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Información opuesta en el computador, detrás del siniestro del Schiaparelli

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Información opuesta en el computador, detrás del siniestro del Schiaparelli
Representación artística que muestra varias etapas del aterrizaje del Schiaparelli.

PARÍS. La transmisión de información contradictoria en el ordenador a bordo del módulo de aterrizaje Schiaparelli estuvo detrás de su accidente en Marte, que sucedió el 19 de octubre de 2016 cuando iba a realizar pruebas científicas.

La ESA detalló hoy, en un comunicado, las causas del accidente y confirmó los indicios preliminares de finales del pasado año, cuando barajó que “una saturación” de la Unidad de Medición de Inercia (IMU, por sus siglas en inglés) había forzado la activación prematura del motor de frenado.

“La investigación sobre el accidente del módulo ExoMars Schiaparelli concluyó que información contradictoria en el ordenador de a bordo provocó que la secuencia de descenso acabara prematuramente”, señaló el organismo europeo.

Los resultados del vuelo revelaron que “se necesitan actualizaciones de los software que mejorarán los modelos informáticos para el comportamiento del paracaídas”.

“Es evidente que había que haber estudiado con más profundidad ciertas áreas durante la preparación, la validación y la verificación del sistema de entrada, descenso y aterrizaje”, anotó en el comunicado David Parker, director de Vuelos Tripulados y Exploración Robótica de la ESA.

La ESA describió con más precisión que en noviembre pasado el episodio del polémico accidente de Schiaparelli.

“Unos tres minutos después de la entrada en la atmósfera, el paracaídas se accionó, pero el módulo experimentó unas inesperadas velocidades de rotación”, relató el organismo, que apuntó que la consecuencia fue la “saturación” del IMU.

“Esta saturación resultó en una errónea estimación de la altitud (...) que resultó en que el computador calculó que el aparato estaba en una altitud negativa -por debajo del nivel del suelo-”, refirió.

Así, el paracaídas y el escudo trasero se desprendieron de forma prematura y se produjo “una súbita activación del motor” (tres segundos en vez 30) y la activación de los sistemas de aterrizaje.

“En realidad, el módulo estaba en caída libre desde una altitud de unos 3,7 kilómetros y el impacto sucedió a una velocidad en torno a los 540 km/h”, expuso la ESA, con sede en París y en la que participan 22 países europeos, entre ellos España.

“Todo lo que hemos aprendido nos servirá para seguir preparando la misión ExoMars 2020, que incluirá un robot explorador y una plataforma de superficie. Aterrizar en Marte es un todo un desafío, pero un desafío que debemos superar para poder cumplir nuestros objetivos finales”, agregó Parker.

A pesar del aterrizaje fallido, la ESA se negó en octubre de 2016 a tachar de fracaso la misión Exomars -organizada junto a la agencia rusa Roscosmos-, puesto que el satélite ExoMars Orbitador de Gases Traza (OGT) sigue orbitando en torno a Marte listo para realizar observaciones.

Marte es uno de los planetas más explorados desde la década de 1960. Numerosas misiones de Estados Unidos, la antigua Unión Soviética, la India, Japón y Europa han volado hasta Marte, más de 40 en total hasta ahora, aunque muchas han fracasado.

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