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EEUU deporta a guatemalteco acusado de masacre en 1982

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EEUU deporta a guatemalteco acusado de masacre en 1982
Imagen ilustrativa. (ARCHIVO/SHUTTERSTOCK)

Estados Unidos deportó el viernes a Guatemala a José Mardoqueo Ortiz Morales, un exmilitar acusado de haber participado en una masacre en 1982 en la que murieron más de 215 personas a manos de soldados del ejército.

Ortiz Morales es el cuarto guatemalteco deportado desde Estados Unidos, adonde se cree que varios exintegrantes de un grupo élite del ejercito expertos en contrainsurgencia y combate huyeron tras cometer violaciones a los derechos humanos y distintos crímenes.

Hilda Pineda, jefa de la Fiscalía de Derechos Humanos, dijo a The Associated Press que la deportación contribuye a la investigación del caso. “Lo que se busca es que todos estos hechos no queden en la impunidad”, dijo.

Vestido con un traje deportivo, Ortiz Morales llegó en el mismo vuelo donde viajaban otros 43 deportados.

La fiscalía acusa a Ortiz Morales de asesinato y delitos contra los deberes de humanidad por presuntamente haber participado junto a por lo menos una patrulla de más de 50 personas en la masacre de la comunidad campesina Dos Erres ubicada en Las Cruces, al norte del país.

El ataque comenzó el 7 de diciembre de 1982 cuando soldados del ejército guatemalteco, de un grupo especial llamado kaibiles, llegaron a Dos Erres y sacaron a las personas de sus casas. Separaron a hombres y mujeres. Los hombres fueron llevados a la escuela de la comunidad y las mujeres a una iglesia evangélica.

Los soldados buscaban armas que la guerrilla les había quitado a los soldados en otro incidente y como no las encontraron la emprendieron contra la comunidad. Los militares encerraron, interrogaron, amenazaron, golpearon e incluso asesinaron a las personas que habían detenido, dijo la fiscalía.

Como las armas no estaban en el lugar los soldados entonces decidieron llevarse a los hombres a un pozo de agua que estaba en construcción en la entrada de la comunidad. Allí los mataron y lanzaron al pozo. Después sacaron a mujeres y niños que corrieron con la misma suerte.

“En el camino muchas niñas fueron violadas por los kaibiles”, dijo un informe de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Posteriormente saquearon la comunidad y la incendiaron, culpando a la guerrilla de la masacre.

Estados Unidos ya ha deportado a los exmilitares Pedro Pimentel y Santos López Alonzo, sentenciados por su participación en la masacre a más de 5.000 años de prisión. Aunque según la legislación guatemalteca sólo se pueden cumplir 50 años de prisión como máximo, los tribunales emiten este tipo de condenas en forma simbólica por cada crimen cometido.

Gilberto Roldán, otro de los deportados, está en juicio por el mismo caso y aún está pendiente de deportación desde Estados Unidos el exkaibil Jorge Vinicio Sosa Orantes.

La Corte también condenó al Estado guatemalteco por no haber hecho justicia con las víctimas de la masacre.

La masacre se dio en el marco de la guerra civil de 1960 a 1996 en la que se enfrentaron el ejército y la guerrilla izquierdista. Según un informe auspiciado por Naciones Unidas, unos 200.000 guatemaltecos murieron y otros 45.000 permanecen desaparecidos. Según el informe, 97% de las masacres y crímenes fueron cometidos por el ejército y paramilitares y el otro 3% por la guerrilla.

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