El Gobierno tunecino anula acuerdos con instituciones islámicas extranjeras
Túnez, 28 oct (EFE).- El ministerio tunecino de Asuntos Religiosos anunció hoy la anulación de los acuerdos de cooperación con dos instituciones islámicas, el Centro de Estudios Islam y Democracia (CSID) y la Unión Mundial de Ulémas Musulmanes (UIMA), ambas con sede en el extranjero, por falta de 'compatibilidad' con las necesidades de sus responsables religiosos.
El Departamento busca defender su neutralidad ante los dirigentes de estos dos centros 'que tienen tendencias políticas claras y ocupan puestos de responsabilidad en estos partidos', reveló una fuente a la agencia estatal TAP.
Asimismo, declaró que organismos nacionales independientes pueden asumir las labores de formación, talleres de trabajo y congresos religiosos que llevaban a cabo dichos centros gracias a los convenios firmados desde 2012.
Esta decisión fue tomada por el nuevo ministro, Brahim Chaibi, nombrado hace apenas dos semanas, quien tiene un doctorado en jurisprudencia islámica y es conocido por haber presentado diferentes emisiones religiosas en la televisión tunecina.
El Centro de Estudios Islam y Democracia, con sede en Washington, fue fundado a finales de la década de los noventa por Tadwan Masmoudi, un tunecino nacionalizado estadounidense y miembro del islamista Ennahda, principal fuerza política del ahora suspendido Parlamento.
Masmoudi dimitió el pasado mes de agosto de buró político del partido para 'dedicarse a la defensa de la democracia lejos de los conflictos políticos y las reglas del partido'.
Por su parte, la Unión Mundial de Ulemas Musulmanes fue creada en 2004 y está dirigida actualmente por el clérigo egipcio Yusef al Qaradawi, exiliado en Catar y uno de los líderes intelectuales de los Hermanos Musulmanes?.
El Partido Desturiano Libre (PDL), formado por los nostálgicos del antiguo régimen y férreo adversario del movimiento islamista, exigió este jueves al gobierno la disolución de varias asociaciones implantadas en el país, incluida la sección tunecina de la UIMA, por un supuesto delito de blanqueo de dinero y financiación de organizaciones terroristas.
El pasado lunes el gran mufti de Túnez, máxima autoridad religiosa del país, Othman Battikh, emitió una fatwa (edicto islámico) para reprobar el robo y el desvío de fondos públicos y privados en medio de una guerra anticorrupción lanzada por el presidente de la República, Kais Said, que se arrogó plenos poderes tres meses antes.
Said declaró entonces la guerra a la corrupción y a la oligarquía política y financiera que controla los recursos del país, a la que acusa de desviar el proceso democrático iniciado con la revolución de 2011 tras dos décadas del régimen autócrata de Zine El Abidine Ben Ali. EFE
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