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“Desastre”, una brillante y pesimista historia de las catástrofes

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“Desastre”, una brillante y pesimista historia de las catástrofes
Imagen ilustrativa. (PIXABAY )

Catástrofes como la pandemia del COVID-19 son inevitables, pero sus consecuencias serían menos desastrosas, en vidas humanas y en pérdidas económicas, sin la aparentemente inevitable torpeza política y la ineficacia burocrática, un mezcla nefasta a la que se ha sumado la intoxicación mediática promovida por los medios digitales.

Esta pesimista conclusión es solo una de las desmoralizadoras ideas que maneja el historiador británico Niall Ferguson en su nuevo libro, “Desastre”, una obra brillante y prolija, plagada de referencias y aportaciones procedentes de múltiples fuentes y disciplinas.

Una obra escrita en plena pandemia, aunque con algunos añadidos posteriores relativos a desarrollo y sus consecuencias, en la que pretende abordar una historia general de los desastres, un concepto en el que incluye desde las clásicas hambrunas, terremotos o guerras a las nuevas y múltiples maneras que hemos incorporado los seres humanos, como las armas biológicas, el ciberterrorismo o el calentamiento global.

Fenómenos que, pese a su aparente diversidad, el autor aborda desde los elementos comunes que, a su juicio, caracterizan este tipo de sucesos: en concreto desde la relación que percibe con el devenir económico, social, cultura y político de las sociedades a las que afecta, al margen de que su origen sea natural o provocado por el hombre.

De hecho, el autor afirma que no hay distinción entre ambos conceptos: como ejemplo señala que las consecuencias de un terremoto, su incidencia catastrófica, está fundamentalmente ligado al modelo urbanístico y social del lugar donde ocurre.

El texto se plantea una serie de preguntas de compleja respuesta sobre la diferente capacidad de respuesta de sociedades y estados ante las catástrofes: ¿Por qué reaccionan unos mejor que otros? ¿Por qué algunos incluso salen fortalecidos mientras otros se hunden? ¿Hasta que punto es la gestión política la responsable del desastre?.

Cuestiones que aborda desde un optimismo bien informado y que le llevan a conclusiones descorazonadoras. Señala, por ejemplo, que se suele atribuir demasiada responsabilidad en las consecuencias de un desastre a la acción de líderes incompetentes.

Y cita expresamente la tentación de echar la culpa de las recientes tribulaciones de estadounidenses y británicos a sus erráticos “líderes populistas” (Donald Trump y Boris Johnson). A su juicio, sin embargo, lo que realmente ha fracasado ante la pandemia ha sido la “burocracia de la sanidad pública”.

Tampoco se libran los nuevos medios de comunicación y especialmente las redes sociales, a los que afea su papel en la difusión de noticias falsas sobre el coronavirus, lo que provocó que “se produjeran adaptaciones deficientes y, a veces, directamente dañinas en el comportamiento público”.

El historiador británico, catedrático en la Universidad de Harvard (EE.UU.), sostiene aquí además una idea recurrente en su obra (“La plaza y la torre”, “El triunfo del dinero”): la incapacidad de los seres humanos para aprender las lecciones del pasado.

Por otro lado, considera que el futuro, en gran medida, seguirá sometida a las “antiguas y perennes” reglas de la historia humana, desde la competencia entre potencias al papel de los demagogos, pasando por la corrupción del poder. También prevé, sin embargo, que en algunos aspectos quizás se afronten grandes cambios relacionados con los avances en ámbitos como la ciencia, la medicina o la tecnología.

Además, como un mínimo rayo de esperanza, Ferguson destaca que los grandes eventos catastróficos ocurren “muy de vez en cuando” y que casi siempre, para los numerosos afortunados que sobrevivan, la vida continuará “notable, tranquilizadora y aburridamente igual”.

Se trata, sin embargo, de un mínimo atisbo esperanzador. El libro concluye con una advertencia sobre los riesgos que afrontar la Humanidad tras la pandemia y lo hace a partir de un brillante análisis de la novela de ciencia ficción 'El problema de los tres cuerpos', del chino Cixin Liu.

Pese a sus reiteradas advertencias sobre la imposibilidad de acertar a la hora de predecir futuros desastres, el autor se atreve a pronosticar que la principal consecuencia del COVID-19 será una catástrofe geopolítica: el enfrentamiento entre Estados Unidos y China, inmersos ya, según aclara, en una Guerra Fría de inciertas consecuencias.

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