Clausuran un bar griego que recolecta bebidas no terminadas y las revendían a otros turistas

Varios bares en la popular ciudad de fiesta griega, Kavos, en la isla de Corfú, fueron clausurados debido a que recolectaban bebidas no terminadas y las revendían a otros turistas, según informes locales.

Bares en Kavos fueron recientemente allanados por la Autoridad Independiente de Ingresos Públicos (AADE) que sospechaba que los establecimientos evadían impuestos y vendían alcohol que había sido contrabandeado o adulterado.

La operación fue llevada a cabo por auditores fiscales y aduaneros de la AADE y oficiales de policía locales desde el miércoles 30 de agosto hasta el viernes 1 de septiembre.

Las autoridades visitaron la popular zona de fiesta para comprobar si los establecimientos habían emitido y registrado formalmente todas sus transacciones y si el alcohol se servía de manera limpia y legal.

Descubrieron que 26 negocios de hostelería no habían emitido al menos 40,578 recibos por un valor de US$ 286,782.

Pero lo que es más preocupante para los turistas, los agentes descubrieron que siete establecimientos de hostelería servían bebidas que no tenían marcas de número de lote, lo que probablemente significa que las bebidas eran de contrabando o ilegales y posiblemente adulteradas.

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Los establecimientos locales explicaron que es típico que estos bares tengan bartenders que recolecten bebidas no terminadas en recipientes y las guarden en barriles para servirlas nuevamente a otros clientes como chupitos.

Estos negocios fueron cerrados durante 48 horas y multados.

Kavos es un destino de fiesta muy popular para los turistas y se considera informalmente una "zona no apta", lo que significa que no se han realizado controles de ningún tipo durante muchos años, según informó la agencia de noticias estatal.

Esto ocurre en medio de una investigación local sobre la muerte de una joven turista que falleció después de posiblemente haber sido servida con alcohol contaminado en la zona.

Hannah Byrne, una oficial de policía británica de 22 años, fue encontrada muerta en las calles de Kavos temprano un viernes por la mañana.

Las autoridades creen que murió después de caer y sufrir una lesión en la cabeza, pero el director médico jefe de Corfú, Yannis Aivatidis, le dijo a The Sun que olía alcohol en su aliento y cuestionó cómo murió "solo unas pocas horas" después de llegar a la zona.

"La respuesta está en las pruebas de toxicología que se llevarán a cabo", dijo.

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