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El toque de queda marcará la fiesta judía de Purim en Israel

Jerusalén, 25 feb (EFE).- Israel inició hoy un toque de queda nocturno de tres días para evitar un aumento de contagios de covid-19 durante Purim, una de las fiestas más populares del judaísmo en las que se bebe hasta la embriaguez, que empezó este atardecer con unas restricciones que, pese a la desescalada, se han mantenido para evitar aglomeraciones.

El cierre está en vigor desde las 20.30 hora local (18.30 GMT) hasta las 05.00 (03.00 GMT), durará tres noches y estará vigente hasta la madrugada de sábado a domingo, aunque las medidas son menos estrictas que en otras ocasiones, ya que comercios esenciales como tiendas de comestibles o supermercados pueden seguir abiertos.

En este horario, el movimiento de la ciudadanía se restringe a un máximo de un kilómetro del domicilio, se prohíbe visitar residencias de otras personas y se reduce el transporte público, mientras que se desplegarán miles de agentes de Policía que harán cumplir las limitaciones con puntos de control por todo el país.

Por la tarde, pocas antes de comenzar formalmente el cierre, las calles del centro de Jerusalén seguían relativamente concurridas, con jóvenes o comerciantes disfrazados, como suele ser típico por Purim, una festividad que los judíos israelíes solían celebrar no solo en sinagogas, sino también con grandes fiestas de disfraces.

Pero las restricciones de este año harán que la celebración, una de las más alegres del calendario judío, parecida al Carnaval, se tenga que festejar en tono menor y en grupos pequeños.

Más allá del toque de queda nocturno, durante el día también estarán vetados los desfiles o grandes aglomeraciones, y se mantienen las limitaciones de reunión vigentes, con un máximo de diez personas que pueden encontrarse en lugares cerrados y no más de veinte en espacio abierto.

'Si hay violaciones' de las restricciones 'y contagios masivos, en Pésaj (la Pascua Judía, que comienza a fines de marzo) nos tendremos que quedar todos en casa', advirtió hoy el ministro de Sanidad, Yuli Edelstein.

Esta no es la primera vez que el Gobierno implementa un toque de queda durante las festividades religiosas y nacionales, que supusieron un obstáculo durante toda la pandemia, sobre todo en las ciudades de población mayoritariamente judía ultraortodoxa.

Hace un año, cuando la pandemia comenzaba a expandirse a nivel global, Purim se celebró aún en Israel sin limitaciones. Esto fue una cuestión polémica, ya que después se apuntó a las masivas celebraciones de esta festividad como una de las causas que disparó la primera ola de infecciones que padeció el país.

Hasta el momento, Israel, con 9,2 millones de habitantes, acumula más de 765.000 contagios, de los cuales unos 40.000 siguen activos, y 5.604 personas han fallecido por el coronavirus.

El país también sigue avanzando en su veloz campaña de vacunación: más de 4,5 millones (casi el 50% de población) ya han recibido la primera dosis de la vacuna de Pfizer, y 3,2 millones la segunda.

El objetivo del Gobierno es tener inmunizada a la mayoría de ciudadanos a fines de marzo, cuando Israel celebrará elecciones. EFE

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