hablando con el Gobierno federal para financiarlo', señaló.

El centroderechista Doria, de 62 años y recuperado de una infección por la COVID-19, está considerado como uno de los posibles rivales de Bolsonaro en las elecciones presidenciales de 2022.

Su oposición al jefe de Estado ha sido especialmente firme durante la pandemia, que acaba de cumplir seis meses en Brasil, precisamente con la detección del primer caso en Sao Paulo, la capital del estado homónimo.

Aunque las muertes mensuales han caído un 14 % en agosto con relación a julio, la región de Sao Paulo, considerada el motor económico de Brasil, sigue fuertemente golpeada por el coronavirus.

Acumula 30.673 decesos, en torno al 25 % del total de fallecidos en Brasil (123.780), y 826.331 de infecciones, que representan cerca de un quinto del total en el país (3.997.865).

P. ¿Cómo se ha recuperado de la COVID-19, que le fue detectada hace unas semanas?

R. Fui asintomático. Estuve aislado en mi casa durante diez días e hice en el noveno día el último test y el médico me dio el alta. Me dijo que mi capacidad de recuperación fue excepcional, pero esto sirve de alerta para todos, porque me cuido mucho, llevo máscara, sigo todas las recomendaciones y, aun así, resulté infectado. Tengo también una condición física muy buena, no fumo, ni bebo. El virus no respeta a nadie.

P. Parece que lo más duro de la pandemia ha pasado. ¿Cuáles son sus peores recuerdos?

R. Todavía estamos enfrentando la pandemia y aplicando cuarentenas, la novena sucesiva. Sao Paulo hizo una cuarentena inteligente, por regiones, reduciendo restricciones dependiendo de la evolución de la enfermedad, pero será la vacuna la que nos dará el salvoconducto definitivo. Es cierto que ya tuvimos una fase más aguda en Brasil y en Sao Paulo, en los meses de abril y mayo, que fueron los más duros. Aun así, alerto de que no tenemos ninguna razón para celebrar.

P. Hubo aglomeraciones el último fin de semana en algunas playas del litoral de Sao Paulo, como la de Santos, ¿qué va hacer el Gobierno regional?

R. En el último lunes pedimos a los alcaldes del litoral que redoblasen los cuidados e hiciesen barreras sanitarias, pero es una decisión de cada alcalde. El Gobierno del estado sólo puede actuar si el alcalde lo solicita, podremos entonces accionar a la Policía en coordinación con las autoridades locales (...) Porque lo que no queremos es convertir una curva descendente en una ascendente. Es un momento de preocupación.

P. Si el estado de Sao Paulo fuese un país, sería uno de los más afectados del mundo por la COVID-19, por delante por ejemplo, de España. ¿Qué se podría haber hecho mejor?

R. Hubiese sido mejor si hubiésemos tenido un líder en el país que no fuese negacionista y hubiese orientado a la población a obedecer el aislamiento social, a no dar un mal ejemplo de frecuentar lugares públicos sin máscara, ni estimular aglomeraciones, alguien que no estimulase la cloroquina como medicamento salvador contra la pandemia porque no lo es. Se establecieron dos discursos para la población más humilde del país, la de menos acceso a información, no sabían en quién creer: en quien me pide el aislamiento, que use máscaras, o en el presidente de la República, que me dice que puedo salir, que es una gripecita y que habrá sólo 4.000 muertes.

P. A pesar de ello, los índices de aprobación a Bolsonaro han aumentado durante la pandemia. ¿A qué lo atribuye?

R. Hay 90 millones de brasileños cobrando el auxilio de emergencia (ayuda a trabajadores informales y desempleados por unos 110 dólares mensuales, a partir de este mes reducidos a la mitad hasta finales de año). Algunos no recibían nada, o muy poco. Esa población ve con simpatía un gesto como ese. No desapruebo el gesto, pero sí su continuidad, porque no hay dinero en Brasil. Ya costó a las arcas 250.000 millones de reales (50.000 millones de dólares). Tiene que ser un programa sostenible.

P. El presidente Bolsonaro ha hecho recientemente un comentario un poco controvertido defiendo la no obligatoriedad de la vacuna contra la COVID-19 si esta llega a estar disponible.

R. Has sido muy educado diciendo que fue un poco controvertida. Ha sido muy controvertida. Un presidente de la República no puede hacer una afirmación así en un país como Brasil (con casi 4 millones de infectados y 123.000 muertos). Claro que debe ser obligatoria. Cada vacunado salva su vida y la de decenas de personas. Es otro mal ejemplo que el presidente Bolsonaro da a la población, porque se olvida de que ya firmó un decreto instaurando la obligatoriedad de darla gratuitamente (marzo pasado) y porque sabe que la vacuna es la única forma de que regresemos a la normalidad.

P. ¿Cómo están las pruebas de la 'CoronaVac', un inmunizante en la tercera y última fase fruto del acuerdo entre el Instituto Butantan en Sao Paulo y el laboratorio chino Sinovac?

P. Las pruebas están siendo positivas, con 9.000 voluntarios del área médica en cinco estados de Brasil. No hemos tenido ningún efecto colateral grave que pudiese exigir un nuevo estudio de la vacuna. Si todo continúa bien, en noviembre tendremos los resultados finales consolidados y podremos presentarlo al regulador Anvisa para su aprobación final. Su distribución en Sao Paulo será gratuita. En este momento, tenemos 60 millones de dosis aseguradas, 45 millones en diciembre y 15 más hasta marzo de 2021. Ahora deseamos producir 100 millones de vacunas para poder destinarlas a brasileños de otras regiones. Estamos hablando con el Gobierno federal para financiar el aumento de la capacidad de fabricación del Instituto Butantan, el mayor productor de vacunas del hemisferio sur, y para la compra de la vacuna, adquirida en Pekín, en la empresa Sinovac.

P. ¿Podrá haber paulistas que reciban la vacuna en enero de 2021?

R. La respuesta es sí.

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