VIRAL|Matrimonio gay argentino adopta a seis hermanitos que no querían ser separados
Los niños no querían ser separados
Un matrimonio gay argentino, con más de 20 años juntos y que querían convertirse en papás, adoptó a seis hermanitos que no querían separarse.
Víctor H. Sajoza y Jorge Antonio Elías, de 50 años, decidieron darles un hogar a Laura, de 8; Martín, de 10 años, a los gemelos Agustín y Ariel, de 11, Celeste, de 12, y Dante, de 13, quienes vivían en una casa juntos y bajo el cuidado de personas encargadas de ellos y cuando la pareja empezó el papeleo para adoptaros, ellos no sabían cómo eran.
Los hombres comentaron que tiene muchos sobrinos y ayudaron a criarlos, por lo que siempre supieron que querían ser padres.
Esta historia ha conmovido a todo internet debido a que el mismo Víctor la compartió en un hilo de Twitter.
En 2016 se inscribieron para ser familia de acogimiento en un programa que busca dar cuidado y contención a niños que, por distintos motivos, hayan sido separados de su hogar de origen.
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Incluso llegaron a vivir un año y medio con una bebé de 10 días de nacida, la cual aún los tiene en gran concepto y hasta a los 6 hermanos les suele decir en broma que la pareja de padres es suya.
De acuerdo con los tuits del hoy papá de los seis hermanos, la adopción comenzó el 10 de septiembre de 2021, cuando se enteraron en un programa de noticias sobre unos niños en Salta que no querían ser separados.
"Era una nota donde seis niños pedían no ser separados y buscaban una familia que los quisiera. Cuando en agosto se publica la convocatoria pública mandamos un mail al juzgado para saber más. A la semana nos contestaron para hacer una entrevista", dijo la pareja.
El primer día que se conocieron fue "amor a primera vista" y la pareja de hombres se sorprendió de los modales de los niños y de que desde ese momento les preguntaron si les podían decir "papás".
El cambio en los niños era notable, cada vez más se sentían en libertad y cómodos en su nuevo hogar (el cual fue remodelado para que tuviera más cuartos) y con sus papás.
Así pasó un año y cuando tuvieron que ratificar su decisión ante una jueza, ya no había vuelta atrás, los niños estaban encantados y habían tenido un cambio para bien; mientras que los padres ya los consideraban familia.