Burkina Faso promete impulsar la lucha contra el terrorismo yihadista
Uagadugú, 28 jun (EFE).- El presidente de Burkina Faso, Roch Kaboré, ha prometido impulsar la lucha contra el terrorismo yihadista tras la masacre perpetrada a comienzos de junio en el norte del país, que provocó al menos 160 muertos.
La matanza, la peor de la historia reciente del país, ocurrió en la localidad de Solhan, en la región del Sahel, del 4 al 5 de junio y la cifra oficial de fallecidos es de 132, pero un oficial del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas burkinesas aseguró a Efe, bajo anonimato, que hubo al menos 160 muertos.
'La tragedia de una crueldad increíble, perpetrada en Solhan la noche del 4 al 5 de junio, confirma nuestra convicción de que la lucha contra el terrorismo ha dado un nuevo giro', afirmó Kaboré en un discurso dirigido a la nación a última hora del domingo que recogen hoy los medios locales.
De hecho, los atacantes de la masacre fueron la mayoría niños, según confirmó el Gobierno de Burkina Faso la pasada semana.
Aunque el ataque no fue reivindicado, el Ejecutivo burkinés atribuyó la autoría a un grupo afiliado al Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, por sus siglas en árabe), próximo a la red Al Qaeda y el más grande del Sahel.
En ese contexto, Kaboré abogó por 'adecuar nuestra estrategia a las nuevas realidades sobre el terreno' mediante la mejora de 'la velocidad de intervención de las operaciones aéreas y terrestres que realizan nuestras tropas'.
El jefe de Estado también adelantó que se revisará la 'doctrina del empleo de voluntarios para la defensa de la patria', civiles que participan en la lucha contra los grupos yihadistas en colaboración con las Fuerzas Armadas.
Asimismo, el mandatario señaló que hay que 'consolidar la eficiencia, unidad y cohesión de mando, respetando la disciplina militar que siempre ha sido la fuerza de las Fuerzas Armadas'; así como fortalecer la colaboración con la población.
'Todos los patriotas de Burkina Faso deben unir sus manos en unidad y determinación, junto con todas nuestras fuerzas de combate, porque la victoria es imperativa. No se permiten dudas sobre nuestra capacidad para derrotar al enemigo', concluyó Kaboré.
En los últimos meses, los ataques y violaciones de derechos humanos contra la población civil han aumentado considerablemente en Burkina Faso, con 152 muertes de civiles entre marzo y mayo y 178 civiles, incluidos niños, sólo en el mes de junio, indicó la semana pasada el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Burkina Faso sufre la lacra del yihadismo desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina en Tambao (norte), que sigue desaparecido.
La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, aunque también se ha expandido a provincias limítrofes, como la región Centro-Norte, y al este del país.
Los actos terroristas suelen atribuirse al grupo local burkinés Ansarul Islam, al JNIM y al Estado Islámico en el Gran Sahara (EIGS), que atacan también en los vecinos Mali y Níger.
La violencia en Burkina Faso ha causado una crisis humanitaria sin precedentes en la que más de 1,2 millones de personas han huido de sus hogares desde 2019 -cuando los desplazados internos se cifraban en más de 136.000-, de los que el 61 % son niños, según Unicef. EFE