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Debate parlamentario en Francia sobre el certificado sanitario toda la semana

París, 22 jul (EFE).- El debate parlamentario en Francia sobre el proyecto de ley del Gobierno para extender el uso del certificado sanitario a muchos actos corrientes de la vida social se reanudó este jueves en la Asamblea Nacional y va a continuar al menos hasta el fin de semana.

Los diputados retomaron esta mañana los debates que se suspendieron anoche tras siete horas de una primera sesión plenaria sobre el proyecto de ley para la que todavía hay 900 enmiendas por examinar.

'Es la democracia' y 'es normal', señaló el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, en una entrevista a la emisora de radio France Inter en la que reconoció que la tramitación parlamentaria va a tardar más tiempo de lo que inicialmente habían previsto.

Dada la gran cantidad de enmiendas pendientes, es probable que al menos hasta la próxima noche el texto no quede adoptado en primera lectura en la Asamblea Nacional. Solo entonces podrá continuar la tramitación en el Senado.

De confirmarse ese escenario, los debates en las cámaras podrían prolongarse el sábado y el domingo para permitir que la ley esté definitivamente adoptada esta semana como era el objetivo del Ejecutivo de Emmanuel Macron.

Attal insistió en defender el principal objetivo del proyecto de ley, incitar masivamente a la vacunación por la vía de la generalización del certificado sanitario.

Recordó que el número de casos ha crecido un 150 % en solo una semana (este miércoles se comunicaron 21.000 en 24 horas) y que la tasa de incidencia por cada 100.000 habitantes ha superado el umbral de los 100, con lo que se duplica el nivel de alerta. 'La variante delta -subrayó- solo tiene miedo de una cosa: la vacuna'.

Si el texto del Ejecutivo sale adelante, el certificado sanitario será imprescindible desde agosto para viajar en transporte público de largo recorrido (aviones, trenes, autocares o barcos), para hacer visitas en hospitales y residencias de ancianos, para ir a grandes galerías comerciales e incluso para tomar algo en un bar o en un restaurante.

Desde el miércoles, ya es imperativo para ir al cine, al teatro o a cualquier espectáculo cultural o deportivo con más de 50 personas.

Otro de los puntos principales del proyecto de ley es la obligación de vacunarse para el personal sanitario y para los profesionales que tienen que tratar de forma cotidiana con personas mayores y vulnerables. Si no lo han hecho para el 15 de septiembre, no podrán seguir trabajando y se expondrán a ser despedidos.

Desde la oposición parlamentaria, las posturas son diferentes. En la derecha, el partido Los Republicanos (LR) defiende una flexibilización de algunas disposiciones, por ejemplo en el régimen de sanciones para los gerentes de bares y restaurantes que tendrán que controlar que sus clientes tienen el certificado sanitario.

Los socialistas quieren la vacunación obligatoria para toda la población en lugar de ampliar el uso del certificado sanitario. Más a la izquierda, los comunistas, como los parlamentarios de La Francia Insumisa (LFI), se decantan por una oposición en bloque contra el texto del Gobierno.

La extrema derecha también votará en contra. Su líder, Marine Le Pen, señaló en un vídeo que las medidas les parecen 'desproporcionadas en sus principios, brutales en su aplicación y, por decirlo claramente, a veces absurdas'. EFE

ac/rcf/ah

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