Brasil: el espejo de la pandemia en América Latina

Por Miguel Puentes para CONNECTAS

Brasil resume muchos de los problemas de América Latina. Una acentuada desigualdad, una clase política marcada por la corrupción y la falta de tecnócratas y un gobierno de corte caudillista que atiende más a sus creencias que a la razón. Ahora, esas características están desnudando la incapacidad de reacción del gobierno en Brasilia frente a una pandemia rampante, que tiene a la administración de Jair Bolsonaro en la cuerda floja, al borde del fracaso.

El gigante de Sudamérica ya es el segundo país a nivel mundial con mayor número de muertes a causa del nuevo coronavirus: 53.830. En total, ya suma más de un millón de contagios confirmados, y el número de casos diarios no para de crecer.

Parte de la crisis radica en la ausencia de un líder en la pandemia. Las acciones de Bolsonaro son la muestra de un mandatario que busca imponer su ley a toda costa. Como el hecho de confrontar a los gobernadores no oficialistas que han decretado la cuarentena obligatoria en distintos estados del país. El Presidente quiere dar rienda suelta a su propia ‘realidad’, acciones que se ven reflejadas en Nicaragua, con el régimen de Daniel Ortega, y en Estados Unidos, con Donald Trump, quien llegó afirmar que el virus era una farsa inventada por los demócratas y que un día, de la nada, desaparecería.

La emergencia en Brasil también se ha hecho visible en la rama judicial. La Corte Suprema mantiene una constante lucha con el Gobierno actual. En días pasados, el Juez del Distrito Federal, Renato Borelli, tuvo que ordenarle a Bolsonaro el uso de la mascarilla de protección contra la covid-19 en lugares públicos o de lo contrario recibiría una multa de 340 euros diarios.

A este caso se suma el decreto a principios de junio en el que ordenó a los oficialistas publicar de nuevo las cifras del covid-19 que habían sido ocultadas por parte del Ministerio de Salud. Un reflejo que hace eco en Chile con la renuncia del Ministro de Salud, Jaime Mañalich, por alteraciones en los reportes de los casos del virus en medio de la emergencia Sanitaria.

Esta semana, el enfrentamiento llegó a un nuevo límite cuando la Corte anunció que llamaría al Presidente a indagatoria por presuntamente interferir en procesos legales. Según la versión investigada por la Corte, Bolsonaro habría removido del cargo al ex director general de la Policía Federal, Maurício Valeixo, para proteger a sus aliados políticos de investigaciones que estaban en marcha.

A esto se le suma el duro golpe económico que está teniendo la pandemia en el país. A pesar de la iniciativa del gobierno federal de iniciar la reactivación de la economía en medio de la emergencia sanitaria, la caída del PIB este año podría ser de un 9,1 por ciento, según el último informe del Fondo Monetario Internacional. El portal América Economía destacó que en abril de este año se registró una caída del 15 por ciento en comparación con el mismo mes del año anterior, el peor balance desde 2003.

El gigante de Sudamérica y México son las principales economías de la región, pero también son los gobiernos, junto al de Nicaragua, que más dudas han generado en cuanto al manejo de la pandemia. Los tres han insistido en desestimar sus alcances y hacer convocatorias a eventos masivos y protestas.

El inconformismo por la acciones políticas y sociales de Bolsonaro han generado voces de protesta y dolor en el país. Como lo expresó el Alcalde de Manaos, Arthur Virgilio, quien pidió ayuda a la activista Greta Thunberg para afrontar el “desastre”. La región acumula más de 2000 casos de la covid-19 y las imágenes de la zona son impactantes. A este panorama se suman las protestas en Brasilia del fin de semana pasado que dejaron al descubierto mensajes antigobierno: “Fuera, Bolsonaro, tu gripecita ya mató 50 mil”.

En medio de la situación adversa para la nación, la deforestación en la Amazonía no detiene su marcha. Según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), entre enero y mayo de 2020 fueron talados 2032 kilómetros cuadrados de selva. Este daño ambiental tiene en vilo a algunos inversores extranjeros, que, consternados por los daños que ha sufrido en los últimos meses, amenazaron en una carta abierta con retirar la inversión del país si no cambia sus políticas ambientales.

Esta es la carta de presentación de un gobierno débil. Brasil está en estado crítico, y el culpable parece ser otra enfermedad, aún más grave que la covid-19: el mal manejo de la pandemia, un virus que parece extenderse en el resto de la región, con acciones presidenciales como el llamado Covid-Friday en Colombia, donde miles de personas se aglomeraron en los centros comerciales en medio de la pandemia, o los casos de corrupción que sacuden a Ecuador.

Diario Libre

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