El “Chapo de Asia” lucha en Países Bajos contra su extradición a Australia
Imane Rachidi
La Haya, 27 jun (EFE).- El canadiense de ascendencia china Tse Chi Lop, conocido como “El Chapo de Asia” por ser uno de los capos de la droga más ricos del mundo, intenta evitar su extradición a Australia, que lo busca desde hace dos años por narcotráfico. Niega los cargos ante Países Bajos y alega el temor a no recibir un juicio justo.
La lista de acusaciones que pesa sobre este hombre de 57 años es larga, pero Australia lo busca en concreto por comercio de metanfetamina y heroína a gran escala, un negocio ilegal por el que ingresa miles de millones de dólares como jefe de la banda Sam Gor o 'The Company', que controla gran parte del narcotráfico en el este de Asia.
Un tribunal de la ciudad de Róterdam tiene sobre la mesa su extradición, sobre la que tiene que decidir el 2 de julio, pero Tse Chi Lop tiene claro que va a batallar hasta el final para evitar su envío a Australia. Ataviado con una camisa blanca y con canas visibles se posicionó ante el juez esta semana con una breve afirmación: “Niego todas las acusaciones”.
Según la Policía australiana, este canadiense de origen chino - cuya fama se compara a la del narco mexicano Joaquín El Chapo o el colombiano Pablo Escobar, aunque ha llevado una vida más discreta que estos dos - es responsable del setenta por ciento de todas las drogas que ingresan en el país, pero también se cree que tiene vínculos con bandas de motociclistas australianos como 'The Comancheros' y 'Hells Angels'.
Su arresto tuvo lugar en el Aeropuerto Schiphol de Ámsterdam el pasado enero, en plena escala entre un avión que acababa de aterrizar desde Taiwán a otro que lo trasladaría a su destino final, Canadá.
La detención se produjo sin incidentes, en aplicación de una solicitud recibida de la Policía federal australiana por un caso de narcotráfico en 2013, aunque lleva desde 2019 en la lista internacional de los delincuentes más buscados por la Interpol.
Sam Gor es considerado uno de los cárteles de la droga más grandes del mundo y se cree que al menos cinco grupos criminales importantes del Este de Asia actúan bajo el mando de Tse Chi Lop, que tendría entre sus clientes a la Yakuza, la mafia más temida de Japón.
Su imperio se extiende por toda Asia, y se estima que generó como mínimo 18.000 millones de dólares en 2018 por las ventas de heroína y drogas sintéticas, además de haber multiplicado por cuatro sus ventas durante los últimos cinco años, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), lo que habría elevado su facturación anual a más de 22.000 millones de dólares el año pasado.
En torno a la mitad de la metanfetamina que circula por Asia provendría presuntamente de este cártel, que fabrica ketamina, trafica con heroína y suministra materias primas para la producción de drogas sintéticas, con una de sus bases más importantes situada en el norte de Myanmar.
Son muchas las leyendas que rodean a Tse Chi Lop, desde sus aventuras por Hong Kong y sus visitas a los casinos de Macao, hasta las historias sobre sus viajes en aviones privados, los kickboxers tailandeses que tiene como guardaespaldas, o los detalles de aquella noche en la que se dice que se jugó 60 millones de dólares en solo unas horas.
Ante el juez, tildó de “chorradas” las acusaciones: “Me están llamando capo de la droga, pero eso no es cierto”.
Su abogado, André Seebregts, crítica su arresto porque dice que Taiwán lo deportó como persona non grata, pero en lugar de subirlo a un avión directo a Canadá lo envió con escala en Países Bajos para que fuera detenido.
Además, denuncia que corre el riesgo de ser condenado a cadena perpetua en Australia, en un “juicio injusto”, porque una vez extraditado, la Justicia australiana podría extender los cargos solicitando permiso al Ministerio de Justicia neerlandés, una opción que no existe en Canadá.
Seebregts pide declarar inválida la extradición y lamentó que Países Bajos recibiera la pista sobre su aterrizaje en Ámsterdam por parte de Australia una semana antes de la deportación. La investigación involucra a Canadá, Estados Unidos, Myanmar, China y Japón.
Tse Chi Lop se encuentra detenido en la prisión de alta seguridad de Vught, donde comparte celda con los criminales más peligrosos de Países Bajos. EFE