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A siete años de su renuncia, Benedicto alimenta rivalidad

La publicación de un libro que defiende el celibato avivó las polémicas

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A siete años de su renuncia, Benedicto alimenta rivalidad
Benedicto XVI renunció al papado el 11 de febrero de 2013. (ARCHIVO)

Siete años después de su renuncia, Benedicto XVI, físicamente debilitado a los 92 años pero intelectualmente lúcido, no logra mantenerse discreto a la sombra de su sucesor Francisco, y alimenta muy a su pesar la fantasía de “dos papas” rivales.

Cuando el 11 de febrero del 2013, Joseph Ratzinger alegó a los 85 años “falta de fuerzas” y anunció en latín que renunciaba ante una platea de cardenales desconcertados, generó una situación sin precedentes en la historia moderna.

La convivencia inusual entre el 265º papa emérito y el 266º, el argentino Francisco, transcurrió sin problemas durante unos cinco años. Sin embargo, el papa “emérito” Benedicto XVI, un reconocido teólogo, optó por seguir trabajando en lo que más le gusta: escribir sobre temas claves para la iglesia.

La publicación prematura a mediados de enero de un libro que defiende firmemente el celibato de los sacerdotes, firmado conjuntamente por Benedicto XVI y el cardenal ultraconservador africano Robert Sarah, avivó las polémicas.

Para muchos se trataba de una injerencia por parte de Ratzinger para presionar a Francisco contra la posible autorización de ordenar sacerdotes a hombres casados para la remota región de la Amazonía. El pontífice argentino se pronunciará el miércoles entre otras sobre la propuesta de autorizar la ordenación sacerdotal de los llamados “viri probati”, hombres casados con una vida intachable, para hacer frente a la escasez de curas.

El secretario privado del papa emérito, el arzobispo alemán Georg Gänswein, explicó luego que Benedicto XVI había “enviado uno de sus artículos” sobre el tema al cardenal africano “autorizando a usarlo como creía conveniente”, pero sin aprobar específicamente el proyecto.

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